COMO EVITAR LA
EXCESIVA FAMILIARIDAD
1. No descubras tu corazón a cualquiera (Eclo. 8, 19).
Tus problemas trátalos con quien posea la sabiduría y el temor de Dios.
Conversa poco con los inexpertos y los desconocidos. No
adules a los ricos, ni te gustes mostrarte entre grandes. Unete con los
humildes y los sencillos, con los piadosos y los virtuosos, y con ellos trata
de argumentos que favorezcan tu
santificación. No tengas familiaridad con ninguna mujer, pero encomienda a Dios
todas las mujeres buenas. Esfuérzate en vivir únicamente unido a Dios y a sus
ángeles y evita el ser conocido de los hombres.
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