Falta poco para llegar a la semana más importante para nuestra fe, entretanto hagamos un repaso por el mensaje que nos dejaban las lecturas del 3°, 4° y 5° domingo inclusive para el que sólo nos falta 3 días.
A lo largo de esta Cuaresma en cada domingo se pone el acento en elementos y signos que se corresponden con un sacramento en particular.
A lo largo de esta Cuaresma en cada domingo se pone el acento en elementos y signos que se corresponden con un sacramento en particular.
Por ejemplo, en el 3° domingo leíamos el encuentro de Jesús con la samaritana a quién dice: "Si conocieras el don de Dios y quién es el que te dice: Dame de beber, tú misma se lo hubieras pedido y Él te habría dado agua viva.
Jesús también dice: El que beba de esta agua tendrá nuevamente sed, pero el que beba del agua que yo le daré, nunca más volverá a tener sed. El agua que yo le daré se convertirá en él en manantial que brotará hasta la vida eterna.
Jesús es el "Agua viva". Aquella que nos hace renacer a una nueva vida en el espíritu por medio del Bautismo.
En este 4° domingo lo vemos dándole la vista a un ciego de nacimiento. Esta vez una enfermedad es la via por la cual se manifiesta el poder y la misericordia de Jesús para dar a este hombre, además de la posibilidad de ver con sus ojos humanos, la gracia de ver con los ojos de la fe. Se entabla entre Jesús y el ciego un bellos diálogo:
"¿Crees en el Hijo del hombre?" dice Jesús, el ciego contesta: "¿Quién es, Señor, para que crea en él?"
Jesús le dice: "Tú lo has visto: es el que te está hablando" Entonces él ciego dice "Creo, Señor", y se postró ante él en señal de adoración. Jesús finalmente dice una gran verdad:
"He venido a este mundo para un juicio: Para que vean los que no ven y queden ciegos los que ven"
Cristo es La Luz que todo lo ilumina, ilumina nuestra fe para seguir siendo fieles en medio de tanta incredulidad y apostasía, nuestro entendimiento para comprender su Palabra y anunciarla, nuestro corazón para seguir amando a pesar de la frialdad, el rechazo hacia las cosas de Cristo.
¿Quiénes son los que ven? Aquellos que creen en Jesús y en su Palabra, los que tienen un corazón abierto para recibirlo, aquellos que lo aman con sinceridad y se preocupan por ser fieles a su mandato: Amar al prójimo.
¿Quiénes son los que quedan ciegos? Aquellos que cierran su corazón por orgullo y soberbia. Los que creen no necesitar de la misericordia de Dios, los que niegan su existencia o ridiculizan la fe, los que se aman sólo a sí mismos y no son capaces de amar a Dios porque corren toda su vida detrás de los ídolos actuales: dinero, poder, sexo, reconocimiento personal en lo profesional, tecnología, etc. Todo aquello en lo cual se ponga como centro al hombre mismo. Al interior de estos hombres y mujeres jamás llegará la luz de la fe, porque la rechazan.
Jesús reafirma nuestra fe con la luz y el fuego que descienden de lo alto, por la efusión del Espíritu Santo en el sacramento de la Confirmación. Volvemos a decir "Creo Señor" como lo dijo el ciego de nacimiento.
En este 5° Domingo veremos a Cristo en su parte humana, comovido por la muerte de un amigo, la tristeza y el sutil reproche de los familiares de este amigo conmueve su corazón: "Señor, si hubieras estado aquí, mi hermano no habría muerto. Pero yo sé que aun ahora, Dios te concederá todo lo que le pidas".
Vemos en esta expresión la fe, a pesar del dolor y la muerte. La fe es siempre el requisito para que Cristo obre su milagro en cada persona: la conversión, el cambio definitivo de vida, el paso de la muerte del alma a la vida del espíritu. Más que nunca lo vemos patente en este domingo, en el que Jesús vuelve a la vida a su amigo Lázaro. Siempre se ha de pasar por la puerta de la fe.
Jesús dice también en esta ocasión: "Yo soy la Resurrección y la Vida. El que cree en mí, aunque muera, vivirá; y todo el que vive y cree en mí, no morirá jamás. ¿Crees esto?".
Aquí la hermana de Lázaro realizará una gran confesión de fe: "Sí, Señor, creo que tú eres el Mesías, el Hijo de Dios, el que debía venir al mundo".
Jesús es la Resurrección y la Vida, Él comunica su vida de resucitado a través del sacramento de la Eucaristía, aumentando la vida de gracia de aquel que lo recibe con fe y con las debidas disposiciones: (habiéndose confesado y teniendo al menos 1 hora de ayuno antes de comulgar)
Antiguamente, estas eran las lecturas que se realizaban cuando se formaba a los catecúmenos prontos a recibir el Bautismo para ingresar en la primera comunidad cristiana.
Esto continuamos realizándolo hoy en día en este tiempo de preparación a la gran noche de Pascua. Noche en la que renovaremos nuestras promesas bautismales y responderemos con fe "Sí, creemos"
Aceptemos la salvación que Dios nos ofrece a través de sus Sacramentos, los cuales revitalizan nuestra fe constantemente. El mismo Jesús se halla oculto en ellos, pero es el modo que Él eligió para estar presente en medio de su Iglesia y habitar en ella, fortalecerla y mantenerla en la unidad. Creemos que esta presencia real de Cristo y que el poder de la gracia de Dios es más fuerte que el poder del mal.
Frase para meditar:
"El que permanece en mí y Yo en él ,
da mucho fruto, porque sin mi
nada podéis hacer" (Jn. 15,5)
Miguel Ángel Villafaña Cortes ayúdame en mis metas y logros que yo quiero acepto mi salvación y la vida eterna soy humilde ahora acepto tú ayuda como hombre humano que soy y perdóname sólo tú puedes hacerme grande Gracias Tremendo Señor y Dios mío perdona mis faltas y culpas hacia Ti y tú madre Maria pero tú sabes mi fondo interior era mi guerra y batalla encontrar la fe pero nunca fuí incrédulo de ti siempre hacia una lucha por resarte te lo comprobé con mis actos actitudes y pensamientos pero no es el final Creo en ti
ResponderEliminarHola Jesús te saluda Miguel Ángel Villafaña Cortes
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