Tradicionalmente el Viernes Santo hacemos ayuno y abstinencia de carne. A este ayuno podemos agregar otro tipo de ayuno:
Ayuna:
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De juzgar a otros. Descubre a Jesús en ellos.
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De palabras hirientes. Llénate de frases que
liberen
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De descontentos. Llénate de gratitudes.
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De enojos. Llénate de comprensión.
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De pesimismos. Llénate de esperanza.
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De preocupaciones. Llénate de la confianza en Dios
y en los demás.
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De quejarte. Llénate de cosas sencillas de la vida.
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De la amargura. Llena de alegría tu corazón.
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Del egoísmo. Llénate de compasión.
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De rencores. Llénate de reconciliación.
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De palabras y ruidos. Llénate de silencios para
escuchar a Dios y a tus hermanos que sufren o están solos.
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De todo lo que te separe de Jesús y de tus
hermanos, y acércate a ellos con un corazón manso y comprensivo.
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Ayuna en tu gula, en tus adicciones, en el
cigarrillo, en el vino, en la TV, en internet, en tus palabras malolientes, en
tus gestos agresivos...
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