¡Queridos hijos!
Hoy los invito a orar y a ayunar por mis intenciones, porque Satanás quiere destruir mi plan. Aquí comencé con esta parroquia y he llamado al mundo entero. Muchos han respondido; sin embargo, es enorme el número de aquellos que no desean escuchar ni aceptar mi invitación. Por eso, ustedes que han dicho sí, sean fuertes y decididos. ¡Gracias por haber respondido a mi llamado!
Comentario
¡Queridos hijos! Hoy los invito a orar y ayunar por mis intenciones porque Satanás quiere destruir mi plan. Aquí comencé con esta parroquia y he llamado al mundo entero.
La Madre de Dios apela a los hijos, que responden a su llamado y la siguen, para luchar contra Satanás que quiere destruir el plan de salvación que está llevando a cabo desde hace 30 años en Medjugorje. Allí nos lo recuerda, comenzó a aparecer dando sus mensajes, invitando a seguirla en el camino de conversión. Pronto desde la parroquia, el llamado se fue extendiendo por todo el mundo a través de personas- que por la íntima certeza de la verdad sobre los mensajes y acontecimientos- se adherían y a la vez vivían y difundían los mensajes.
Muchos han respondido; sin embargo es enorme el número de aquellos que no desean escuchar ni aceptar mi invitación.
En todos estos años, muchas vidas han aceptado la invitación de la Virgen y por ello han sido tocadas por la gracia extraordinaria de Dios, que la Virgen trajo consigo a Medjugorje y se convirtieron a la verdad de la fe. Aquellas personas empezaron a ayunar miércoles y viernes y a tener confesiones mensuales y Eucaristías muy frecuentes cuando no diarias. Las confesiones frecuentes y los exámenes de conciencia que la acompañaban fueron purificando el corazón. De es modo pudieron comprender qué quería decir orar con el corazón. Como lo pedía la Virgen, muchos se iniciaron en la lectura diaria de la Biblia, especialmente el Evangelio, y en la meditación de los pasajes que leían. Y también fueron llevados cada día a rezar el Rosario hasta llegar al Rosario completo (en aquel entonces los tres misterios). Espontáneamente, se fueron formando grupos de oración en los que, fundamentalmente, se rezaba el Rosario. Algunos de ellos replicaban en la medida de los posible, el programa de la parroquia de Santiago Apóstol de Medjugorje, con sus Rosarios y también con la Misa y adoración al Santísimo guiada y matizada con los cantos como los de allá.
Aunque el mensaje fue dado una sola vez bastó para que muchos sintieran el llamado a la adoración al Santísimo sin interrupción (adoración eucarística perpetua) y a enamorarse de Jesús en la Eucaristía.
Todo esto que intento resumir y mucho pero mucho más ha sido y es la respuesta al llamado que la Virgen hacía y hace desde Medjogorje.
Ahora Medjugorje es una realidad dentro de la Iglesia que nadie puede negar, como honestamente tampoco, como tampoco honestamente se puede negar la renovación espiritual que por su causa se ha extendido por todas partes.
Sin embargo la Santísima Virgen nos dice que si bien muchos respondieron son muchos más los que no lo hicieron. Son todos los que han ignorado la gracia, la han dejado pasar o peor aún, la han menospreciado y hasta combatido.