Les hablaba en el post anterior de las dificultades que nuestra Iglesia vive, sufre y ofrece en distintas partes del mundo. Recordemos que no estamos solos, Jesús está con nosotros allí siempre, precisamente en el momento de mayor dificultad, acompañándonos en el camino. Nosostros por nuestra parte, debemos perseverar en el bien y también ofrecer las alegrías, los sufrimientos, nuestras oraciones y trabajos de cada día por manos de nuestra Madre, la Virgen y Jesús como buen hijo, recibe todo de manos de ella y hace crecer ese nuestro ofrecimiento en las arcas de la eternidad.
Les dejo hoy una bonita canción del Padre Eduardo Meana, sacerdote salesiano que ha compuesto infinidad de temas y que suele trabajar mucho con los jóvenes. El tema se llama "Si quieres te acompaño en el camino", muy propicio para estos tiempos que corren en que necesitamos siempre de esa compañía, que no falla, la de Jesús y su Madre. A ellos nos confiamos.
Si quieres te acompaño en el camino
Si quieres, te acompaño en el camino,
y en el camino vamos conversando.
Y al conversar, tus hombros se descargan;
descargas, pues tu peso voy llevando.
Pues pesa el peso de tu desencanto
y es tu resignación aún más pesada.
Pero te sostendré, pues ya sostuve
la cruz de toda cruz en mis espaldas.
Me duele que te alejes de los tuyos,
y el creciente dolor de tu aislamiento;
pues toda mi pasión es ver reunidos
a los hijos de Dios que andan dispersos.
Yo sé que ya no crees en nuestro sueño.
Buscas seguridad retrocediendo.
Pero hasta en dirección equivocada
lo mío es ir contigo, compañero.
Si quieres, te acompaño en el camino
Si quieres, hoy me quedare contigo.
Escucha profecías, peregrino,
No seas testigo de desesperanza.
Es hora que levantes la cabeza
Y, aunque anochece, alientes la confianza.
Pues es posible ver de otra manera
La trama que se te hizo tan confusa.
¿no ves el hilo de oro de la Pascua
Que rediseña todo lo que cruza?
¿no ves que desde dentro de las muertes
La muerte fue implotada y ya no mata?
Y se revela el nombre de la vida:
Y el nudo que te ataba te desata.
Partir juntos el pan en nuestra mesa
Descifra quiénes somos y seremos.
La Pascua nos irrumpe, amor de amores,
Lo más vivo venciendo lo más muerto.
Si quieres...
Por fin sabrás quién soy, sabrás quién eres,
Mientras despiertas del antiguo sueño:
Y entenderás que es fiel a sus promesas
El Dios que prometió ser compañero.
Y de la historia mía y de la tuya
Ya no te escaparás, ni tendrás miedo.
Verás la historia como historia abierta
Y la esperanza arder su ardor sereno.
Y sentirás nostalgia de tu gente.
Y querrás compartir tu aliento nuevo.
Sin más demora, ponte ya en camino.
Sin más demora, ponte en medio de ellos.
Y brillará en tu fe de caminante
Mi nombre y mi misterio de “camino"
Y de mi fiel estar acompañando
Tu amor de acompañante será el signo.
Si quieres...
Si quieres, te acompaño en el camino
Intérprete: Padre Eduardo Meana
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