domingo, 30 de junio de 2013

Solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús Ciclo C 7-06-13

"La difusión de la devoción al Sagrado Corazón de Jesús se debe a Santa Margarita de Alacoque a quien Jesús se le apareció con estas palabras: 'Mira este corazón mío, que a pesar de consumirse en amor abrasador por los hombres, no recibe de los cristianos otra cosa que sacrilegio, desprecio, indiferencia e ingratitud, aún en el mismo sacramento de mi amor. Pero lo que traspasa mi Corazón más desgarradamente es que estos insultos los recibo de personas consagradas especialmente a mi servicio'".
LECTURA
Ez 34, 11-16

Lectura de la profecía de Ezequiel.

          Así habla el Señor: ¡Aquí estoy yo! Yo mismo voy a buscar mi rebaño y me ocuparé de él. Como el pastor se ocupa de su rebaño cuando está en medio de sus ovejas dispersas, así me ocuparé de mis ovejas y las libraré de todos los lugares donde se habían dispersado, en un día de nubes y tinieblas. Las sacaré de entre los pueblos, las reuniré de entre las naciones, las traeré a su propio suelo y las apacentaré sobre las montañas de Israel, en los cauces de los torrentes y en todos los poblados del país. Las apacentaré en buenos pastizales y su lugar de pastoreo estará en las montañas altas de Israel. Allí descansarán en un buen lugar de pastoreo, y se alimentarán con ricos pastos sobre las montañas de Israel. Yo mismo apacentaré a mis ovejas y las llevaré a descansar ?oráculo del Señor?. Buscaré a la oveja perdida, haré volver a la descarriada, vendaré a la herida y sanaré a la enferma, pero exterminaré a la que está gorda y robusta. Yo las apacentaré con justicia.

Palabra de Dios.

Comentario
¿Y cuáles son las ovejas de Dios, aquellas a las cuales él en persona sale a buscar? Sin dudas que son todos sus hijos, cada uno de ellos. Dios, el pastor, no discrimina, no selecciona, no excluye a ninguna oveja de su pastoreo.

SALMO
Sal 22, 1-6

El Señor es mi pastor, nada me puede faltar.

El Señor es mi pastor, nada me puede faltar. 
Él me hace descansar en verdes praderas, 
me conduce a las aguas tranquilas 
y repara mis fuerzas. 

Me guía por el recto sendero, 
por amor de su Nombre. 
Aunque cruce por oscuras quebradas, 
no temeré ningún mal, porque tú estás conmigo: 
tu vara y tu bastón me infunden confianza. 

Tú preparas ante mí una mesa, 
frente a mis enemigos; 
unges con óleo mi cabeza y mi copa rebosa. 

Tu bondad y tu gracia 
me acompañan a lo largo de mi vida; 
y habitaré en la Casa del Señor, 
por muy largo tiempo. 

SEGUNDA LECTURA
Rom 5, 5b-11

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los cristianos de Roma.

         Hermanos: El amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo, que nos ha sido dado. En efecto, cuando todavía éramos débiles, Cristo, en el tiempo señalado, murió por los pecadores. Difícilmente se encuentra alguien que dé su vida por un hombre justo; tal vez alguno sea capaz de morir por un bienhechor. Pero la prueba de que Dios nos ama es que Cristo murió por nosotros cuando todavía éramos pecadores. Y ahora que estamos justificados por su sangre, con mayor razón seremos librados por él de la ira de Dios. Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más ahora que estamos reconciliados, seremos salvados por su vida. Y esto no es todo: nosotros nos gloriamos en Dios, por medio de nuestro Señor Jesucristo, por quien desde ahora hemos recibido la reconciliación.

Palabra de Dios.

Comentario
Jesús no muere por quien se considera "bueno" o "santo". Por eso, es necesario ahondar en nuestra verdadera miseria, en la realidad de nuestro pecado, para sentir profundamente su amor salvador y misericordioso.

EVANGELIO
Lc 15, 3-7

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.

          Jesús dijo a los fariseos y a los escribas esta parábola: Si alguien tiene cien ovejas y pierde una, ¿no deja acaso las noventa y nueve en el campo y va a buscar la que se había perdido, hasta encontrarla? Y cuando la encuentra, la carga sobre sus hombros, lleno de alegría, y al llegar a su casa llama a sus amigos y vecinos, y les dice: "Alégrense conmigo, porque encontré la oveja que se me había perdido". Les aseguro que, de la misma manera, habrá más alegría en el cielo por un solo pecador que se convierta, que por noventa y nueve justos que no necesitan convertirse.

Palabra del Señor.

Comentario
Hoy nos sentimos entre los brazos de Jesús, que con ternura nos toma y nos aprieta contra su pecho, y nos dice: "No tengas miedo, yo te voy a cargar, ya no vas a caminar con tanto peso, porque yo te llevo". Ya no nos esforzamos en "subir" hasta Jesús, él vino a nosotros, y nos levanta hacia sí.


Amándolo, acercándonos, siendo tiernos con Él: “Fórmula” para retribuir al Señor. El Papa el viernes en Santa Marta

2013-06-07 Radio Vaticana

          Dejarse amar con ternura por el Señor es difícil, pero es lo que debemos pedir a Dios: fue la invitación del Papa Francisco en la Misa del viernes en la Casa de Santa Marta, refiriéndose a la solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús. En esta oportunidad estaba presente el personal del Archivo Secreto Vaticano: concelebró con el Papa el archivista de Santa Romana Iglesia, mons. Jean-Louis Bruguès, y el prefecto, mons. Sergio Pagano. Jesús nos ha tanto amado, no con palabras sino con obras y con su vida. El Santo Padre lo repitió varias veces en su homilía de hoy, en la solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús que él mismo definió “la fiesta del amor”, de un “corazón que ha amado tanto”. Un amor que, como solía repetir San Ignacio, “se manifiesta más en las obras que en las palabras” y que es sobre todo “más dar que recibir”.   “Estos dos criterios – resaltó Francisco – son como las columnas del verdadero amor” y es el Buen Pastor el que en todo representa el amor de Dios. Él conoce sus ovejas una a una, “porque – agregó el Obispo de Roma – el amor no es un amor abstracto o general: es amor hacia cada uno”:

          
         “Un Dios que se hace cercano por amor, camina con su pueblo y este caminar llega a un punto que es inimaginable. Es difícil imaginar que el mismo Señor se hace uno de nosotros y camina con nosotros, se queda con nosotros, se queda con su Iglesia, se queda en la Eucaristía, se queda en su Palabra, se queda en los pobres, se queda con nosotros caminando. Ésta es cercanía: el pastor cercano a su rebaño, cercano a sus ovejas, que conoce una a una”.
 
          Deteniéndose en un pasaje del Libro del profeta Ezequiel, el Papa resaltó otro aspecto del amor de Dios: la premura por la oveja perdida y por aquella herida y enferma:

           “¡Ternura! El Señor nos ama con ternura. El Señor conoce aquella bella ciencia de las caricias, aquella ternura de Dios. No ama con las palabras. Él se acerca – cercanía – y nos da aquel amor con ternura. ¡Cercanía y ternura! Estas dos formas de amor del Señor que se hace cercano y da todo su amor también en las cosas más pequeñas: con la ternura. Y éste es un amor fuerte, porque cercanía y ternura nos hacen ver la fortaleza del amor de Dios”.

          “Pero ¿ustedes aman como yo los he amado?” ésta fue la pregunta que el Papa Francisco planteó a la asamblea, subrayando cómo el amor deba “hacerse cercano al prójimo”, deba ser “como el amor del buen samaritano” y particularmente bajo el signo de la “cercanía y ternura”. Pero ¿cómo restituir todo este amor al Señor? La fórmula que nos dio Francisco fue: “amándolo”, hacerse “cercano a Él”, “tierno con Él”, pero –agregó- esto no es suficiente:

          “¡Ésta puede parecer una herejía, pero es la verdad más grande! ¡Más difícil que amar a Dios es dejarse amar por Él! La manera de devolver tanto amor es abrir el corazón y dejarse amar. Dejar que Él se haga cercano a nosotros y sentirlo cercano. Dejar que Él se haga tierno, que nos acaricie. Aquello es tan difícil: dejarme amar por Él. Y esto quizás es lo que debemos pedir hoy en la Misa: ¡‘Señor yo quiero amarte, pero enséñame la difícil ciencia, la difícil costumbre de dejarme amar por Ti, de sentirte cercano y de sentirte tierno!’. ¡Que el Señor nos dé esta gracia!”.
Fuente: 

No hay comentarios :

Publicar un comentario