Jesús es el rostro
amoroso del Padre
El evangelio
presenta el tema fundamental de la teología de Juan: Jesús es la Encarnación
del Amor del Padre, es decir el Hijo de María, que comunica el Padre a la
humanidad. El evangelio inicia con las misma palabras del libro del Génesis.
Aquí, "Al principio" mide un tiempo sin tiempo, porque habla del
proyecto que el Padre imaginó, antes de la creación del mundo, de dar la
existencia a una creatura a "su imagen y semejanza" (Gn 1, 26). San
Pablo vuelve sobre este "Al principio" fuera de la his- toria, y nos
revela cuál era la imagen de Dios sobre la cual se construiría la semejanza:
"...nos ha elegido en Cristo... de antemano, para ser sus hijos
adoptivos..." (Ef 1, 4-5). En el pasaje de hoy, Juan nos introduce en la
intimidad misma de la trinidad: "el Hijo único que está en el seno del
Padre", él se ofreció al Padre como "la imagen y semejanza" para
modelar la creación del ser humano. Jesús constituye la única posibilidad
ofrecida a los hombres de conocer ese misterio sin límites que es Dios y que
nos supera totalmente. Y, sin embargo, curiosamente, siempre estuvo, y sigue
estan- do en el ser humano, la tentación de construirse un Dios a su propia
imagen y semejanza. De ahí la raíz de todas las guerras entre hermanos, desde
Caín y Abel. Es el contexto histórico del 540 a.C. de la lectura del profeta
Isaías: Jerusalén está destruida totalmente por los ejércitos babilónicos.
Sobre esas ruinas, el profeta divisa un mensajero que trae "buenas
nuevas": el retorno del Señor a esas ruinas. Isaías ni se imaginaba quién
sería ese mensajero. Este día, nosotros lo celebramos: es Jesús que nos trae la
paz, la presencia misma de Dios, en una humanidad que necesita contemplar el
amor del Padre en el rostro de Jesús.
P. Aldo Ranieri
Como
antiguamente no era costumbre registrar las fechas de los nacimientos, no
sabemos con certeza el día del nacimiento de Jesús. Los primeros cristianos, al
expandirse en el Imperio Romano, eligieron la fecha del 25 de diciembre porque
ese día los paganos celebraban el Nacimiento del Sol. Por eso hoy celebramos el
nacimiento de quien es la Luz que llega a iluminar este mundo.
PRIMERA LECTURA
Is 9, 1-6
Lectura del libro de
Isaías.
El pueblo que caminaba en las
tinieblas ha visto una gran luz; sobre los que habitaban en el país de la
oscuridad ha brillado una luz. Tú has multiplicado la alegría, has acrecentado
el gozo; ellos se regocijan en tu presencia, como se goza en la cosecha, como
cuando reina la alegría por el reparto del botín. Porque el yugo que pesaba
sobre él, la barra sobre su espalda y el palo de su carcelero, todo eso lo has
destrozado como en el día de Madián. Porque las botas usadas en la refriega y
las túnicas manchadas de sangre, serán presa de las llamas, pasto del fuego.
Porque un niño nos ha nacido, un hijo nos ha sido dado. La soberanía reposa
sobre sus hombros y se le da por nombre: "Consejero maravilloso, Dios
fuerte, Padre para siempre, Príncipe de la paz". Su soberanía será grande,
y habrá una paz sin fin para el trono de David y para su reino; él lo establecerá
y lo sostendrá por el derecho y la justicia, desde ahora y para siempre. El
celo del Señor de los ejércitos hará todo esto.
Palabra de Dios.
SALMO
Sal 95, 1-3. 11-13
Hoy nos ha nacido un Salvador: el Mesías,
el Señor.
Canten al Señor un canto
nuevo,
cante al Señor toda la tierra;
canten al Señor,
bendigan su Nombre.
Día tras día, proclamen su
victoria,
anuncien su gloria entre las naciones,
y sus maravillas entre los
pueblos.
Alégrese el cielo y exulte la
tierra,
resuene el mar y todo lo que hay en él;
regocíjese el campo con todos
sus frutos,
griten de gozo los árboles del bosque.
Griten de gozo delante del
Señor,
porque él viene a gobernar la tierra:
Él gobernará al mundo con
justicia,
y a los pueblos con su verdad.
SEGUNDA LECTURA
Tit 2, 11-14
Lectura de la Carta
del apóstol san Pablo a Tito.
La gracia de Dios, que es
fuente de salvación para todos los hombres, se ha manifestado. Ella nos enseña
a rechazar la impiedad y los deseos mundanos, para vivir en la vida presente
con sobriedad, justicia y piedad, mientras aguardamos la feliz esperanza y la
Manifestación de la gloria de nuestro gran Dios y Salvador, Cristo Jesús. Él se
entregó por nosotros, a fin de librarnos de toda iniquidad, purificarnos y
crear para sí un Pueblo elegido y lleno de celo en la práctica del bien.
Palabra de Dios.
EVANGELIO
Lc 2, 1-14
Evangelio de nuestro
Señor Jesucristo según san Lucas.
Apareció un decreto del
emperador Augusto, ordenando que se realizara un censo en todo el mundo. Este
primer censo tuvo lugar cuando Quirino gobernaba la Siria. Y cada uno iba a
inscribirse a su ciudad de origen. José, que pertenecía a la familia de David,
salió de Nazaret, ciudad de Galilea, y se dirigió a Belén de Judea, la ciudad
de David, para inscribirse con María, su esposa, que estaba embarazada.
Mientras se encontraban en Belén, le llegó el tiempo de ser madre; y María dio
a luz a su Hijo primogénito, lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre,
porque donde se alojaban no había lugar para ellos. En esa región acampaban
unos pastores, que vigilaban por turno sus rebaños durante la noche. De pronto,
se les apareció el Ángel del Señor y la gloria del Señor los envolvió con su
luz. Ellos sintieron un gran temor, pero el Ángel les dijo: "No teman,
porque les traigo una buena noticia, una gran alegría para todo el pueblo: Hoy,
en la ciudad de David, les ha nacido un Salvador, que es el Mesías, el Señor. Y
esto les servirá de señal: encontrarán a un niño recién nacido envuelto en
pañales y acostado en un pesebre". Y junto con el Ángel, apareció de
pronto una multitud del ejército celestial, que alababa a Dios, diciendo:
"¡Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz a los hombres amados
por él!".
Palabra
del Señor.
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