sábado, 31 de marzo de 2012

La Imitación de Cristo. Libro 1. Capítulo 3. Cuánto más...


 3. Cuánto más un alma se haya vuelto firme y simple, tanto más prontamente comprenderá muchos problemas, también difíciles, porque desde arriba recibe la luz para su inteligencia. Un espíritu puro, sólido y simple no se disipa aunque se dedique a muchas ocupaciones, porque todo lo cumple por el honor de Dios, esforzándose en evitar toda búsqueda de sí mismo.
Lo que más te impide y molesta son los deseos no mortificados del corazón.  El hombre recto y piadoso, antes dispone en su interior aquellas obras que debe cumplir exteriormente. Así que no serán éstas las que lo llevarán a deseos malos sino que será él que las doblegará al imperio de la recta razón.
    Nadie se embarca en una lucha más dura de aquel que busca venirse a sí mismo. Y esta debería ser nuestra tarea: vencernos, volvernos cada día mejores y progresar siempre más en el bien.

Los 5 minutos de la Madre Teresa.

A las puertas de la Semana Santa.



      Cada uno de nosotros debe participar de la pasión de Cristo con mucho amor. Él busca alguien que lo consuele, que lo reconforte. ¿Haces lo suficiente para ser esa persona? Cristo sufre hoy de muchas maneras en aquellos que son despreciados: hambriento de amor, nos busca; sediento de generosidad, nos suplica; deseoso de lealtad, espera en nosotros. Enfermo y en la cárcel, busca nuestra amistad. Sin hogar, busca refugio en nuestro corazón.
      ¿Serás para Él esa persona que busca?


Fuente: Los 5 minutos de la Madre Teresa

miércoles, 28 de marzo de 2012

La Imitación de Cristo. Libro 1. Capítulo 3.

LA ENSEÑANZA
DE LA VERDAD

   1. Feliz aquel que es adoctrinado directamente por la verdad, así como ella es, y no por figuras y voces que perecen, porque nuestra opinión y nuestro sentido con frecuencia nos engañan y son de corta mirada.
¿ A qué sirve una amplia y sutil discusión acerca de cosas ocultas y oscuras por las cuales, en el juicio final, no seremos considerados responsables si las hemos ignorado? Gran necedad es descuidar lo útil y necesario para dedicarnos a las curiosidades y a lo perjudicial. Tenemos ojos y no vemos (cfr. Jer. 5, 21).
  2. ¿Qué nos importa el problema de los géneros y de las especies?* Aquel a quien habla el Verbo Eterno no se preocupa de muchas opiniones. De aquella sola Palabra proceden todas las cosas y todas las cosas proclaman aquella sola Palabra; ella es el principio que continua hablando a los hombres. Sin esa Palabra nadie entiende y nadie juzga rectamente.
  Solamente quien siente todas las cosas como si fueran una sola, las lleva hacia la unidad y las ve todas en la unidad, puede poseer la paz interior y vivir en Dios con toda tranquilidad. Oh Dios, tú que eres la misma Verdad, haz que yo sea una sola cosa contigo, en un amor sin fin.
  A menudo me canso de leer y oir tantas cuestiones: lo que yo quiero y deseo, únicamente se halla en ti. Callen todos los maestros; enmudezcan ante ti todas las criaturas: tú sólo háblame.


* Términos de la filosofía escolástica. Género, en lógica es la clase que tiene más extensión y, por lo tanto, menos comprensión que el género. La especie está lógicamente subordinada al género (N. de T.)

lunes, 26 de marzo de 2012

Mensaje de María Reina de la Paz 18-03-12.

APARICIÓN ANUAL A MIRJANA

      La vidente Mirjana Dragicevic-Soldo tuvo apariciones diarias en Medjugorje desde el 24 de junio de 1981 hasta el 25 de diciembre de 1982. El último día de la aparición, después de confiarle el décimo secreto, la Virgen le dijo que durante toda su vida tendría una aparición una vez al año, el 18 de marzo. 
      Así ha sucedido durante estos años y también este año. Varios miles de peregrinos se reunieron para orar el Rosario en la Cruz Azul. La aparición comenzó a las 14hs y duró hasta las 14:05hs. 

      ¡Queridos hijos! Vengo entre ustedes porque deseo ser su Madre, su  intercesora. Deseo ser el vínculo entre ustedes y el Padre celestial, vuestra mediadora. Deseo tomarlos de las manos y caminar con ustedes en la lucha contra el espíritu impuro. Hijos míos: conságrense totalmente a mí. Yo tomaré sus vidas en mis manos maternas y les enseñaré la paz y el amor, entregándolas entonces a mi Hijo. Les pido que oren y ayunen, porque solamente así sabrán dar testimonio de mi Hijo por medio de mi Corazón materno en el modo justo. Oren por sus pastores, para que en mi Hijo puedan siempre proclamar la Palabra de Dios con alegría. Les agradezco.


Comentario


  Al leer este mensaje a alguno puede sorprenderle que la Santísima Virgen manifieste el deseo de ser vínculo, mediadora, intercesora entre nosotros y el Padre Celestial. ¿Es que acaso Jesucristo, el Hijo de Dios, no es el único Mediador entre Dios y los hombres, según lo expresa san Pablo en su carta a Timoteo (Cf. 1 Tm 2:5)?


     Si la verdad de la fe dependiese exclusivamente de lo que taxativamente está escrito en la Sagrada Escritura, excluyendo la Tradición apostólica como la otra fuente de la Revelación y la profundización compresiva del depósito de la fe (Palabra de Dios que viene de las Sagradas Escritura y la Tradición) de parte del Magisterio de la Iglesia, se podría concluir que el mensaje contiene un error posiblemente atribuible a la interpretación del instrumento, en este caso Mirjana, o a la traducción que luego se hizo.      Sin embargo, en la Última Cena con sus discípulos, el Señor manifestó que no todo estaba dicho: “Mucho tengo todavía que deciros, pero ahora no podéis con ello (soportar esa carga, según algunas traducciones del mismo pasaje)” (Jn 16:12). Ciertamente, no se puede abusar de esa frase para atribuirla a cualquier despropósito o herejía, como es el caso de sectas que, por ejemplo, niegan la divinidad de Cristo o bien su verdadera humanidad, y de falsos videntes que hablan, sólo para dar otro ejemplo, de ovnis o de seres extraterrestres que serían los ángeles, etc. Quien define aquella parte de la Revelación que estaba ya presente, pero no explicitada, es la autoridad del único Magisterio de la Iglesia[1] por inspiración del Espíritu Santo y con la autoridad de Cristo.
    

domingo, 25 de marzo de 2012

Domingo 5° de Cuaresma Ciclo B 25-03-12


PRIMERA LECTURA
Jer 31, 31-34

Lectura del libro de Jeremías.

      Llegarán los días -oráculo del Señor- en que estableceré una nueva Alianza con la casa de Israel y la casa de Judá. No será como la Alianza que establecí con sus padres el día en que los tomé de la mano para hacerlos salir del país de Egipto, mi Alianza que ellos rompieron, aunque yo era su dueño -oráculo del Señor. Ésta es la Alianza que estableceré con la casa de Israel, después de aquellos días -oráculo del Señor: pondré mi Ley dentro de ellos, y la escribiré en sus corazones; Yo seré su Dios y ellos serán mi Pueblo. Y ya no tendrán que enseñarse mutuamente, diciéndose el uno al otro: "Conozcan al Señor". Porque todos me conocerán, del más pequeño al más grande -oráculo del Señor. Porque yo habré perdonado su iniquidad y no me acordaré más de su pecado.

Palabra de Dios.

SALMO
Sal 50, 3-4. 12-15

Crea en mí, Dios mío, un corazón puro.

¡Ten piedad de mí, Señor, por tu bondad, 
por tu gran compasión, borra mis faltas! 
¡Lávame totalmente de mi culpa 
y purifícame de mi pecado! 

Crea en mí, Dios mío, un corazón puro, 
y renueva la firmeza de mi espíritu. 
No me arrojes lejos de tu presencia 
ni retires de mí tu santo espíritu.

Devuélveme la alegría de tu salvación, 
que tu espíritu generoso me sostenga: 
yo enseñaré tu camino a los impíos 
y los pecadores volverán a ti. 

SEGUNDA LECTURA
Heb 5, 7-9

Lectura de la carta a los Hebreos.

      Hermanos: Cristo dirigió durante su vida terrena súplicas y plegarias, con fuertes gritos y lágrimas, a Aquel que podía salvarlo de la muerte, y fue escuchado por su humilde sumisión. Y, aunque era Hijo de Dios, aprendió por medio de sus propios sufrimientos qué significa obedecer. De este modo, él alcanzó la perfección y llegó a ser causa de salvación eterna para todos los que le obedecen.

Palabra de Dios.

EVANGELIO
Jn 12, 20-33

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan.

      Había unos griegos que habían subido a Jerusalén para adorar a Dios durante la fiesta de Pascua. Éstos se acercaron a Felipe de Betsaida de Galilea, y le dijeron: "Señor, queremos ver a Jesús". Felipe fue a decírselo a Andrés, y ambos se lo dijeron a Jesús. Él les respondió: "Ha llegado la hora en que el Hijo del hombre va a ser glorificado. Les aseguro que si el grano de trigo que cae en la tierra no muere, queda solo; pero si muere, da mucho fruto. El que tiene apego a su vida la perderá; y el que no está apegado a su vida en este mundo, la conservará para la Vida eterna. El que quiera servirme que me siga, y donde yo esté, estará también mi servidor. El que quiera servirme, será honrado por mi Padre. Mi alma ahora está turbada. ¿Y qué diré: "Padre, líbrame de esta hora"? ¡Si para eso he llegado a esta hora! ¡Padre, glorifica tu Nombre!". Entonces se oyó una voz del cielo: "Ya lo he glorificado y lo volveré a glorificar". La multitud, que estaba presente y oyó estas palabras, pensaba que era un trueno. Otros decían: "Le ha hablado un ángel". Jesús respondió: "Esta voz no se oyó por mí, sino por ustedes. Ahora ha llegado el juicio de este mundo, ahora el Príncipe de este mundo será arrojado afuera; y cuando yo sea levantado en alto sobre la tierra, atraeré a todos hacia mí".

Palabra del Señor.

Homilía del Santo Padre Benedicto XVI. 
Parque Expo Bicentenario de León. México. 25-03-12

Queridos hermanos y hermanas:

      Me complace estar entre ustedes, y deseo agradecer vivamente a Monseñor José Guadalupe Martín Rábago, Arzobispo de León, sus amables palabras de bienvenida. Saludo al episcopado mexicano, así como a los Señores Cardenales y demás Obispos aquí presentes, en particular a los procedentes de Latinoamérica y el Caribe. Vaya también mi saludo caluroso a las Autoridades que nos acompañan, así como a todos los que se han congregado para participar en esta Santa Misa presidida por el Sucesor de Pedro.

      «Crea en mí, Señor, un corazón puro» (Sal 50,12), hemos invocado en el salmo responsorial. Esta exclamación muestra la profundidad con la que hemos de prepararnos para celebrar la próxima semana el gran misterio de la pasión, muerte y resurrección del Señor. Nos ayuda asimismo a mirar muy dentro del corazón humano, especialmente en los momentos de dolor y de esperanza a la vez, como los que atraviesa en la actualidad el pueblo mexicano y también otros de Latinoamérica.
      

La Imitación de Cristo. Libro 1. Capítulo 2. Cuanto mayor...


 3. Cuanto mayor y más profundo sea tu saber, tanto más severamente serás juzgado, a menos que no hayas vivido santamente.
 No quieras, pues, enaltecerte por alguna de las artes o ciencias, teme por el contrario, por el conocimiento que de ellas se te ha dado. Aunque te parezca que sabes muchas cosas o tienes buena inteligencia, has de saber que también son muchas más las que ignoras.

No tengas pensamientos de orgullo (Rom. 11, 20), más bien confiesa tu ignorancia. ¿Por qué quieres ponerte por encima de los demás habiendo tantos otros más doctos y más peritos en la ley que tú? Si deseas saber y conocer algo espiritualmente útil, aprende a ser ignorado y considerado una nulidad.

      4. La ciencia más profunda y más útil es conocerse a sí mismo y despreciarse. La más elevada sabiduría y perfección consiste en no ser apreciado y en tener a los demás en buena y elevada opinión. Aunque veas a otro pecar abiertamente o cometer algo grave, no debes por eso considerarte mejor que él porque no sabes por cuánto tiempo podrás perseverar en el bien. Todos somos débiles, pero no debes considerar a nadie más frágil que tú.

Domingo 4° de Cuaresma Ciclo B 18-03-12


PRIMERA LECTURA
2Crón 36, 14-16. 19-23

Lectura del segundo libro de las Crónicas.

      Todos los jefes de Judá, los sacerdotes y el pueblo multiplicaron sus infidelidades, imitando todas las abominaciones de los paganos, y contaminaron el Templo que el Señor se había consagrado en Jerusalén. El Señor, el Dios de sus padres, les llamó la atención constantemente por medio de sus mensajeros, porque tenía compasión de su pueblo y de su Morada. Pero ellos escarnecían a los mensajeros de Dios, despreciaban sus palabras y ponían en ridículo a sus profetas, hasta que la ira del Señor contra su pueblo subió a tal punto, que ya no hubo más remedio. Los caldeos quemaron la Casa de Dios, demolieron las murallas de Jerusalén, prendieron fuego a todos sus palacios y destruyeron todos sus objetos preciosos. Nabucodonosor deportó a Babilonia a los que habían escapado de la espada, y éstos se convirtieron en esclavos del rey y de sus hijos hasta el advenimiento del reino persa. Así se cumplió la palabra del Señor, pronunciada por Jeremías: "La tierra descansó durante todo el tiempo de la desolación, hasta pagar la deuda de todos sus sábados, hasta que se cumplieron setenta años". En el primer año del reinado de Ciro, rey de Persia, para que se cumpliera la palabra del Señor pronunciada por Jeremías, el Señor despertó el espíritu de Ciro, el rey de Persia, y éste mandó proclamar de viva voz y por escrito en todo su reino: "Así habla Ciro, rey de Persia: El Señor, el Dios del cielo, me ha dado todos los reinos de la tierra y él me ha encargado que le edifique una Casa en Jerusalén, de Judá. Si alguno de ustedes pertenece a ese pueblo, ¡que el Señor, su Dios, lo acompañe y que suba!".

Palabra de Dios.

SALMO
Sal 136, 1-6

¡Que no me olvide de ti, ciudad de Dios!

Junto a los ríos de Babilonia,
nos sentábamos a llorar, acordándonos de Sión.
En los sauces de las orillas
teníamos colgadas nuestras cítaras. 

Allí nuestros carceleros nos pedían cantos,
y nuestros opresores, alegría:
"¡Canten para nosotros un canto de Sión!"

¿Cómo podríamos cantar un canto del Señor
en tierra extranjera? Si me olvidara de ti, Jerusalén,
que se paralice mi mano derecha. 

Que la lengua se me pegue al paladar
si no me acordara de ti,
si no pusiera a Jerusalén
por encima de todas mis alegrías. 

SEGUNDA LECTURA
Ef 2, 4-10

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los cristianos de Éfeso.

      Hermanos: Dios, que es rico en misericordia, por el gran amor con que nos amó, precisamente cuando estábamos muertos a causa de nuestros pecados, nos hizo revivir con Cristo ?¡ustedes han sido salvados gratuitamente!? y con Cristo Jesús nos resucitó y nos hizo reinar con él en el cielo. Así, Dios ha querido demostrar a los tiempos futuros la inmensa riqueza de su gracia por el amor que nos tiene en Cristo Jesús. Porque ustedes han sido salvados por su gracia, mediante la fe. Esto no proviene de ustedes, sino que es un don de Dios; y no es el resultado de las obras, para que nadie se gloríe. Nosotros somos creación suya: fuimos creados en Cristo   Jesús, a fin de realizar aquellas buenas obras, que Dios preparó de antemano para que las practicáramos.

Palabra de Dios.

EVANGELIO
Jn 3, 14-21

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan.

      Dijo Jesús: De la misma manera que Moisés levantó en alto la serpiente en el desierto, también es necesario que el Hijo del hombre sea levantado en alto, para que todos los que creen en él tengan Vida eterna. Sí, Dios amó tanto al mundo, que entregó a su Hijo único para que todo el que cree en él no muera, sino que tenga Vida eterna. Porque Dios no envió a su Hijo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él. El que cree en él, no es condenado; el que no cree, ya está condenado, porque no ha creído en el Nombre del Hijo único de Dios. En esto consiste el juicio: la luz vino al mundo, y los hombres prefirieron las tinieblas a la luz, porque sus obras eran malas. Todo el que obra mal odia la luz y no se acerca a ella, por temor de que sus obras sean descubiertas. En cambio, el que obra conforme a la verdad se acerca a la luz, para que se ponga de manifiesto que sus obras han sido hechas en Dios.

Palabra del Señor.

Alocución de S.S. Benedicto XVI. Angelus.

Queridos hermanos y hermanas:

      En nuestro itinerario hacia la Pascua, hemos llegado al cuarto domingo de Cuaresma. Es un camino con Jesús a través del «desierto», es decir, un tiempo para escuchar más la voz de Dios y también para desenmascarar las tentaciones que hablan dentro de nosotros. En el horizonte de este desierto se vislumbra la cruz. Jesús sabe que la cruz es el culmen de su misión: en efecto, la cruz de Cristo es la cumbre del amor, que nos da la salvación. Lo dice él mismo en el Evangelio de hoy: «Lo mismo que Moisés elevó la serpiente en el desierto, así tiene que ser elevado el Hijo del hombre, para que todo el que cree en él tenga vida eterna» (Jn 3, 14-15). Se hace referencia al episodio en el que, durante el éxodo de Egipto, los judíos fueron atacados por serpientes venenosas y muchos murieron; entonces Dios ordenó a Moisés que hiciera una serpiente de bronce y la pusiera sobre un estandarte: si alguien era mordido por las serpientes, al mirar a la serpiente de bronce, quedaba curado (cf. Nm 21, 4-9).  También Jesús será levantado sobre la cruz, para que todo el que se encuentre en peligro de muerte a causa del pecado, dirigiéndose con fe a él, que murió por nosotros, sea salvado. «Porque Dios —escribe san Juan— no envió a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él» (Jn 3, 17).

martes, 20 de marzo de 2012

Himno. Este es el día del Señor


Este es el día del Señor.
Este es el tiempo de la misericordia.

Delante de tus ojos
ya no enrojeceremos
a causa del antiguo
pecado de tu pueblo.
Arrancarás de cuajo
el corazón soberbio
y harás un pueblo humilde
de corazón sincero.

En medio de las gentes
nos guardas como un resto
para cantar tus obras
y adelantar tu reino.
Seremos raza nueva
para los cielos nuevos;
sacerdotal estirpe,
según tu Primogénito.

Caerán los opresores
y exultarán los siervos;
los hijos del oprobio
serán tus herederos.
Señalarás entonces
el día del regreso
para los que comían
su pan en el destierro.

¡Exulten mis entrañas!
¡Alégrese mi pueblo!
Porque el Señor que es justo
revoca sus decretos:
La salvación se anuncia
donde acechó el infierno,
porque el Señor habita
en medio de su pueblo.


Conversión y renovación interior.

      La conversión empieza al desea dejar el pecado y vivir en el amor de Dios. La conversión auténtica es libre e implica un itinerario dinámico: son muchas las llamadas de Cristo, cada una más exigente en el amor, todas generadoras de una nueva etapa de crecimiento humano y cristiano.
      La conversión incomoda y da vida a la vez. Nos incomoda porque implica reformar, arrancar, dejar algo para hacer otra cosa. Nos da vida al humanizarnos, ayudarnos a madurar, llevarnos a hacer el bien, darnos paz y gozo interior.
      Convertirse es morir con Cristo para resucitar con él, al vencer el mal con el bien. Es uno de los procesos más grandiosos en la vida. Nos acerca a Dios en la oración, los sacramentos y la acción; nos fortalece en la lucha contra el mal y nos ayuda a dar buenos frutos. Como este proceso dura hasta la muerte, tenemos un sinnúmero de oportunidades de amar y crecer. ¡Anímate a recorrer con confianza este camino de conversión y verás que serás renovado por aquel es Camino y Vida, porque él lo transitó primero ofreciendo su propia vida, para hacer posible nuestro regreso definitivo al Padre.


Fuente: Diálogos semanales con Jesús.

Los cinco minutos de la Madre Teresa

      


      No teman hacer penitencia, especialmente durante la santa Cuaresma.    Esfuércense por ser fieles hasta en los pequeños detalles. Jesús dijo que la penitencia es necesaria si no queremos ser dominados por el pecado.

La Imitación de Cristo. Libro 1. Capítulo 2. Todo hombre...


HUMILDE APRECIO
DE SI MISMO

1. Todo hombre, por naturaleza, desea ser erudito. Pero, ¿qué importa la ciencia sin el temor de Dios? Ciertamente vale mucho más un humilde campesino que sirve a Dios que un filósofo soberbio que descuida a sí mismo e investiga las leyes del universo.
El que se conoce bien se considera de poco valor y no busca la aprobación de los hombres. Ante Dios, que me juzgará por mis acciones, ¿de qué me aprovechará el poseer toda la ciencia del mundo si no tengo caridad?
 2. No te domine demasiado el deseo de saber, porque en él encontrarás una desviación grande y un grave engaño. Los hombres de ciencia quieren aparecer y ser llamados sabios. Pero hay muchas cosas que su conocimiento poco o nada ayuda al alma. Y muy necio es aquel que atiende a muchos asuntos que nada le aprovechan a su salvación.
      Las muchas palabras no llenan el alma, pero la vida buena consuela al espíritu y una conciencia pura produce una gran confianza en Dios.

lunes, 19 de marzo de 2012

La Imitación de Cristo. Vanidad es...

4. Vanidad es, por lo tanto, buscar las riquezas perecederas y poner en ellas nuestras esperanzas. Vanidad es, también, ambicionar los honores y ensalzarse sobremanera. Vanidad es seguir los deseos carnales y codiciar y todo aquello por lo cual, un día, se deba ser gravemente castigado. Vanidad es ansiar una vida larga y preocuparse muy poco de vivirla bien. Vanidad es dejarse absorber sólo por la vida presente sin tener en cuenta la futura. Vanidad es aficionarse a lo que pasa con suma celeridad sin inquietarse para llegar allá donde los goces son eternos.
5. Recuerda con frecuencia el proverbio: No se sacia el ojo de ver, ni el oído se harta de oír (Ecl. 1, 8).
Esfuérzate, en consecuencia, para que tu corazón sea alejado del amor a las cosas visibles de acá abajo y sea llevado hacia las invisibles de arriba. Todos aquellos que se dejan llevar por sus sentidos, manchan su conciencia y pierden la gracia de Dios.

domingo, 18 de marzo de 2012

La Imitación de Cristo. Libro 1. Capítulo 1.

      3. ¿ De qué te sirve discutir profundamente de la Trinidad si no eres humilde y, por lo tanto, no agradas a la Trinidad? No son las disertaciones profundas que hacen santo y justo al hombre, sino la vida virtuosa que lo vuelve agradable a Dios. Prefiero sentir en el corazón la compunción que saberla definir. Sin el amor de Dios y sin su gracia, ¿qué te aprovechará un conocimiento exterior de toda la Biblia y de las doctrinas de todos los filósofos? Vanidad de vanidades, todo es vanidad (Ecl. 1, 2), fuera de amar a Dios y servir a él solo. Esta es la máxima sabiduría: peregrinar hacia el reino celestial despreciando las cosas mundanas.

Mensaje de María Reina de la Paz 2-03-12



      Queridos hijos, vengo entre ustedes por el inmenso amor de Dios, y persistentemente los llamo a los brazos de mi Hijo. Con corazón materno les imploro, hijos míos, y también les advierto para que en primer lugar esté en ustedes la preocupación por aquellos que aún no han conocido a mi Hijo. No permitan que ellos, observándolos a ustedes y a sus vidas, no quieran conocerlo. Oren al Espíritu Santo para que sea mi Hijo impreso en ustedes. Oren para que puedan ser apóstoles de la luz de Dios en este tiempo de tinieblas y desesperación. Éste es el tiempo en el que son puestos a prueba. Vengan conmigo, con el Rosario en la mano y el amor en el corazón. Yo los conduzco a la Pascua en mi Hijo. Oren por aquellos a quienes eligió mi Hijo, para que puedan vivir siempre por Él y en Él, Sumo Sacerdote. Gracias.
 
Comentario 

Un mensaje diferente a otros

Las apariciones de los días dos de cada mes están dedicadas a abrirnos a la realidad de una inmensa humanidad que no cree o niega o es indiferente a Dios, para que oremos, ofrezcamos por ellos y podamos ser, sino ejemplos a imitar, al menos testimonios a considerar.
Esta humanidad sin Dios es para nosotros en gran parte anónima, pero no lo es para la Santísima Virgen que los ha heredado como hijos al pie de la cruz y los conoce, como a nosotros, a cada uno en particular. Ella no condena y quiere que no apuntemos el dedo sobre ninguno sino que cooperemos a su salvación.

En el curso de los años ha dado varios mensajes similares a éste, pero el actual tiene una carga mayor y un tono diverso. Diverso porque pone ante nosotros una imagen, nuestra propia imagen, que confrontan quienes no conocen el amor de Dios.
Sabemos que muchos se han alejado de la fe debido a experiencias negativas en el trato con la Iglesia. Por eso, mucho debemos cuidarnos de dar ningún paso en falso que ponga en compromiso la salvación de otro. Los pasos en falso no son sólo los escándalos, también lo son las ambigüedades, el egoísmo, la mezquindad, la hipocresía, la arrogancia y soberbia.

La imagen que reflejamos

Debemos ser conscientes que las personas ven lo externo, no ven nuestro mundo interior. Es lo primero que ven y a veces lo único que ven.
Preguntémonos qué cara ponemos, qué impresión les produciremos a los demás. Por ejemplo, ver si acaso en nosotros no hay gestos de impaciencia, irritación, intolerancia, falta de acogimiento o actitudes de superioridad.
¡Qué terrible impresión ver personas que van asiduamente a Misa, que practican rigurosamente, en la iglesia o fuera de ella, sus devociones y se las ve luego con rostros avinagrados y sombríos! Esos rostros algo dicen, algo reflejan de un camino que no es el del amor.
Del Santo Cura de Ars, san Juan María Vianney, catedráticos y obispos decían “no sé si este señor es erudito, pero es luminoso”. ¡Ser luminoso! Luminoso es quien refleja algo de la Luz de Cristo. La santidad es luminosa, y lo que hace luminosa la mirada es el amor con que miramos. ¡Ah, si pudiéramos con nuestra sola presencia expresar que estamos enamorados del Señor!

Tengamos siempre en cuenta que vivimos sumergidos en una cultura icónica, en un mundo de imágenes. Nuestra imagen, la que debemos dar es la de un Dios que es amor. Debemos reflejar a Cristo y por eso –como nos exhorta la Santísima Virgen en este mensaje- debemos pedir al Espíritu Santo que quede impresa su imagen en nosotros.

sábado, 17 de marzo de 2012

La Imitación de Cristo. Libro 1. Capítulo 1.

 Imitación de Cristo 
menosprecio de todas las vanidades del mundo.

1.   El que me siga no andará en tinieblas (Jn. 8, 12) dice el Señor. Son palabras de Cristo que nos exhortan a imitar su vida y mente iluminados y liberados de toda ceguera interior. Por eso, nuestra máxima preocupación debe ser meditar la vida de Jesucristo.
2.   La enseñanza de Cristo es superior a la de todos los santos, y quien posea su espíritu encontrará en ella un maná escondido. Pero acontece que muchos, aunque escuchen con frecuencia el Evangelio, sienten poco deseo de practicarlo, porque no tienen el espíritu de Cristo. Por lo tanto, el que quiera comprender y saborear plenamente las palabras del Maestro debe asimilar toda su vida a la de Cristo.

La Imitación de Cristo. Introducción


INTRODUCCIÓN

      El mismo nombre de este primer libro nos da una pista sobre su contenido. Sus veinticinco capítulos están presentados como una colección de consejos para una profundización de la vida creyente de monjes, primeros destinatarios de la obra.
      Las primeras frases ubican al lector en el sentido y finalidad de estas páginas; colocan el cimiento sobre el que se edificará todo lo que ha de seguir: el sentido de la vida está en Cristo; sólo quien asimile su propia vida personal, su pensamiento, su sentimiento y su actuar, a la vida, los pensamientos, los sentimientos y las acciones del Señor, podrá ser plenamente cristiano. “Por eso, nuestra máxima preocupación debe ser meditar la vida de Jesucristo” (1,1).
      Sin embargo el camino elegido por el autor no será el de una directa meditación de la vida de Cristo. Se preocupará más bien de considerar las actitudes, acciones y renuncias que ha de asumir el discípulo para que, libre de toda atadura, pueda realmente encontrar en el Señor el sentido de su vida.
Pretende indicar una ascesis, antes que inducir al lector a una contemplación de los misterios de Jesucristo.
      Jesús tuvo un objetivo máximo en su vida: cumplir la voluntad del Padre (cfr. Jn. 4, 34); Dios siempre fue el centro de interés de su existencia en el mundo. Igual ha de ser la búsqueda constante del cristiano. Hacer de Dios la médula y el destino de la vida es el modo concreto de imitar a Cristo. Por eso, todo aquello que pueda distraerlo  de ese objetivo vital debe ser dejado de lado.

La Imitación de Cristo. Tomás de Kempis.

      
A partir de hoy y de modo que les sirva como material de reflexión durante el resto de esta Cuaresma y del año, pondré a disposición de ustedes las páginas de un libro que ha servido de inspiración y de modelo para comenzar a vivir el día a día de un modo diferente. Incluso, la lectura y meditación de este libro ha servido como impulso de cambio y de conversión a muchos hombres y mujeres a lo largo de la historia, incluso a grandes santos.
     Es necesario profundizar en los consejos que nos da el autor a través de éstas páginas. Por lo tanto iré publicándolas con asiduidad, de modo que puedan hacer con ellas una reflexión diaria. 
     Ésta es una de esas lecturas que no debieran abandonarse. Incluso finalizado el año, es bueno retomar su lectura al año siguiente de modo que el rumiar estos sencillos pero profundos consejos vayan dejando huella en nuestra alma mediante la constancia, la paciencia y la puesta en práctica. Debiera ser un libro de cabecera para todos aquellos que deseamos avanzar por el camino de la perfección espiritual.

Sobre su autor. ¿Quién fue Tomas de Kempis?

      La fama mundial de Tomás de Kempis se debe a que él escribió La Imitación de Cristo: el libro que más ediciones ha tenido, después de la Biblia. Este precioso librito es llamado "el consentido de los libros" porque se ha sacado en las ediciones de bolsillo más hermosas y lujosas, ha tenido ya más de 3.100 ediciones en los más diversos idiomas del mundo. Su primera edición salió en 1472, 20 años antes del descubrimiento de América (un año después de la muerte del autor), y durante más de 500 años ha tenido unas 6 ediciones cada año. Caso raro y excepcional.
      Tomás nació en Kempis, cerca de Colonia, en Alemania, en el año 1380. Era un hombre sumamente humilde, que pasó su larga vida (90 años) entre el estudio, la oración y las obras de caridad, dedicando gran parte de su tiempo a la dirección espiritual de personas que necesitaban de sus consejos.