2. La caridad hay que profesarla hacia todos, pero hay
que evitar la familiaridad. Sucede, en algunos casos, que alguien que no
conocemos brille por su buena fama y que, más tarde, su sola presencia nos
fastidie.
Por otra parte, a veces pensamos complacer a una
persona con nuestra visita y sucede que le desagradamos porque ella ve algo reprobable
en nuestras costumbres.
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