miércoles, 3 de octubre de 2012

Santa Teresa del Niño Jesús, virgen y doctora de la Iglesia



El 20 de noviembre de 1887, León XIII había recibido la visita de peregrinos franceses, con ellos iba Teresita Martín casi una niña, de Alezán (Normandía). En silencio se acercó al Sumo Pontífice, y le pidió con humildad y regocijo que la hiciera ingresar en la orden del Carmelo, tenía 15 años. León XIII reconoció en la mirada de la niña algo mágico. Cuatro décadas transcurrieron, y la niña aquella llegada al Vaticano con los peregrinos franceses, fue primero beatificada en 1923, y elevada a los altares en 1925, por el Papa Pío XI con el nombre de Santa Teresita de Lisieux. Había nacido el 2 de enero de 1873. Alumbrada su alma una noche vio a la Virgen María; su misión era conducir almas por el amor a Dios. En Lisieux, entrando al convento, cumple las tareas en comunidad y lo hace con honda resignación y extraordinario valor. El amor a Dios fue su vocación. Su salud se quebranta muriendo el 30 de septiembre de 1897. Es desde 1927 patrona de las misiones extranjeras. Es también doctora de la Iglesia junto a Santa Catalina de Siena y Santa Teresa de Ávila.

Decía Santa Teresita:

"Comprendí que si la Iglesia tenía un cuerpo, compuesto por diferentes miembros, el más necesario, el más noble de todos no le faltaba, comprendí que la Iglesia tenía un corazón, que este corazón estaba ARDIENDO DE AMOR. Comprendí que el Amor solo hacía obrar a los miembros de la Iglesia, que si el Amor llegara a apagarse, los Apóstoles ya no anunciarían el Evangelio, los Mártires rehusarían verter su sangre... Comprendí que EL AMOR ENCERRABA TODAS LAS VOCACIONES. QUE EL AMOR ERA TODO, QUE ABARCABA TODOS LOS TIEMPOS Y TODOS LOS LUGARES... EN UNA PALABRA,
QUE ES ¡ETERNO!"

Comentario

Comenzamos el mes celebrando la memoria de Santa Teresa del Niño Jesús. Su mensaje de vida es extraordinariamente bello puesto que nos habla de la sencillez y de la perfección en las cosas pequeñas. Sencillez en el alma, detalles de amor y paciencia en los momentos difíciles: esas son sus virtudes, sus actitudes en la vida. Sin duda alguna Santa Teresita encarnó plenamente el evangelio: el más grande es el que recibe a Cristo recibiendo a los más pequeños y humildes.

Oración por las misiones

Santa Teresa del Niño Jesús, que has sido justamente proclamada Patrona de las misiones de todo el mundo: acuérdate de los ardientes deseos que manifestaste cuando vivías en la tierra, de querer plantar la Cruz de Jesucristo en todas las naciones y anunciar el Evangelio hasta la consumación de los siglos. Te suplicamos que ayudes, según tu promesa, a los sacerdotes, a los misioneros y a toda la Iglesia. 
Amén


Fuente: Encuentro con la Palabra. Ciclo B. Octubre 2012

No hay comentarios :

Publicar un comentario