domingo, 28 de octubre de 2012

Domingo 30° del Tiempo Ordinario Ciclo B 30-10-12


Jesús, ¡Hijo de David, ten piedad de mí! 
      El milagro de hoy concluye el largo camino de Jesús, que llegó así a las puertas de Jerusalén. Aquí, la verdad de sus enseñanzas será corroborada por su resurrección y ascensión al cielo. La figura del ciego es muy simpática. Marcos la contrapone a todas las figuras encontradas a lo largo del camino recorrido. Marcos le da mucho realce: el ciego no tiene nombre, sino una ascendencia: el hijo de Timeo, es decir: “hijo de la justicia”, como san José (Mt 1, 19); era mendigo y ciego; nadie necesitaba de Jesús, él sí, y lo invoca. Marcos añade que estaba “sentado junto al camino”. Si el “camino” es el conjunto de las enseñanzas que fue dando Jesús, todos estaban junto al camino: Juan y su hermano querían el poder, el muchacho rico que no lo entendió, los fariseos que defendían la dureza de corazón en el matrimonio, los discípulos que no querían aceptar sus enseñanzas sobre el Mesías, el padre del joven epiléptico con su poca fe, los que habían asistido a la multiplicación de los panes sin entender, etc., en fin una multitud de ciegos y mendigos espirituales, pero nadie necesitaba de Jesús. Sólo “el hijo de la justicia” estaba en la actitud justa frente a Jesús: sabía que si él no le abría los ojos y le daba la fuerza, no lo hubiera podido seguir nunca en el camino. Se lo pidió contra viento y marea, todos le gritaban y le reprochaban, pero no se dio por vencido. Jesús lo oyó y lo mandó llamar. Es como decir que puso unos intermediarios. Éstos le dicen: “Levántate. Te llama”. Un verbo de resurrección y otro de vocación, el mismo de los apóstoles. El hombre “dio un brinco.y lo siguió en el camino”. Fue el único que lo siguió, los demás aparentemente continuaron remoloneando al lado del camino.
P. Aldo Ranieri
PRIMERA LECTURA
Jer 31, 7-9

Lectura del libro de Jeremías.

      Así habla el Señor: ¡Griten jubilosos por Jacob, aclamen a la primera de las naciones! Háganse oír, alaben y digan: "¡El Señor ha salvado a su pueblo, al resto de Israel!". Yo los hago venir del país del Norte y los reúno desde los extremos de la tierra; hay entre ellos ciegos y lisiados, mujeres embarazadas y parturientas: ¡es una gran asamblea la que vuelve aquí! Habían partido llorando, pero yo los traigo llenos de consuelo; los conduciré a los torrentes de agua por un camino llano, donde ellos no tropezarán. Porque yo soy un padre para Israel y Efraím es mi primogénito.

Palabra de Dios.

SALMO
Sal 125, 1-6

¡Grandes cosas hizo el Señor por nosotros!

Cuando el Señor cambió la suerte de Sión,
nos parecía que soñábamos:
nuestra boca se llenó de risas
y nuestros labios, de canciones. 

Hasta los mismos paganos decían:
"¡El Señor hizo por ellos grandes cosas!".
¡Grandes cosas hizo el Señor por nosotros
y estamos rebosantes de alegría! 

¡Cambia, Señor, nuestra suerte
como los torrentes del Négueb!
Los que siembran entre lágrimas
cosecharán entre canciones. 

El sembrador va llorando
cuando esparce la semilla,
pero vuelve cantando
cuando trae las gavillas. 

SEGUNDA LECTURA
Heb 5, 1-6

Lectura de la carta a los Hebreos.

      Hermanos: Todo Sumo Sacerdote del culto antiguo es tomado de entre los hombres y puesto para intervenir en favor de los hombres en todo aquello que se refiere al servicio de Dios, a fin de ofrecer dones y sacrificios por los pecados. Él puede mostrarse indulgente con los que pecan por ignorancia y con los descarriados, porque él mismo está sujeto a la debilidad humana. Por eso debe ofrecer sacrificios, no solamente por los pecados del pueblo, sino también por sus propios pecados. Y nadie se arroga esta dignidad, si no es llamado por Dios como lo fue Aarón. Por eso, Cristo no se atribuyó a sí mismo la gloria de ser Sumo Sacerdote, sino que la recibió de Aquél que le dijo: "Tú eres mi Hijo, yo te he engendrado hoy". Como también dice en otro lugar: "Tú eres sacerdote para siempre, según el orden de Melquisedec".

Palabra de Dios.

EVANGELIO
Mc 10, 46-52

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos.

      Cuando Jesús salía de Jericó, acompañado de sus discípulos y de una gran multitud, el hijo  de Timeo ?Bartimeo, un mendigo ciego? estaba sentado junto al camino. Al enterarse de que pasaba Jesús, el Nazareno, se puso a gritar: "¡Jesús, Hijo de David, ten piedad de mí!". Muchos lo reprendían para que se callara, pero él gritaba más fuerte: "¡Hijo de David, ten piedad de mí!". Jesús se detuvo y dijo: "Llámenlo". Entonces llamaron al ciego y le dijeron: "¡Ánimo, levántate! Él te llama". Y el ciego, arrojando su manto, se puso de pie de un salto y fue hacia él. Jesús le preguntó: "¿Qué quieres que haga por ti?". Él le respondió: "Maestro, que yo pueda ver". Jesús le dijo: "Vete, tu fe te ha salvado". En seguida comenzó a ver y lo siguió por el camino.

Palabra del Señor.

En español, la homilía del Papa Benedicto XVI en la Misa de clausura del Sínodo de la Nueva Evangelización (28-10-2012)


      El milagro de la curación del ciego Bartimeo ocupa un lugar relevante en la estructura del Evangelio de Marcos. En efecto, está colocado al final de la sección llamada «viaje a Jerusalén», es decir, la última peregrinación de Jesús a la Ciudad Santa para la Pascua, en donde él sabe que lo espera la pasión, la muerte y la resurrección.
      Para subir a Jerusalén, desde el valle del Jordán, Jesús pasó por Jericó, y el encuentro con Bartimeo tuvo lugar a las afueras de la ciudad, mientras Jesús, como anota el evangelista, salía «de Jericó con sus discípulos y bastante gente» (10, 46); gente que, poco después, aclamará a Jesús como Mesías en su entrada a Jerusalén. Bartimeo, cuyo nombre, como dice el mismo evangelista, significa «hijo de Timeo», estaba precisamente sentado al borde del camino pidiendo limosna.
      Todo el Evangelio de Marcos es un itinerario de fe, que se desarrolla gradualmente en el seguimiento de Jesús. Los discípulos son los primeros protagonistas de este paulatino descubrimiento, pero hay también otros personajes que desempeñan  un papel importante, y Bartimeo es uno de éstos. La suya es la última curación prodigiosa que Jesús realiza antes de su pasión, y no es casual que sea la de un ciego, es decir una persona que ha perdido la luz de sus ojos. Sabemos también por otros textos que en los evangelios la ceguera tiene un importante significado. Representa al hombre que tiene necesidad de la luz de Dios, la luz de la fe, para conocer verdaderamente la realidad y recorrer el camino de la vida. Es esencial reconocerse ciegos, necesitados de esta luz, de lo contrario se es ciego para siempre (cf. Jn 9,39-41).

viernes, 26 de octubre de 2012

Mensaje de la Reina de la Paz 25-10-12

     
      "¡Queridos hijos! Hoy los invito a orar por mis intenciones. Renueven el ayuno y la oración, porque satanás es astuto y atrae muchos corazones al pecado y a la perdición. Yo los invito, hijitos, a la santidad y a vivir en la gracia. Adoren a mi Hijo para que Él los colme con Su paz y Su amor que ustedes anhelan. ¡Gracias por haber respondido a mi llamado!"


Hoy los invito a orar por mis intenciones. Renueven el ayuno y la oración, porque satanás es astuto y atrae muchos corazones al pecado y a la perdición. 

          Mientras en la Iglesia se suele callar y pocos hablan de satanás, del infierno, de las acciones diabólicas y cómo contrarrestarlas, nuestra Santísima Madre continuamente nos alerta acerca de la acción demoníaca y nos dice cómo combatirla.
          Se ha dicho, y con razón, que sobre satanás y los demonios se puede incurrir en dos graves errores: nunca mencionarlo y con ello contribuir a la estrategia del Enemigo -que es la de hacer creer que no existe y que tampoco existe el infierno, que todo es rémora de tiempos de ignorancia- o bien todo lo contrario, o sea atribuir al Demonio un poder omnímodo dándole así una desmedida importancia, ya que se lo convierte en una especie de segundo dios. Esto último es grave herejía, porque satanás es una criatura, ciertamente poderosa, pero jamás se lo puede comparar a Dios a quien está sometido.
          La Santísima Virgen es la potentísima enemiga del Adversario de Dios y de los hombres, el Dragón o la serpiente antigua o Diablo o satanás (Cf. Ap 12:9). Ante su presencia huye el Demonio. Ella, la que le aplasta la cabeza al Soberbio Enemigo (Cf Gn 3:15) nos recuerda, a nosotros sus hijos, cómo combatir a satanás, cómo impedirle que se aproveche de nuestras grietas y debilidades. ¿Cómo? Pues, renovando la oración y el ayuno, que significa reforzar la oración alicaída y retomar el ayuno si se lo ha dejado.
          En el episodio del joven poseído (Mc 9:17ss) -a quien los discípulos de Jesús no pudieron exorcizar del demonio que lo tenía esclavo y que hasta en ocasiones intentaba matarlo- luego de que el Señor lo había expulsado, sus discípulos le preguntan porqué ellos no lo habían logrado. El Señor les responde que a ciertos demonios no es posible expulsarlos si no es con oración y ayuno (Cf. Mc 9:29).
          A satanás se lo combate con la oración y el ayuno. Con la oración del corazón y el ayuno del corazón. Es decir poniendo el corazón en la oración y en el ayuno, puesto que ambos van dirigidos y ofrecidos a Dios.
          Es con el poder de Jesucristo acompañado del ayuno, sacrificio ofrecido al Señor, que satanás es alejado.
          Oración y ayuno van juntos. La oración ayuda a ayunar y el ayuno potencia la oración. Cuando una persona ora y ayuna con el corazón en él reina sólo Dios y no hay lugar para el Enemigo.

Domingo 29° del Tiempo Ordinario Ciclo B 21-10-12


El poder es servicio
      Marcos hoy nos propone la tercera enseñanza fundamental en el camino del seguimiento de Jesús. En los domingos anteriores, nos enseñó acerca del amor en el matrimonio y de la función de las riquezas en la vida social. Hoy toca el tema del poder, es el más complicado: quien tiene poder, tiene riquezas y… hace lo que quiere. La pregunta la hicieron los dos hermanos que Jesús había apodado “hijos del trueno ” : Santiago y Juan (3, 17). Su padre se llamaba Zebedeo, que quiere decir “el Señor dio un regalo”, pero el regalo que les dejó a sus dos hijos no era precisamente un temperamento tranquilo (Lc 9, 54). Tal vez, de Jesús admiraban el poder que tenía sobre el diablo (3, 27) y del cual querían ser los herederos. Tal vez simpatizaban ellos también con ciertos movimientos nacionalistas contra el poder de los romanos, como otro apóstol, Simón, apodado el Zelote, algo así como “el guerrillero” (Lc 6, 15). La enseñanza de Jesús es clara: el poder es servicio. Esta expresión la repiten todos los que tienen cargos públicos o privados, pero lamentablemente, la realidad en muchísimos casos va por otro camino. El tema es que Jesús pone una condición para que se pueda practicar realmente: primero hay que compartir con él la copa que bebió primero él. La copa es símbolo de alianza y comunión. Sin la comunión con Jesús, la ambición del poder somete a todos, también al que lo tiene. Por eso, la primera lectura nos propone la figura misteriosa del Siervo del Señor. Primero habla de la “copa”, es decir del sacrificio: “darse a sí mismo en expiación”; después de la vida: “alargará sus días y verá la luz”. El servicio por amor gratuito a los demás es sacrificio, pero es el verdadero y único camino a la paz.
P. Aldo Ranieri
PRIMERA LECTURA
Is 53, 10-11

Lectura del libro de Isaías.

      El Señor quiso aplastarlo con el sufrimiento. Si ofrece su vida en sacrificio de reparación, verá su descendencia, prolongará sus días, y la voluntad del Señor se cumplirá por medio de él. A causa de tantas fatigas, él verá la luz y, al saberlo, quedará saciado. Mi Servidor justo justificará a muchos y cargará sobre sí las faltas de ellos.

Palabra de Dios.

SALMO
Sal 32, 4-5. 18-20. 22

Señor, que descienda tu amor sobre nosotros.

La palabra del Señor es recta 
y él obra siempre con lealtad; 
Él ama la justicia y el derecho, 
y la tierra está llena de su amor. 

Los ojos del Señor están fijos 
sobre sus fieles, 
sobre los que esperan en su misericordia, 
para librar sus vidas de la muerte 
y sustentarlos en el tiempo de indigencia. 

Nuestra alma espera en el Señor: 
Él es nuestra ayuda y nuestro escudo. 
Señor, que tu amor descienda sobre nosotros, 
conforme a la esperanza que tenemos en ti. 

SEGUNDA LECTURA
Heb 4, 14-16

Lectura de la carta a los Hebreos.

      Hermanos: Ya que tenemos en Jesús, el Hijo de Dios, un Sumo Sacerdote insigne que penetró en el cielo, permanezcamos firmes en la confesión de nuestra fe. Porque no tenemos un Sumo Sacerdote incapaz de compadecerse de nuestras debilidades; al contrario, Él fue sometido a las mismas pruebas que nosotros, a excepción del pecado. Vayamos, entonces, confiadamente al trono de la gracia, a fin de obtener misericordia y alcanzar la gracia de un auxilio oportuno.

Palabra de Dios.

EVANGELIO
Mc 10, 35-45

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos.

      Santiago y Juan, los hijos de Zebedeo, se acercaron a Jesús y le dijeron: "Maestro, queremos que nos concedas lo que te vamos a pedir". Él les respondió: "¿Qué quieren que haga por ustedes?". Ellos le dijeron: "Concédenos sentarnos uno a tu derecha y el otro a tu izquierda, cuando estés en tu gloria". Jesús les dijo: "No saben lo que piden. ¿Pueden beber el cáliz que yo beberé y recibir el bautismo que yo recibiré?". "Podemos", le respondieron. Entonces Jesús agregó: "Ustedes beberán el cáliz que yo beberé y recibirán el mismo bautismo que yo. En cuanto a sentarse a mi derecha o a mi izquierda, no me toca a mí concederlo, sino que esos puestos son para quienes han sido destinados". Los otros diez, que habían oído a Santiago y a Juan, se indignaron contra ellos. Jesús los llamó y les dijo: "Ustedes saben que aquellos a quienes se considera gobernantes, dominan a las naciones como si fueran sus dueños, y los poderosos les hacen sentir su autoridad. Entre ustedes no debe suceder así. Al contrario, el que quiera ser grande, que se haga servidor de ustedes; y el que quiera ser el primero, que se haga servidor de todos. Porque el mismo Hijo del hombre no vino para ser servido, sino para servir y dar su vida en rescate por una multitud".

Palabra del Señor.


Ángelus del Papa Benedicto XVI , domingo 21 octubre 2012: Por el Santuario de Lourdes, las Misiones y el Sínodo de Obispos
      Este Vigésimo noveno Domingo del Tiempo Ordinario 21 de octubre , tras elevar al honor de los altares a los siete nuevos santos: Giacomo Berthieu, Pietro Calungsod, Giovanni Battista Piamarta, Maria Carmen Sullés y Barangueras, Marianna Cope, Caterina Tekakwitha y Anna Schaffer, y poco antes de pronunciar el rezo mariano del Angelus Domini, Benedicto XVI expresó su preocupación por el Santuario de Lourdes inundado a causa de la crecida del río Gave que corre frente a la gruta de las Apariciones de la Santísima Virgen.
      El Sucesor de Pedro pidió a la Virgen María reina de todos los Santos, su materna protección para los misioneros y misioneras, sacerdotes y laicos, que esparcen la Palabra de Dios, y dirigió un especial pensamiento al Sínodo de los Obispos que esta semana entra en su última fase de trabajos.
      Las lluvias torrenciales que han azotado en las últimas horas los pirineos franceses, han causado inundaciones en la ciudad, y en el Santuario de Nuestra Señora de Lourdes, 500 peregrinos se han visto forzados a abandonar los albergues y encontrar refugio en otra parte. En particular, han sido evacuadas las casas y hoteles que se encuentran próximos al río Gave de Pau, cuya crecida ha ocasionado la inundación de la Gruta de Nuestra Señora de Lourdes.

lunes, 15 de octubre de 2012

Domingo 28° del Tiempo Ordinario Ciclo B 14-10-12


Jesús es la herencia de vida eterna
      El evangelio nos presenta el encuentro entre un joven rico y Jesús. Dos caminos diversos que se cruzaron en un punto. El joven recorría el camino de la Ley, Jesús enseñaba la conducta del Reino. Los dos caminos no se fundieron en uno solo, el muchacho ante la propuesta de Jesús se alejó apenado. Y, sin embargo, era un joven perfecto; Jesús “lo amó”. Diríamos que tenía todo en regla para llegar a ser un “discípulo de Jesús”. ¿Por qué falló la cosa? Marcos nos dice que “tenía muchos bienes”, que no quiere decir que “amaba la riqueza”. En el tiempo de Jesús, se pensaba que tener riquezas y ser misericordioso con los demás quería decir que estaba bendecido por Dios, como dice el libro de Proverbios (Prov 10, 22. 25). El muchacho administraba bien su hacienda y era generoso, claro signo de que Dios estaba con él, lo mismo que decía Job (Jb 31, 24-25. 35). Las palabras del muchacho manifiestan su rectitud: “qué tengo que hacer, para tener en herencia la vida eterna”. Ninguno de los discípulos de Jesús le había dicho algo parecido; Jesús lo sintió muy cercano y le hizo su propuesta. Jesús es la “herencia de vida eterna”, la verdadera riqueza. “Ser rico” consiste en unirse a él en la fe. Desde ahí se construye el Reino de la justicia y de la paz. La frase “vende y dáselo a los pobres” no es fácil de interpretar hoy. “Vender” sería como “desprenderse” y “dar a los pobres” sería como “crear fuentes de trabajo”, una idea del Papa Pablo VI en su encíclica Populorum Progressio que podemos resumir así: cuando el capital supera ciertos niveles, el que lo tiene no puede disponer de él como quiere, sino que debe reinvertirlo creando fuentes de trabajo para sus conciudadanos.
P. Aldo Ranieri
PRIMERA LECTURA
Sab 7, 7-11

Lectura del libro de la Sabiduría.

      Oré, y me fue dada la prudencia, supliqué, y descendió sobre mí el espíritu de la Sabiduría. La preferí a los cetros y a los tronos, y tuve por nada las riquezas en comparación con ella. No la igualé a la piedra más preciosa, porque todo el oro, comparado con ella, es un poco de arena; y la plata, a su lado, será considerada como barro. La amé más que a la salud y a la hermosura, y la quise más que a la luz del día, porque su resplandor no tiene ocaso. Junto con ella me vinieron todos los bienes, y ella tenía en sus manos una riqueza incalculable.

Palabra de Dios.

SALMO
Sal 89, 12-17

Señor, sácianos con tu amor.

Enséñanos a calcular nuestros años, 
para que nuestro corazón alcance la sabiduría. 
¡Vuélvete, Señor! ¿Hasta cuándo...? 
Ten compasión de tus servidores. 

Sácianos en seguida con tu amor, 
y cantaremos felices toda nuestra vida. 
Alégranos por los días en que nos afligiste, 
por los años en que soportamos la desgracia. 

Que tu obra se manifieste a tus servidores, 
y que tu esplendor esté sobre tus hijos. 
Que descienda hasta nosotros la bondad del Señor; 
que el Señor, nuestro Dios, 
haga prosperar la obra de nuestras manos.

SEGUNDA LECTURA
Heb 4, 12-13

Lectura de la carta a los Hebreos.

      Hermanos: La Palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que cualquier espada de doble filo: ella penetra hasta la raíz del alma y del espíritu, de las articulaciones y de la médula, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón. Ninguna cosa creada escapa a su vista, sino que todo está desnudo y descubierto a los ojos de Aquél a quien debemos rendir cuentas.

Palabra de Dios.

EVANGELIO
Mc 10, 17-30

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos.

      Jesús se puso en camino. Un hombre corrió hacia él y, arrodillándose, le preguntó: "Maestro bueno, ¿qué debo hacer para heredar la Vida eterna?". Jesús le dijo: "¿Por qué me llamas bueno? Sólo Dios es bueno. Tú conoces los mandamientos: No matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no darás falso testimonio, no perjudicarás a nadie, honra a tu padre y a tu madre". El hombre le respondió: "Maestro, todo eso lo he cumplido desde mi juventud". Jesús lo miró con amor y le dijo: "Sólo te falta una cosa: ve, vende lo que tienes y dalo a los pobres; así tendrás un tesoro en el cielo. Después, ven y sígueme". Él, al oír estas palabras, se entristeció y se fue apenado, porque poseía muchos bienes. Entonces Jesús, mirando alrededor, dijo a sus discípulos: "¡Qué difícil será para los ricos entrar en el Reino de Dios!". Los discípulos se sorprendieron por estas palabras, pero Jesús continuó diciendo: "Hijos míos, ¡qué difícil es entrar en el Reino de Dios! Es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja, que un rico entre en el Reino de Dios". Los discípulos se asombraron aún más y se preguntaban unos a otros: "Entonces, ¿quién podrá salvarse?". Jesús, fijando en ellos su mirada, les dijo: "Para los hombres es imposible, pero no para Dios, porque para él todo es posible". Pedro le dijo: "Tú sabes que nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido". Jesús respondió: "Les aseguro que el que haya dejado casa, hermanos y hermanas, madre y padre, hijos o campos por mí y por la Buena Noticia, desde ahora, en este mundo, recibirá el ciento por uno en casas, hermanos y hermanas, madres, hijos y campos, en medio de las persecuciones; y en el mundo futuro recibirá la Vida eterna".

Palabra del Señor.
  
En español, la alocución del Papa Benedicto XVI previa al rezo del ángelus del domingo 14 octubre 2012
         Queridos hermanos y hermanas: El Evangelio de este domingo (Mc 10,17-30) lleva como tema principal el de la riqueza. Jesús enseña que para un rico es muy difícil entrar en el Reino de Dios, pero no es imposible.
      En efecto, Dios puede conquistar el corazón de una persona que posee muchos bienes e impulsarla a la solidaridad y a compartir con quien tiene necesidad, con los pobres, es decir, a entrar en la lógica del don. En este modo se coloca sobre el camino de Jesucristo, el cual –como escribe el apóstol Pablo- «siendo rico, se hizo pobre por nosotros, a fin de enriquecernos con su pobreza» (2 Cor 8,9).
      Como muchas veces sucede en los Evangelios, todo inicia de un encuentro: el de Jesús con un hombre que «poseía muchos bienes» (Mc 10,22). Él era una persona que desde su juventud observaba con fidelidad todos los mandamientos de la Ley de Dios, pero que no había encontrado la verdadera felicidad; y por esto le pregunta a Jesús sobre cómo hacer para «para heredar la Vida eterna» (v. 17). Por una parte él se siente atraído, como todos, por la plenitud de la vida; por la otra, estando acostumbrado a contar sobre sus propias riquezas, piensa que también la vida eterna se pueda de alguna manera «adquirir», tal vez observando algún mandamiento especial. Jesús comprende el deseo profundo que hay en aquella persona, y –señala el evangelista- posa su mirada llena de amor sobre de él: la mirada de Dios (cfr v. 21). Pero Jesús, también comprende cual es el punto débil de aquel hombre: y es el de su apego a sus muchos bienes; y por ello le propone de darlo todo a los pobres, de modo que así, su tesoro –y por lo tanto su corazón- ya no esté más sobre la tierra, sino en el cielo, y añade, «ven y sígueme» (v. 22). Aquel tal, sin embargo, en vez de acoger con gozo la invitación de Jesús, se fue apenado (cfr v.23), porque no es capaz de despegarse de sus riquezas, que nunca podrán darle la felicidad y la vida eterna.
      Es a este punto que Jesús da a sus discípulos –y también a nosotros hoy- su enseñanza: «¡Qué difícil será para los ricos entrar en el Reino de Dios!» (v. 23). Ante estas palabras, los discípulos permanecieron desconcertados; y todavía más aún después de que Jesús hubo añadido: «Es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja, que un rico entre en el Reino de Dios». Pero, viéndolos atónitos les dijo: «Para los hombres es imposible, pero no para Dios, porque para él todo es posible» (cfr vv. 24-27). Así comenta San Clemente de Alejandría: «Que esta parábola enseñe a los ricos que no deben descuidar su salvación como si ya fuesen sido condenados, ni deben arrojar al mar la riqueza ni condenarla como insidiosa y hostil a la vida, sino que deben aprender en algún modo a usar la riqueza y procurarse la vida» (¿Quién será el rico que se salvará? Tratado, 27, 1-2). La historia de la Iglesia está llena de ejemplos de personas ricas, que han usado los propios bienes en modo evangélico, alcanzando también ellos la santidad. Pensemos en san Francisco, en santa Isabel de Hungría o san Carlos Borromeo. Que la Virgen María, Sede de la Sabiduría, nos ayude para acoger con gozo la invitación de Jesús, para entrar en la plenitud de la vida.
Traducción de Patricia L. Jáuregui Romero

Fuente: 

Publicado con el permiso de San Pablo y Ecclesia Digital

miércoles, 10 de octubre de 2012

Credo Niceno-constantinopolitano

Oración para el Año de la Fe


Creo en un solo Dios; Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible. Creo en un solo Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios, nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros, los hombres, y por nuestra salvación, bajó del cielo, y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin. Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo, recibe una misma adoración y gloria, y que habló por los profetas. Creo en la Iglesia, que es una santa, católica y apostólica. Confieso que hay un solo Bautismo para el perdón de los pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro. Amén.



Preparándonos para comenzar el Año de la Fe

      

      Tal vez aún ahora, en alguna comunidad, se continue rezando el Credo Niceno-constantinopolitano. Recuerdo que, cuando era chica y me preparaba para realizar mi Primera Comunión, en mi parroquia lo rezábamos.
      Cuando algunas veces, hojeando el Catecismo, me lo encuentro, lo leo y lo rezo y no dejo de maravillarme al hacerlo. Allí está contenido el resumen de nuestra fe y me parece una muy buena propuesta que se nos sugiera su oración diaria durante este Año de la Fe. 
      Adentrémonos con atención en esta oración y, mediante ella, reavivemos y afirmemos nuestra fe, pues toda oración es expresión de aquello en que creemos y, a la vez, es un diálogo de amor con Dios Padre, a quien nombramos en primera instancia en el Credo.
      El cristiano que no hace de su fe su centro y no alimenta esa fe, corre el riesgo de comenzar a perderla de a poco, casi imperceptiblemente hasta que el corazón comienza a perderse en la indiferencia hacia nuestro Señor y en la falta de fe.

      Su Santidad Benedicto XVI dió a conocer los dos acontecimientos por los cuales celebramos, junto a toda la cristiandad, este Año de la Fe: el 50° aniversario del inicio del Concilio Vaticano II, convocado en su momento por el Papa Juan XXIII (11-10-1962)  y el 20° aniversario de la publicación del Catecismo de la Iglesia Católica, realizado por Su Santidad Juan Pablo II (11-10-1992). Tanto en lo realizado por Juan XXIII como en lo hecho por Juan Pablo II pueden hallarse características comunes expresadas en estos acontecimientos que marcaron un momento importante dentro de la historia de la Iglesia, pues con ello se proponían:
  • Promover el desarrollo de la fe católica.
  • Lograr una renovación moral de la vida cristiana de los fieles.
      Ahora somos convocados nuevamente a dar respuesta en este Año de la Fe que se iniciará mañana. 

      En la sección Creemos de la web del Año de la Fe podrán encontrar el Comunicado sobre la Nota de la Congregación para la Doctrina de la Fe con indicaciones para el Año de la Fe. También pueden acceder a estos apartados: Catecismo de la Iglesia Católica, Compendio del catecismo, Concilio Ecuménico Vatacano II, Apóstoles, Padres de la Iglesia, Teólogos del Medioevo, Mujeres de la Fe y Oración Cristiana.

martes, 9 de octubre de 2012

Domingo 27° del Tiempo Ordinario Ciclo B 7-10-12


El amor en la unión conyugal
      Marcos une a menudo dos verbos: caminar y enseñar (Hech 9, 2). En realidad significan lo mismo: seguir las enseñanzas de Jesús es seguir el camino de la vida. Marcos, en este c. 10, nos presenta tres pilares de la moral del evangelio,como decir los mandamientos sobre los cuales el Padre no pacta. Hoy son los fariseos, los maestros en Israel (Jn 3, 10), que lo “ponen a prueba”. En realidad nos hicieron un favor, ahora está claro que para Jesús el divorcio y el adulterio no están escritos en el corazón del ser humano. En la primera lectura remontamos al acto creador de Dios: el “hombre del polvo del suelo” es el ser humano: perfecto, pero frágil. Ser sólo macho y hembra (Gn 1, 27) no significa capacidad de comunicación amorosa. Es un sinónimo de soledad. No era éste el proyecto de Dios. Dios es amor (1Jn 4, 8) y entonces transforma al ser humano, con la compleja operación de la costilla, en “esposo y esposa”. Ahora sí son a su “imagen y semejanza” (Gn 1, 26) y, como su amor es fiel, fuerte, y se dona gratuitamente, así el matrimonio se vuelve el encuentro de dos amores que, donándose gratuitamente, se fusionan más y más hasta llegar a ser “una sola carne”. “Ambos estaban desnudos” dice el texto. Aquí la desnudez tiene el sentido de confianza mutua, no el de no tener vestidos. La expresión “no sentir vergüenza”, difícil de traducir, se puede leer como “uno no era causa de decepción al otro”. Muchas veces la separación en el matrimonio es el punto final de una serie de desilusiones. Jesús llama a un niño sencillo que se quedó confiado en sus brazos, como para decir que sin su a brazo en el sacramento del matrimonio, la fragilidad originaria que llevamos adentro nos puede jugar mal.
P. Aldo Ranieri
PRIMERA LECTURA
Gn 2, 4b. 7a. 18-24

Lectura del libro del Génesis.

      Cuando el Señor Dios hizo el cielo y la tierra, modeló al hombre con arcilla del suelo, y dijo: "No conviene que el hombre esté solo. Voy a hacerle una ayuda adecuada". Entonces el Señor Dios modeló con arcilla del suelo a todos los animales del campo y a todos los pájaros del cielo, y los presentó al hombre para ver qué nombre les pondría. Porque cada ser viviente debía tener el nombre que le pusiera el hombre. El hombre puso un nombre a todos los animales domésticos, a todas las aves del cielo y a todos los animales del campo; pero entre ellos no encontró la ayuda adecuada. Entonces el Señor Dios hizo caer sobre el hombre un profundo sueño, y cuando éste se durmió, tomó una de sus costillas y cerró con carne el lugar vacío. Luego, con la costilla que había sacado del hombre, el Señor Dios formó una mujer y se la presentó al hombre. El hombre exclamó: "¡Ésta sí que es hueso de mis huesos y carne de mi carne! Se llamará Mujer, porque ha sido sacada del hombre". Por eso el hombre deja a su padre y a su madre y se une a su mujer, y los dos llegan a ser una sola carne.

Palabra de Dios.

SALMO
Sal 127, 1-6

Que el Señor nos bendiga todos los días de nuestra vida.

¡Feliz el que teme al Señor
 y sigue sus caminos! 
Comerás del fruto de tu trabajo, 
serás feliz y todo te irá bien. 

Tu esposa será como una vid fecunda 
en el seno de tu hogar; 
tus hijos, como retoños de olivo 
alrededor de tu mesa.

¡Así será bendecido el hombre que teme al Señor! 
¡Que el Señor te bendiga desde Sión 
todos los días de tu vida: 
que contemples la paz de Jerusalén!
.
¡Y veas a los hijos de tus hijos! 
¡Paz a Israel! 

SEGUNDA LECTURA
Heb 2, 9-11

Lectura de la carta a los Hebreos.

      Hermanos: A Aquél que fue puesto por poco tiempo debajo de los ángeles, a Jesús, ahora lo vemos coronado de gloria y esplendor, a causa de la muerte que padeció. Así, por la gracia de Dios, Él experimentó la muerte en favor de todos. Convenía, en efecto, que Aquél por quien y para quien existen todas las cosas, a fin de llevar a la gloria a un gran número de hijos, perfeccionara, por medio del sufrimiento, al jefe que los conduciría a la salvación. Porque el que santifica y los que son santificados, tienen todos un mismo origen. Por eso, él no se avergüenza de llamarlos hermanos.

Palabra de Dios.

EVANGELIO
Mc 10, 2-16

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos.

      Se acercaron a Jesús algunos fariseos y, para ponerlo a prueba, le plantearon esta cuestión: "¿Es lícito al hombre divorciarse de su mujer?". Él les respondió: "¿Qué es lo que Moisés les ha ordenado?". Ellos dijeron: "Moisés permitió redactar una declaración de divorcio y separarse de ella". Entonces Jesús les respondió: "Si Moisés les dio esta prescripción fue debido a la dureza del corazón de ustedes. Pero desde el principio de la creación, 'Dios los hizo varón y mujer'. 'Por eso, el hombre dejará a su padre y a su madre, y los dos no serán sino una sola carne'. De manera que ya no son dos, 'sino una sola carne'. Que el hombre no separe lo que Dios ha unido". Cuando regresaron a la casa, los discípulos le volvieron a preguntar sobre esto. Él les dijo: "El que se divorcia de su mujer y se casa con otra, comete adulterio contra aquélla; y si una mujer se divorcia de su marido y se casa con otro, también comete adulterio". Le trajeron entonces a unos niños para que los tocara, pero los discípulos los reprendieron. Al ver esto, Jesús se enojó y les dijo: "Dejen que los niños se acerquen a mí y no se lo impidan, porque el Reino de Dios pertenece a los que son como ellos. Les aseguro que el que no recibe el Reino de Dios como un niño, no entrará en él". Después los abrazó y los bendijo, imponiéndoles las manos.

Palabra del Señor.

Santa Misa para la apertura del Sínodo de los Obispos y proclamación como Doctores de la Iglesia de San Juan de Ávila y de Santa Hildegarda de Bingen

Homilía del S.s. Benedicto XVI. Plaza de San Pedro. Domingo 7 -10-2012

Venerables hermanos, queridos hermanos y hermanas
  
      Con esta solemne concelebración inauguramos la XIII Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos, que tiene como tema: La nueva evangelización para la transmisión de la fe cristiana. Esta temática responde a una orientación programática para la vida de la Iglesia, la de todos sus miembros, las familias, las comunidades, la de sus instituciones. Dicha perspectiva se refuerza por la coincidencia con el comienzo del Año de la fe, que tendrá lugar el próximo jueves 11 de octubre, en el 50 aniversario de la apertura del Concilio Ecuménico Vaticano II. Doy mi cordial bienvenida, llena de reconocimiento, a los que habéis venido a formar parte de esta Asamblea sinodal, en particular al Secretario general del Sínodo de los Obispos y a sus colaboradores. Hago extensivo mi saludo a los delegados fraternos de otras Iglesias y Comunidades Eclesiales, y a todos los presentes, invitándolos a acompañar con la oración cotidiana los trabajos que desarrollaremos en las próximas tres semanas.

      Las lecturas bíblicas de la Liturgia de la Palabra de este domingo nos ofrecen dos puntos principales de reflexión: el primero sobre el matrimonio, que retomaré más adelante; el segundo sobre Jesucristo, que abordo a continuación. No tenemos el tiempo para comentar el pasaje de lacarta a los Hebreos, pero debemos, al comienzo de esta Asamblea sinodal, acoger la invitación a fijar los ojos en el Señor Jesús, «coronado de gloria y honor por su pasión y muerte» (Hb 2,9). La Palabra de Dios nos pone ante el crucificado glorioso, de modo que toda nuestra vida, y en concreto la tarea de esta asamblea sinodal, se lleve a cabo en su presencia y a la luz de su misterio. La evangelización, en todo tiempo y lugar, tiene siempre como punto central y último a Jesús, el Cristo, el Hijo de Dios (cf. Mc 1,1); y el crucifijo es por excelencia el signo distintivo de quien anuncia el Evangelio: signo de amor y de paz, llamada a la conversión y a la reconciliación. Que nosotros venerados hermanos seamos los primeros en tener la mirada del corazón puesta en él, dejándonos purificar por su gracia.

Vaticano a católicos: Acoger Año de la Fe cargados de optimismo

VATICANO, 09 Oct. 12 / 02:49 pm (ACI/EWTN Noticias).- Esta mañana, al presentar la ceremonia de apertura del "Año de la Fe" que presidirá el próximo11 de octubre Papa Benedicto XVI desde el Vaticano, el Presidente del Pontificio Consejo para la Nueva Evangelización del Vaticano, Mons. Rino Fisichella, animó a todos a acoger este evento con optimismo y haciendo de la fe "la esencia de la vida".
El Año de la Fe comenzará este jueves y culminará el 24 de noviembre del próximo año. A través de la Carta Apostólica Porta Fidei, el Santo Padre dedicó este periodo a la Nueva Evangelización, y a la conmemoración del 50 aniversario del Concilio Ecuménico Vaticano II, y los 20 años de la publicación del Catecismo de la Iglesia Católica.
En entrevista con a ACI Prensa, Mons. Fisichella explicó que la urgencia de la Nueva Evangelización responde a una "crisis de fe que se puede mirar en todo el mundo y en toda la Iglesia, tanto en América Latina como en América del Norte, y en Europa. Pero ante todo, en este Año de la Fe, tenemos que mirar al futuro de manera más positiva, y ver la capacidad de la Iglesia de renovarse a sí misma".
El Año de la Fe, debe ser "una positiva provocación a todos los creyentes para que hagan de la fe la esencia de su vida, y sean capaces de mirar al futuro con un proyecto de vida más significativo, es decir, responder a las preguntas más importantes que cada hombre tiene en su corazón, y ver el sentido de la vida. Sin la fe no hay respuestas", dijo.

lunes, 8 de octubre de 2012

Porta Fidei. Carta Apostólica de S.S.Benedicto XVI con la que se convoca el Año de la Fe.


CARTA APOSTÓLICA
EN FORMA DE MOTU PROPRIO
PORTA FIDEI
DEL SUMO PONTÍFICE
BENEDICTO XVI
CON LA QUE SE CONVOCA EL AÑO DE LA FE

      1. «La puerta de la fe» (cf. Hch 14, 27), que introduce en la vida de comunión con Dios y permite la entrada en su Iglesia, está siempre abierta para nosotros. Se cruza ese umbral cuando la Palabra de Dios se anuncia y el corazón se deja plasmar por la gracia que transforma. Atravesar esa puerta supone emprender un camino que dura toda la vida. Éste empieza con el bautismo (cf. Rm 6, 4), con el que podemos llamar a Dios con el nombre de Padre, y se concluye con el paso de la muerte a la vida eterna, fruto de la resurrección del Señor Jesús que, con el don del Espíritu Santo, ha querido unir en su misma gloria a cuantos creen en él (cf. Jn 17, 22). Profesar la fe en la Trinidad –Padre, Hijo y Espíritu Santo– equivale a creer en un solo Dios que es Amor (cf. 1 Jn 4, 8): el Padre, que en la plenitud de los tiempos envió a su Hijo para nuestra salvación; Jesucristo, que en el misterio de su muerte y resurrección redimió al mundo; el Espíritu Santo, que guía a la Iglesia a través de los siglos en la espera del retorno glorioso del Señor.

      2. Desde el comienzo de mi ministerio como Sucesor de Pedro, he recordado la exigencia de redescubrir el camino de la fe para iluminar de manera cada vez más clara la alegría y el entusiasmo renovado del encuentro con Cristo. En la homilía de la santa Misa de inicio del Pontificado decía: «La Iglesia en su conjunto, y en ella sus pastores, como Cristo han de ponerse en camino para rescatar a los hombres del desierto y conducirlos al lugar de la vida, hacia la amistad con el Hijo de Dios, hacia Aquel que nos da la vida, y la vida en plenitud»[1]. Sucede hoy con frecuencia que los cristianos se preocupan mucho por las consecuencias sociales, culturales y políticas de su compromiso, al mismo tiempo que siguen considerando la fe como un presupuesto obvio de la vida común. De hecho, este presupuesto no sólo no aparece como tal, sino que incluso con frecuencia es negado[2]. Mientras que en el pasado era posible reconocer un tejido cultural unitario, ampliamente aceptado en su referencia al contenido de la fe y a los valores inspirados por ella, hoy no parece que sea ya así en vastos sectores de la sociedad, a causa de una profunda crisis de fe que afecta a muchas personas.