domingo, 18 de septiembre de 2011

María nos dice: "Debéis ser pequeños".


      

      Durante el mes de septiembre la liturgia celebra a la Virgen María con diferentes fiestas, entre ellas, la Fiesta de la Natividad el día 8 de septiembre. Celebramos que nuestra Madre naciera libre de pecado para ser elegida Madre de Dios y por lo tanto colaboradora directa en la misión de su Hijo para llevar a cabo la voluntad de Dios: la salvación del género humano. 

      A propósito de esto me gustaría dejarles, para una posterior reflexión, un mensaje que ella misma diera a uno de sus "hijos predilectos" como llama la Virgen María a los sacerdotes. Es un mensaje dado por ella al Padre Stefano Gobbi, a quien dió numerosos mensajes por medio de locuciones interiores entre los años 1973 y 1997, con la misión de fundar el Movimiento Sacerdotal Mariano, movimiento que llevó por todo el mundo para reunir a los sacerdotes invitados por él a consagrarse al Corazón Inmaculado de María y que, unidos fuertemente al Papa y a la Iglesia a él unida, llevaran a los fieles al refugio seguro de su Corazón maternal. 

      Estos mensajes están contenidos en el libro llamado "A los sacerdotes hijos predilectos de la Santísima Virgen María". Aquí, ella misma nos habla de este importante acontecimiento:

8 de septiembre de 1976
Natividad de la Sma. Virgen María

Debéis ser pequeños.

      «Mirad, oh hijos, a esta vuestra Madre niña. Por ser pequeña fui grata al Altísimo.
      La exención de toda mancha de pecado, que por privilegio tuve desde el primer instante de mi concepción, me dio la verdadera medida de mi pequeñez.
        Pequeña por ser criatura de Dios y porque fui predestinada para ser la Madre del Verbo.
      Pequeña porque todo lo tuve de Dios.
      Pequeña porque fui cubierta con la sombra del Poder de Dios, que me recubrió con Su grandeza.
      Mi riqueza es, por eso, sólo la de los pequeños y de los pobres: la humildad, la confianza, el abandono, la esperanza.
      Hoy la Iglesia os invita a mirar a vuestra Madre Celeste en el momento de su nacimiento.
      Mirad, mis predilectos, a vuestra Madre niña y aprenderéis a ser pequeños.
      Debéis ser pequeños porque sois mis hijos y, por eso, debéis vivir mi misma vida.
      Debéis ser pequeños para convertiros en dóciles instrumentos para mis designios y para atraer sobre vosotros la complacencia de mi Hijo Jesús.
      ¡Cuánto os ama Jesús, hijos míos predilectos! Os ama precisamente porque queréis ser pequeños, pobres, sencillos, humildes.
      Debéis ser pequeños para hacer frente a Satanás, que logra seducir con el orgullo y la soberbia.
      ¿No comprendéis que a vosotros jamás logrará seducirlos y engañarlos si permanecéis humildes?
      Debéís ser cada vez más pequeños, porque vuestra Madre os quiere nutrir, os quiere vestir, os quiere llevar en sus brazos.
      Debéis ser pequeños porque así diréis siempre  a la voluntad del Padre.
      Decid Conmigo vuestro sí. Así en vosotros se repetirá siempre el  de mi perfecta docilidad al querer de Dios.
      Pequeños, en fin , para formar este humilde talón que Satanás intentará morder, pero con el que Yo misma le aplastaré la cabeza.

      Debéis, por eso, ser cada vez más pequeños si queréis preparar el mayor triunfo de mi Corazón Inmaculado.»


Fuente: 

  • A los sacerdotes hijos predilectos de la Santísima Virgen María (Centro Internacional Movimiento Sacerdotal Mariano). Págs. 217-218

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