lunes, 23 de enero de 2012

Domingo 3° Tiempo Ordinario Ciclo B 22-01-12

PRIMERA LECTURA
Jon 3, 1-5. 10

Lectura de la profecía de Jonás.

La palabra del Señor fue dirigida por segunda vez a Jonás, en estos términos: "Parte ahora mismo para Nínive, la gran ciudad, y anúnciale el mensaje que yo te indicaré". Jonás partió para Nínive, conforme a la palabra del Señor. Nínive era una ciudad enormemente grande: se necesitaban tres días para recorrerla. Jonás comenzó a internarse en la ciudad y caminó durante todo un día, proclamando: "Dentro de cuarenta días, Nínive será destruida". Los ninivitas creyeron en Dios, decretaron un ayuno y se vistieron con ropa de penitencia, desde el más grande hasta el más pequeño. Al ver todo lo que los ninivitas hacían para convertirse de su mala conducta, Dios se arrepintió de las amenazas que les había hecho y no las cumplió.

Palabra de Dios.

SALMO
Sal 24, 4-5. 6. 7-9

Muéstrame, Señor, tus caminos.

Muéstrame, Señor, tus caminos,
enséñame tus senderos.
Guíame por el camino de tu fidelidad;
enséñame, porque tú eres mi Dios
y mi salvador. 

Acuérdate, Señor, de tu compasión
y de tu amor, porque son eternos.
Por tu bondad, Señor,
acuérdate de mí según tu fidelidad. 

El Señor es bondadoso y recto:
por eso muestra el camino a los extraviados;
Él guía a los humildes para que obren rectamente
y enseña su camino a los pobres. 

SEGUNDA LECTURA
1Cor 7, 29-31

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los cristianos de Corinto.

Lo que quiero decir, hermanos, es esto: queda poco tiempo. Mientras tanto, los que tienen mujer vivan como si no la tuvieran; los que lloran, como si no lloraran; los que se alegran, como si no se alegraran; los que compran, como si no poseyeran nada; los que disfrutan del mundo, como si no disfrutaran. Porque la apariencia de este mundo es pasajera.

Palabra de Dios.

EVANGELIO
Mc 1, 14-20

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos.

Después, que Juan Bautista fue arrestado, Jesús se dirigió a Galilea. Allí proclamaba la Buena Noticia de Dios, diciendo: "El tiempo se ha cumplido: el Reino de Dios está cerca. Conviértanse y crean en la Buena Noticia". Mientras iba por la orilla del mar de Galilea, vio a Simón y a su hermano Andrés, que echaban las redes en el agua, porque eran pescadores. Jesús les dijo: "Síganme, y yo los haré pescadores de hombres". Inmediatamente, ellos dejaron sus redes y lo siguieron. Y avanzando un poco, vio a Santiago, hijo de Zebedeo, y a su hermano Juan, que estaban también en su barca arreglando las redes. En seguida los llamó, y ellos, dejando en la barca a su padre Zebedeo con los jornaleros, lo siguieron.

Palabra del Señor.



Alocución de S. S. Benedicto XVI para el 3° Domingo del Tiempo Ordinario.

     Este domingo cae en medio de la semana de oración por la unidad de los cristianos, que se celebra del 18 al 25 de enero. Invito cordialmente a todos a unirse en la oración que Jesús dirigió al Padre en la vigilia de su pasión: “Que todos sean uno … para que el mundo crea que tú me enviaste.”
      Este año, en particular, nuestra meditación en la Semana de oración por la unidad hace referencia a un párrafo de la Primera Carta de San Pablo a los Corintios, del cual se formuló el lema: “Todos seremos Transformados por la victoria de nuestra Señor Jesucristo” (cfr 1 Cor 15,51-58).
     Estamos llamados a contemplar la victoria de Cristo sobre el pecado y sobre la muerte, o sea su resurrección, como un evento que transforma radicalmente a cuantos creen en Él y les permite el acceso a una vida incorruptible e inmortal.
     Reconocer y acoger la fuerza transformante de la fe en Jesucristo sostiene a los cristianos en la búsqueda de la plena unidad entre ellos. 
      Este año los subsidios para la Semana de oración por la unidad de los cristianos fueron preparados por un grupo polaco. En efecto, Polonia ha tenido una larga historia de luchas valientes contra distintas adversidades y dado prueba repetidamente de gran determinación, animada por la fe. Por esto, las palabras que forman el tema que hemos recordado, tienen una resonancia y una evidencia particular para Polonia. En el curso de los siglos, los cristianos polacos han intuido espontáneamente una dimensión espiritual en su deseo de libertad y han comprendido que la verdadera victoria se puede alcanzar sólo si va acompañada por una profunda transformación interior. 
   
Ellos nos recuerdan que nuestra búsqueda de la unidad puede ser conducida en manera realística si el cambio sucede sobretodo en nosotros mismos, si dejamos actuar a Dios, si nos dejamos transformar a imagen de Cristo, si entramos en la vida nueva en Cristo, que es la verdadera victoria. 
      La unidad visible de todos los cristianos es siempre una obra que viene desde lo alto, de Dios, una obra que pide la humildad de reconocer nuestra debilidad y acoger el don. Pero, para usar una expresión que muy a menudo repetía el Beato Papa Juan Pablo II, todo don se convierte también en un compromiso. La unidad que viene de Dios exige por tanto nuestro cotidiano compromiso de abrirnos los unos a los otros en la caridad. 
      Desde hace muchos decenios, la Semana de oración por la unidad de los cristianos constituye un elemento central en la actividad ecuménica de la Iglesia. El tiempo que le dedicaremos a la oración para la plena comunión de los discípulos de Cristo nos permitirá comprender más profundamente cómo seremos transformados por su victoria, por la potencia de su resurrección. El miércoles próximo, como es costumbre, concluiremos la Semana de oración con la solemne celebración de las Vísperas de la Fiesta de la Conversión de san Pablo, en la Basílica de San Pablo extramuros, en la cual estarán presentes también los representantes de las otras Iglesias y Comunidades cristianas. Los espero numerosas en este encuentro litúrgico para renovar juntos nuestra oración al Señor, fuente de unidad. Confiemos desde ahora con confianza filial a la intercesión de la Beata Virgen María, Madre de la Iglesia.


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