martes, 28 de febrero de 2012

Domingo 1° de Cuaresma Ciclo B 26-02-12


PRIMERA LECTURA
Gn 9, 8-15

Lectura del libro del Génesis.

Dios dijo a Noé y a sus hijos: "Yo establezco mi Alianza con ustedes, con sus descendientes, y con todos los seres vivientes que están con ustedes: con los pájaros, el ganado y las fieras salvajes; con todos los animales que salieron del arca, en una palabra, con todos los seres vivientes que hay en la tierra. Yo estableceré mi Alianza con ustedes: los mortales ya no volverán a ser exterminados por las aguas del Diluvio, ni habrá otro Diluvio para devastar la tierra". Dios añadió: "Éste será el signo de la Alianza que establezco con ustedes, y con todos los seres vivientes que los acompañan, para todos los tiempos futuros: Yo pongo mi arco en las nubes, como un signo de mi Alianza con la tierra. Cuando cubra de nubes la tierra y aparezca mi arco entre ellas, me acordaré de mi Alianza con ustedes y con todos los seres vivientes, y no volverán a precipitarse las aguas del Diluvio para destruir a los mortales".

Palabra de Dios.

SALMO
Sal 24, 4-9

R. Tus senderos, Señor, son amor y fidelidad. O bien: Guía nuestros pasos, Señor, por el camino de la paz.

Muéstrame, Señor, tus caminos, enséñame tus senderos. Guíame por el camino de tu fidelidad; enséñame, porque tú eres mi Dios y mi salvador. R.
Acuérdate, Señor, de tu compasión y de tu amor, porque son eternos. Por tu bondad, Señor, acuérdate de mí según tu fidelidad. R.
El Señor es bondadoso y recto: por eso muestra el camino a los extraviados; Él guía a los humildes para que obren rectamente y enseña su camino a los pobres. R.

SEGUNDA LECTURA
Ped 3, 18-22

Lectura de la primera carta del apóstol san Pedro.

      Queridos hermanos: Cristo padeció una vez por los pecados ?el justo por los injustos? para que, entregado a la muerte en su carne y vivificado en el Espíritu, los llevara a ustedes a Dios. Y entonces fue a hacer su anuncio a los espíritus que estaban prisioneros, a los que se resistieron a creer cuando Dios esperaba pacientemente, en los días en que Noé construía el arca. En ella, unos pocos ?ocho en total? se salvaron a través del agua. Todo esto es figura del bautismo, por el que ahora ustedes son salvados, el cual no consiste en la supresión de una mancha corporal, sino que es el compromiso con Dios de una conciencia pura, por la resurrección de Jesucristo, que está a la derecha de Dios, después de subir al cielo y de habérsele sometido los Ángeles, las Dominaciones y las Potestades.

Palabra de Dios.

EVANGELIO
Mc 1, 12-15

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos.

El Espíritu llevó a Jesús al desierto, donde fue tentado por Satanás durante cuarenta días. Vivía entre las fieras, y los ángeles lo servían. Después que Juan Bautista fue arrestado, Jesús se dirigió a Galilea. Allí proclamaba la Buena Noticia de Dios, diciendo: "El tiempo se ha cumplido: el Reino de Dios está cerca. Conviértanse y crean en la Buena Noticia".

Palabra del Señor.


Alocución de S. S.Benedicto XVI. Angelus 26-02-12
      En este primer domingo de Cuaresma, encontramos a Jesús que, después de haber recibido el bautismo en el río Jordán de Juan el Bautista (Cfr. Mc 1, 9), padece la tentación en el desierto (Cfr. Mc 1, 12-13). La narración de san Marcos es concisa, carente de los detalles que leemos en los otros dos Evangelios de Mateo y de Lucas.

     El desierto del que se habla tiene diversos significados. Puede indicar el estado de abandono y de soledad, el “lugar” de la debilidad del hombre donde no hay apoyos y seguridades, donde la tentación se hace más fuerte. 

     Pero también puede indicar un lugar de refugio y de reparo, como lo fue para el pueblo de Israel liberado de la esclavitud egipcia, donde se puede experimentar de modo particular la presencia de Dios. Jesús “en el desierto permaneció cuarenta días, siendo tentado por Satanás” (Mc 1, 13). San León Magno comenta que “el Señor ha querido padecer el ataque del tentador para defendernos con su ayuda y para instruirnos con su ejemplo” (Tractatus XXXIX, 3 De ieiunio quadragesimae: CCL 138/A, Turnholti 1973, 214-215).

jueves, 23 de febrero de 2012

Miércoles de Ceniza. Lecturas. 22-02-12

LECTURA
Jl 2, 12-18

Lectura de la profecía de Joel.

      Ahora dice el Señor: Vuelvan a mí de todo corazón, con ayuno, llantos y lamentos. Desgarren su corazón y no sus vestiduras, y vuelvan al Señor, su Dios, porque él es bondadoso y compasivo, lento para la ira y rico en amor, y se arrepiente de sus amenazas. ¡Quién sabe si él no se volverá atrás y se arrepentirá, y dejará detrás de sí una bendición: la ofrenda y la libación para el Señor, su Dios! ¡Toquen la trompeta en Sión, prescriban un ayuno, convoquen a una reunión solemne, reúnan al pueblo, convoquen a la asamblea, congreguen a los ancianos, reúnan a los pequeños y a los niños de pecho! ¡Que el recién casado salga de su alcoba y la recién casada de su lecho nupcial! Entre el vestíbulo y el altar lloren los sacerdotes, los ministros del Señor, y digan: "¡Perdona, Señor, a tu pueblo, no entregues tu herencia al oprobio, y que las naciones no se burlen de ella! ¿Por qué se ha de decir entre los pueblos: Dónde está su Dios?". El Señor se llenó de celos por su tierra y se compadeció de su pueblo.

Palabra de Dios.

SALMO
Sal 50, 3-6. 12-14. 17

¡Ten piedad, Señor, porque hemos pecado!

¡Ten piedad de mí, Señor, por tu bondad, 
por tu gran compasión, borra mis faltas! 
¡Lávame totalmente de mi culpa 
y purifícame de mi pecado! 

Porque yo reconozco mis faltas 
y mi pecado está siempre ante mí. 
Contra ti, contra ti solo pequé 
e hice lo que es malo a tus ojos. 

Crea en mí, Dios mío, un corazón puro, 
y renueva la firmeza de mi espíritu. 
No me arrojes lejos de tu presencia 
ni retires de mí tu santo espíritu. 

Devuélveme la alegría de tu salvación, 
que tu espíritu generoso me sostenga. 
Abre mis labios, Señor, 
y mi boca proclamará tu alabanza. 

SEGUNDA LECTURA
2Cor 5, 20-6, 2

Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los cristianos de Corinto.

Hermanos: Nosotros somos embajadores de Cristo, y es Dios el que exhorta a los hombres por intermedio nuestro. Por eso, les suplicamos en nombre de Cristo: déjense reconciliar con Dios. A aquel que no conoció el pecado, Dios lo identificó con el pecado en favor nuestro, a fin de que nosotros seamos justificados por él. Y porque somos sus colaboradores, los exhortamos a no recibir en vano la gracia de Dios. Porque él nos dice en la Escritura: "En el momento favorable te escuché, y en el día de la salvación te socorrí". Éste es el tiempo favorable, éste es el día de la salvación.

Palabra de Dios.


EVANGELIO
Mt 6, 1-6. 16-18

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo.

      Jesús dijo a sus discípulos: Tengan cuidado de no practicar su justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos: de lo contrario, no recibirán ninguna recompensa del Padre de ustedes que está en el cielo. Por lo tanto, cuando des limosna, no lo vayas pregonando delante de ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles, para ser honrados por los hombres. Les aseguro que ellos ya tienen su recompensa. Cuando tú des limosna, que tu mano izquierda ignore lo que hace la derecha, para que tu limosna quede en secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará. Cuando ustedes oren, no hagan como los hipócritas: a ellos les gusta orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos por los hombres. Les aseguro que ellos ya tienen su recompensa. Tú, en cambio, cuando ores, retírate a tu habitación, cierra la puerta y ora a tu Padre que está en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará. Cuando ustedes ayunen, no pongan cara triste, como hacen los hipócritas, que desfiguran su rostro para que los hombres noten que ayunan. Les aseguro que con eso, ya han recibido su recompensa. Tú, en cambio, cuando ayunes, perfuma tu cabeza y lava tu rostro, para que tu ayuno no sea conocido por los hombres, sino por tu Padre que está en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.

Palabra del Señor.

Comentario

“Nuestra oración -apoyada en la humildad y la caridad, en el ayuno y la limosna, en la abstinencia y el perdón de la injuria, en el cuidado que pondremos en hacer el bien en lugar de devolver el mal y de evitar el mal y practicar el bien- busca la paz y la obtiene porque esa oración vuela, sostenida y llevada a los cielos, donde nos ha precedido Jesucristo que es nuestra paz” (San Agustín, PL 38, 1041).



miércoles, 22 de febrero de 2012

Catequesis del Papa. Miércoles de Ceniza.

      Hoy, miércoles de Ceniza, el Santo Padre ha dedicado su catequesis de la audiencia general a reflexionar sobre el tiempo de Cuaresma que acaba de empezar, un itinerario de 40 días que conduce al Triduo Pascual, memoria de la pasión, muerte y resurrección del Señor.

      Benedicto XVI recordó a los 7.500 peregrinos que llenaban el Aula Pablo VI que, en la Iglesia antigua, la cuaresma era el tiempo en el que los catecúmenos iniciaban su camino de fe y conversión para recibir el bautismo.
      
      Sucesivamente, todos los fieles fueron invitados a vivir este periodo de renovación espiritual. De este modo, “la participación de toda la comunidad en los diversos pasajes del itinerario cuaresmal subraya una dimensión importante de la espiritualidad cristiana: gracias a la muerte y resurrección de Cristo, la redención alcanza no a unos pocos, sino a todos”.
      
      “El tiempo que precede la Pascua -continuó el Pontífice- es un tiempo de 'metanoia', el tiempo del cambio, del arrepentimiento; el tiempo que identifica nuestra vida y toda nuestra historia con un proceso de conversión que se pone en marcha ahora para encontrar al Señor al final de los tiempos”.
      

La Cuaresma, tiempo de conversión. Podcast por Mauricio I. Pérez.


Volver a vos. Autor P. Eduardo Meana

VOLVER A VOS, VOLVER A SER, VOLVER  A RESPIRAR...
SABERME SOSTENIDO POR
TU AMOR, VOLVER A AMAR.

Dejar atrás la confusión,
el pozo sin salida.
Volver a estar unido a vos,
volver a la alegría.

Del barro antiguo hacia tu imagen,
dejar soplar tu aliento...
Recuperar mi nombre de “hijo”,
estar vivo de nuevo.

Decirte que, por sobre todo,
Dios mío, te deseo.
Mi angustia desandar y anclar
en tu amor fiel y eterno.

Conversión, un cambio de actitud.

       Si leemos con atención las oraciones que integran el texto litúrgico de la celebración del Miércoles de Ceniza veremos que la Oración Colecta resume en cierto modo el sentido de este tiempo fuerte llamado Cuaresma: 
"Señor nuestro, concédenos iniciar con el santo ayuno cuaresmal un camino de verdadera conversión y de afrontar con la penitencia la lucha contra el espíritu del mal."
      El proceso de conversión es algo que nunca cesa. Si queremos vivir una vida verdaderamente cristiana, esta lucha ha de ser diaria y durará toda nuestra vida. 
Incluso teniendo la impresión de que frente a nuestros pecados somos incapaces de cambiar, si verdaderamente nos abandonamos en manos de Dios con confianza y una firme resolución de enmendarnos, la gracia de Dios actua en nosotros, pues es Él quien obra la conversión en nuestro corazón, a través de nuestra voluntad, de nuestra disposición a dejarnos moldear por Él, tal como nos lo recuerda este versículo de un pasaje de Jeremías (18, 6): "¿No puedo yo tratarlos a ustedes, casa de Israel, como ese alfarero? –oráculo del Señor–. Sí, como la arcilla en la mano del alfarero, así están ustedes en mi mano, casa de Israel." 

domingo, 19 de febrero de 2012

Domingo 7° Tiempo Ordinario Ciclo B 19-02-12


PRIMERA LECTURA

Isaías 43,18-19.21-22.24b-25. 

      No se acuerden de las cosas pasadas, no piensen en las cosas antiguas; 
yo estoy por hacer algo nuevo: ya está germinando, ¿no se dan cuenta? Sí, pondré un camino en el desierto y ríos en la estepa, para dar de beber a mi Pueblo elegido, el Pueblo que yo me formé para que pregonara mi alabanza. 
      Pero tú no me has invocado, Jacob, porque te cansaste de mí, Israel. 
      Tú no compraste para mí caña aromática ni me saciaste con la grasa de tus víctimas. ¡Me has abrumado, en cambio, con tus pecados, me has cansado con tus iniquidades! 
Pero soy yo, sólo yo, el que borro tus crímenes por consideración a mí, y ya no me acordaré de tus pecados.

PALABRA DE DIOS. 

SALMO

Salmo 41(40),2-3.4-5.13-14. 

Sáname, Señor, porque pequé contra ti.


Feliz el que se ocupa del débil y del pobre: 
el Señor lo librará en el momento del peligro. 
El Señor lo protegerá y le dará larga vida, 
lo hará dichoso en la tierra
y no lo entregará a la avidez de sus enemigos. 

El Señor lo sostendrá en su lecho de dolor 
y le devolverá la salud. 
Yo dije: "Ten piedad de mí, Señor, 
sáname, porque pequé contra ti". 

Tú me sostuviste a causa de mi integridad, 
y me mantienes para siempre en tu presencia. 
¡Bendito sea el Señor, el Dios de Israel, 
desde siempre y para siempre! ¡Amén! ¡Amén! 


SEGUNDA LECTURA

Carta II de San Pablo a los Corintios 1,18-22. 

      Les aseguro, por la fidelidad de Dios, que nuestro lenguaje con ustedes no es hoy "sí", y mañana "no". 
      Porque el Hijo de Dios, Jesucristo, el que nosotros hemos anunciado entre ustedes -tanto Silvano y Timoteo, como yo mismo- no fue "sí" y "no", sino solamente "sí". 
      En efecto, todas las promesas de Dios encuentran su "sí" en Jesús, de manera que por él decimos "Amén" a Dios, para gloria suya. 
      Y es Dios el que nos reconforta en Cristo, a nosotros y a ustedes; el que nos ha ungido, el que también nos ha marcado con su sello y ha puesto en nuestros corazones las primicias del Espíritu. 

PALABRA DE DIOS


Evangelio según San Marcos 2,1-12. 

      Unos días después, Jesús volvió a Cafarnaún y se difundió la noticia de que estaba en la casa. 
      Se reunió tanta gente, que no había más lugar ni siquiera delante de la puerta, y él les anunciaba la Palabra. 
      Le trajeron entonces a un paralítico, llevándolo entre cuatro hombres. 
      Y como no podían acercarlo a él, a causa de la multitud, levantaron el techo sobre el lugar donde Jesús estaba, y haciendo un agujero descolgaron la camilla con el paralítico. 
      Al ver la fe de esos hombres, Jesús dijo al paralítico: "Hijo, tus pecados te son perdonados". 
      Unos escribas que estaban sentados allí pensaban en su interior: 
"¿Qué está diciendo este hombre? ¡Está blasfemando! ¿Quién puede perdonar los pecados, sino sólo Dios?" 
      Jesús, advirtiendo en seguida que pensaban así, les dijo: "¿Qué están pensando? 
      ¿Qué es más fácil, decir al paralítico: 'Tus pecados te son perdonados', o 'Levántate, toma tu camilla y camina'? 
      Para que ustedes sepan que el Hijo del hombre tiene sobre la tierra el poder de perdonar los pecados 
-dijo al paralítico- yo te lo mando, levántate, toma tu camilla y vete a tu casa". 
      El se levantó en seguida, tomó su camilla y salió a la vista de todos. La gente quedó asombrada y glorificaba a Dios, diciendo: "Nunca hemos visto nada igual".

 PALABRA DEL SEÑOR.

Alocución de S. S. Benedicto XVI en el Angelus.

      Este domingo es particularmente festivo aquí en el Vaticano, a causa del Consistorio, que tuvo lugar ayer, en el cual he creado 22 nuevos cardenales. 

      Con ellos tuve la alegría, esta mañana, de concelebrar la Eucaristía en la Basílica de San Pedro, alrededor de la Tumba del Apóstol que Jesús llamó a ser la ‘piedra’ sobre la cual construir su Iglesia (cfr. Mt 16,18).

      Por esto los invito a unir también vuestra oración por estos venerados Hermanos, que ahora están más comprometidos a colaborar conmigo en la guía de la Iglesia universal y a dar testimonio del Evangelio hasta el sacrificio de la propia vida. 
      Esto significa el color rojo de sus hábitos: el color de la sangre y del amor. Algunos de ellos trabajan en Roma al servicio de la Santa Sede, otros son Pastores de importantes Iglesias diocesanas; otros se han distinguido por una larga y estimada actividad de estudio y de enseñanza. Ahora forman parte del Colegio que colabora más de cerca con el Papa en su ministerio de comunión y de evangelización: los acogemos con alegría, recordando lo que Jesús dice a sus doce apóstoles: “El que quiera ser el primero que se haga servidor de todos. Porque el mismo Hijo del hombre no vino para ser servido, sino para servir y dar su vida en rescate por una multitud”.

martes, 14 de febrero de 2012

Domingo 6° Tiempo Ordinario Ciclo B 12-02-12

PRIMERA LECTURA
Lev 13, 1-2. 45-46

Lectura del libro del Levítico.

El Señor dijo a Moisés y a Aarón: Cuando aparezca en la piel de una persona una hinchazón, una erupción o una mancha lustrosa, que hacen previsible un caso de lepra, la persona será llevada al sacerdote Aarón o a uno de sus hijos, los sacerdotes. La persona afectada de lepra llevará la ropa desgarrada y los cabellos sueltos; se cubrirá hasta la boca e irá gritando: "¡Impuro, impuro!". Será impuro mientras dure su afección. Por ser impuro, vivirá apartado y su morada estará fuera del campamento.

Palabra de Dios.

SALMO
Sal 31, 1-2. 5. 11

¡Me alegras con tu salvación, Señor!

¡Feliz el que ha sido absuelto de su pecado
y liberado de su falta! ¡Feliz el hombre
a quien el Señor no le tiene en cuenta las culpas,
y en cuyo espíritu no hay doblez!

Pero yo reconocí mi pecado, no te escondí mi culpa,
pensando: "Confesaré mis faltas al Señor".
¡Y tú perdonaste mi culpa y mi pecado! 

¡Alégrense en el Señor, regocíjense los justos!
¡Canten jubilosos los rectos de corazón! 

SEGUNDA LECTURA
1Cor 10, 31?11, 1

Lectura de la primera carta del Apóstol san Pablo a los cristianos de Corinto.

Hermanos: Sea que ustedes coman, sea que beban, o cualquier cosa que hagan, háganlo todo para la gloria de Dios. No sean motivo de escándalo ni para los judíos ni para los paganos ni tampoco para la Iglesia de Dios. Hagan como yo, que me esfuerzo por complacer a todos en todas las cosas, no buscando mi interés personal, sino el del mayor número, para que puedan salvarse. Sigan mi ejemplo, así como yo sigo el ejemplo de Cristo.

Palabra de Dios.

EVANGELIO
Mc 1, 40-45

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos.

Se le acercó un leproso a Jesús para pedirle ayuda y, cayendo de rodillas, le dijo: "Si quieres, puedes purificarme". Jesús, conmovido, extendió la mano y lo tocó, diciendo: "Lo quiero, queda purificado". En seguida la lepra desapareció y quedó purificado. Jesús lo despidió, advirtiéndole severamente: "No le digas nada a nadie, pero ve a presentarte al sacerdote y entrega por tu purificación la ofrenda que ordenó Moisés, para que les sirva de testimonio". Sin embargo, apenas se fue, empezó a proclamarlo a todo el mundo, divulgando lo sucedido, de tal manera que Jesús ya no podía entrar públicamente en ninguna ciudad, sino que debía quedarse afuera, en lugares desiertos. Y acudían a él de todas partes.

Palabra del Señor.



Alocución de S. Santidad Benedicto XVI . Angelus 12-02-12
      
     El domingo pasado hemos visto que Jesús, en su vida pública, alivió a muchos enfermos, revelando que Dios quiere para el hombre la vida, la vida en plenitud. El Evangelio de este domingo (Mc 1,40-45) nos muestra a Jesús en contacto con la forma de enfermedad considerada en aquellos tiempos la más grave, tanto de hacer a la persona “impura” y de excluirla de las relaciones sociales: hablamos de la lepra. 

      Una especial legislación (cfr Lv 13-14) reservaba a los sacerdotes la tarea de declarar a la persona leprosa, es decir impura; e igualmente correspondía al sacerdote constatar su alivio y readmitir al enfermo resanado en la vida normal.
     

Nuestra Señora de Lourdes


      El 8 de diciembre de 1.854, Pio IX proclamó el dogma de la Inmaculada Concepción de María. Cuatro años más tarde, la Virgen confirmaba esa proclamación. El 11 de febrero  de 1.858, Bernardita, una niña muy humilde, recogía leña cerca de Lourdes, una localidad en el sudoeste de Francia. Sintió un golpe de viento y vio,  en medio de una nube dorada, a una señora vestida de blanco, descalza y con los dos pies cubiertos con sendas rosas doradas. En la cintura, llevaba una cinta azul. Sus manos juntas en oración sostenían un rosario. Al principio, la niña se asustó, pero luego empezó a rezar el rosario junto con la Señora. Al finalizar, la mujer aparecida retrocedió hasta una gruta y desapareció. Este hecho se repitió 18 veces hasta el 16 de julio. En uno de los encuentros, la Señora se presentó: "Yo soy la Inmaculada Concepción", le dijo. La noticia de las apariciones se divulgó muy rápido. Muchos acudían a la gruta con curiosidad y respeto, mientras otros se burlaban. En la novena aparición, el 25 de febrero, la Señora mandó a Bernardita a beber y lavarse los pies en el agua de una fuente, señalándole el fondo de una gruta. La niña obedeció y escarbó en el suelo. Se produjo entonces el primer brote del milagroso manantial de Lourdes. Las curaciones milagrosas siguen hasta hoy procurando salud y conversiones.

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sábado, 11 de febrero de 2012

Mensaje del Santo Padre Benedicto XVI para la Cuaresma 2012



«Fijémonos los unos en los otros
para estímulo de la caridad y las buenas obras»
 (Hb 10, 24)

Queridos hermanos y hermanas

      La Cuaresma nos ofrece una vez más la oportunidad de reflexionar sobre el corazón de la vida cristiana: la caridad. En efecto, este es un tiempo propicio para que, con la ayuda de la Palabra de Dios y de los Sacramentos, renovemos nuestro camino de fe, tanto personal como comunitario. Se trata de un itinerario marcado por la oración y el compartir, por el silencio y el ayuno, en espera de vivir la alegría pascual.

      Este año deseo proponer algunas reflexiones a la luz de un breve texto bíblico tomado de la Carta a los Hebreos«Fijémonos los unos en los otros para estímulo de la caridad y las buenas obras» (10,24). Esta frase forma parte de una perícopa en la que el escritor sagrado exhorta a confiar en Jesucristo como sumo sacerdote, que nos obtuvo el perdón y el acceso a Dios. 
El fruto de acoger a Cristo es una vida que se despliega según las tres virtudes teologales: se trata de acercarse al Señor «con corazón sincero y llenos de fe» (v. 22), de mantenernos firmes «en la esperanza que profesamos» (v. 23), con una atención constante para realizar junto con los hermanos «la caridad y las buenas obras» (v. 24). Asimismo, se afirma que para sostener esta conducta evangélica es importante participar en los encuentros litúrgicos y de oración de la comunidad, mirando a la meta escatológica: la comunión plena en Dios (v. 25). Me detengo en el versículo 24, que, en pocas palabras, ofrece una enseñanza preciosa y siempre actual sobre tres aspectos de la vida cristiana: la atención al otro, la reciprocidad y la santidad personal.

      1. “Fijémonos”: la responsabilidad para con el hermano.

      El primer elemento es la invitación a «fijarse»: el verbo griego usado es katanoein, que significa observar bien, estar atentos, mirar conscientemente, darse cuenta de una realidad. Lo encontramos en el Evangelio, cuando Jesús invita a los discípulos a «fijarse» en los pájaros del cielo, que no se afanan y son objeto de la solícita y atenta providencia divina (cf. Lc 12,24), y a «reparar» en la viga que hay en nuestro propio ojo antes de mirar la brizna en el ojo del hermano (cf. Lc 6,41). Lo encontramos también en otro pasaje de la misma Carta a los Hebreos, como invitación a «fijarse en Jesús» (cf. 3,1), el  Apóstol y Sumo Sacerdote de nuestra fe. Por tanto, el verbo que abre nuestra exhortación invita a fijar la mirada en el otro, ante todo en Jesús, y a estar atentos los unos a los otros, a no mostrarse extraños, indiferentes a la suerte de los hermanos. Sin embargo, con frecuencia prevalece la actitud contraria: la indiferencia o el desinterés, que nacen del egoísmo, encubierto bajo la apariencia del respeto por la «esfera privada». También hoy resuena con fuerza la voz del Señor que nos llama a cada uno de nosotros a hacernos cargo del otro. Hoy Dios nos sigue pidiendo que seamos «guardianes» de nuestros hermanos (cf. Gn 4,9), que entablemos relaciones caracterizadas por el cuidado reciproco, por la atención al bien del otro y a todo su bien. El gran mandamiento del amor al prójimo exige y urge a tomar conciencia de que tenemos una responsabilidad respecto a quien, como yo, es criatura e hijo de Dios: el hecho de ser hermanos en humanidad y, en muchos casos, también en la fe, debe llevarnos a ver en el otro a un verdadero alter ego, a quien el Señor ama infinitamente. Si cultivamos esta mirada de fraternidad, la solidaridad, la justicia, así como la misericordia y la compasión, brotarán naturalmente de nuestro corazón. El Siervo de Dios Pablo VI afirmaba que el mundo actual sufre especialmente de una falta de fraternidad: «El mundo está enfermo. Su mal está menos en la dilapidación de los recursos y en el acaparamiento por parte de algunos que en la falta de fraternidad entre los hombres y entre los pueblos» (Carta. enc. Populorum progressio [26 de marzo de 1967], n. 66).