jueves, 28 de febrero de 2013

Catequesis del Papa. Última Audiencia General 27-2-13



BENEDICTO XVI
AUDIENCIA GENERAL
Plaza de San Pedro
Miércoles 27 de febrero de 2013

Venerados hermanos en el episcopado y en el presbiterado,
distinguidas autoridades,
queridos hermanos y hermanas:

          Os doy las gracias por haber venido, y tan numerosos, a ésta que es mi última audiencia general.
          Gracias de corazón. Estoy verdaderamente conmovido y veo que la Iglesia está viva. Y pienso que debemos también dar gracias al Creador por el buen tiempo que nos regala ahora, todavía en invierno.

          Como el apóstol Pablo en el texto bíblico que hemos escuchado, también yo siento en mi corazón que debo dar gracias sobre todo a Dios, que guía y hace crecer a la Iglesia, que siembra su Palabra y alimenta así la fe en su Pueblo. En este momento, mi alma se ensancha y abraza a toda la Iglesia esparcida por el mundo; y doy gracias a Dios por las “noticias” que en estos años de ministerio petrino he recibido sobre la fe en el Señor Jesucristo, y sobre la caridad que circula realmente en el Cuerpo de la Iglesia, y que lo hace vivir en el amor, y sobre la esperanza que nos abre y nos orienta hacia la vida en plenitud, hacia la patria celestial.

          Siento que llevo a todos en la oración, en un presente que es el de Dios, donde recojo cada encuentro, cada viaje, cada visita pastoral. Recojo todo y a todos en la oración para encomendarlos al Señor, para que tengamos pleno conocimiento de su voluntad, con toda sabiduría e inteligencia espiritual, y para que podamos comportarnos de manera digna de Él, de su amor, fructificando en toda obra buena (cf. Col 1, 9-10).

          En este momento, tengo una gran confianza, porque sé, sabemos todos, que la Palabra de verdad del Evangelio es la fuerza de la Iglesia, es su vida. El Evangelio purifica y renueva, da fruto, dondequiera que la comunidad de los creyentes lo escucha y acoge la gracia de Dios en la verdad y en la caridad. Ésta es mi confianza, ésta es mi alegría.

miércoles, 27 de febrero de 2013

La última semana de Benedicto XVI. Parte 3

Por Mauricio I. Pérez

Año VII. Núm. 79. En esta emisión especial de la cobertura de la última semana del pontificado de Benedicto XVI:

1. ¿Cómo será llamado el Papa de ahora en adelante?
2. ¿Cómo habrá de vestirse?
3. La logística de su última audiencia y de su últimas actividades como Sumo Pontífice.




Fuente: http://semillas.podomatic.com/

La última semana de Benedicto XVI. Parte 2

Por Mauricio I. Pérez

Año VII. Núm. 78. Antes de despedirnos de alguien que amamos, solemos recordar los buenos momentos y dar gracias por ellos. Hagamos lo mismo antes de despedirnos del Papa Benedicto XVI.

      

Fuente: http://semillas.podomatic.com/

La última semana de Benedicto XVI. Parte 1

Por Mauricio I. Pérez

Año VII. Núm. Cobertura especial de la última semana del Papa Benedicto XVI. En esta emisión:

1. Los ataques de la prensa secular.
2. Comunicado de prensa de la Santa Sede.
3. Programas católicos que confunden a los fieles.
4. Moto Proprio del Papa que permite acelerar inicio del cónclave.

5. Iniciativa para grabar el aplauso más largo del mundo.



Fuente: http://semillas.podomatic.com/

Aumenta nuestra fe

Por Mauricio I. Pérez

"Es importante en el Año de la Fe, pedir al Señor como hicieron los Apóstoles, que aumente nuestra fe."




Fuente: http://semillas.podomatic.com/

martes, 26 de febrero de 2013

La vida espiritual


La vida espiritual, cuando más se centra en el yo,
cuanto más alarde hace de sí,
cuanto más desea ser vista y aclamada,
es menos real y veraz.
La verdadera virtud y el atractivo personal
no arraigan ni se consolidan en el orgullo,
la autosuficiencia y la vanidad.
Todo esto conduce a una vida que se vive
exclusivamente como show;
florece llena de brillo y rápidamente se marchita.
La apariencia de virtud puede ser muy peligrosa
y causar daño a quienes se apegan
y se deleitan en esa virtud aparente.
La espiritualidad verdadera
florece en la humildad y en la modestia.




Fuente: Que puedas tener vida


Mensaje de la Reina de la Paz 25-2-13

          
          ¡Queridos hijos! También hoy los invito a la oración. El pecado los atrae hacia las cosas terrenales, yo, por el contrario, he venido a guiarlos hacia la santidad y hacia las cosas de Dios; sin embargo, ustedes se resisten y desperdician sus energías en la lucha entre el bien y el mal que están dentro de ustedes. Por eso hijitos, oren, oren, oren hasta que la oración se convierta para ustedes en alegría, así su vida se convertirá en un simple camino hacia Dios. Gracias por haber respondido a mi llamado.

Fuente: Mensajeros de la Reina de la Paz

http://www.mensajerosdelareinadelapaz.org/ 

reinadelapaz@mensajerosdelareinadelapaz.org.

Publicado con el permiso de Mensajeros de la Reina de la Paz

lunes, 25 de febrero de 2013

Domingo 2° de Cuarema Ciclo C 24-2-13

Transfigurarse es cambiar interiormente

          Mientras rezaba, el rostro de Jesús cambió de aspecto. Los apóstoles descubrieron otro Señor, el de la gloria y el triunfo. Su fe se vio robustecida, el testimonio de la voz afianzó su confianza de que el Mesías estaba con ellos. Hay un antes y un después de la transfiguración en la vida de los cuatro apóstoles elegidos por Jesús. Se dio en ellos un gran cambio interior, fruto de haber contemplado al Señor. Creo que todos hemos hecho la experiencia, al menos una vez, de sentirnos llamados a un cambio interior profundo en nuestra vida. Quizás, en un momento de oración, en ocasión de una fiesta, al inicio de una nueva etapa de la vida, en el momento de recibir un sacramento como la primera comunión o el matrimonio, o en el nacimiento de un hijo. Fue el momento en que hemos sido llamados a transfigurarnos; a no tener miedo de cambiar, y dejar que Dios nos transforme; a no dormirnos en lo que somos, para salir de nuestra carpa, segura pero angosta, y subirnos a lo desconocido. Pero no es un cambio imposible, un salto en el vacío, sino real y muy anclado en lo que somos. Si Cristo no transforma nuestro trabajo diario, la fatiga cotidiana puede volverse un martirio. Si el amor de una pareja no es transfigurado en una donación total y definitiva, puede caer en la rutina de la cual se quiere escapar con las recetas de las revistas faranduleras. Si la amistad no es transfigurada por la lealtad en los momentos de crisis, termina siendo una relación de conveniencia. Si la actividad política no es transfigurada por una búsqueda de la justicia y del bien común, termina por convertirse en un corrupto juego de intereses. Si los bienes económicos no son transfigurados por la solidaridad y la generosidad, terminan en la vanidad y la ostentación. Cuando nos exponemos a la luz de Cristo, cuando escuchamos su palabra, cuando comenzamos a caminar como él quiere, todo cambia, y también para nosotros hay un antes y un después de nuestra transfiguración personal. 

P. Aderico Dolzani, ssp.

PRIMERA LECTURA
Gn 15, 5-12. 17-18

Lectura del libro del Génesis.

          Dios dijo a Abrám: "Mira hacia el cielo y, si puedes, cuenta las estrellas". Y añadió: "Así será tu descendencia". Abrám creyó en el Señor, y el Señor se lo tuvo en cuenta para su justificación. Entonces el Señor le dijo: "Yo soy el Señor que te hice salir de Ur de los caldeos para darte en posesión esta tierra". "Señor, respondió Abrám, ¿cómo sabré que la voy a poseer?". El Señor le respondió: "Tráeme una ternera, una cabra y un carnero, todos ellos de tres años, y también una tórtola y un pichón de paloma". Él trajo todos estos animales, los cortó por la mitad y puso cada mitad una frente a otra, pero no dividió los pájaros. Las aves de rapiña se abalanzaron sobre los animales muertos, pero Abrám las espantó. Al ponerse el sol, Abrám cayó en un profundo sueño, y lo invadió un gran temor, una densa oscuridad. Cuando se puso el sol y estuvo completamente oscuro, un horno humeante y una antorcha encendida pasaron en medio de los animales descuartizados. Aquel día, el Señor hizo una alianza con Abrám diciendo: "Yo he dado esta tierra a tu descendencia".

Palabra de Dios.

SALMO
Sal 26, 1. 7-9. 13-14

El Señor es mi luz y mi salvación.

El Señor es mi luz y mi salvación,
¿a quién temeré?
El Señor es el baluarte de mi vida,
¿ante quién temblaré? 
¡Escucha, Señor, yo te invoco en alta voz,
apiádate de mí y respóndeme!
Mi corazón sabe que dijiste:
"Busquen mi rostro". 

Yo busco tu rostro, Señor,
no lo apartes de mí.
No alejes con ira a tu servidor,
Tú, que eres mi ayuda;
no me dejes ni me abandones,
mi Dios y mi salvador. 

Yo creo que contemplaré
la bondad del Señor
en la tierra de los vivientes.
Espera en el Señor y sé fuerte;
ten valor y espera en el Señor. 

SEGUNDA LECTURA
Flp 3, 17?4, 1

Lectura de la carta del Apóstol san Pablo a los cristianos de Filipos.

          Hermanos: Sigan mi ejemplo y observen atentamente a los que siguen el ejemplo que yo les he dado. Porque ya les advertí frecuentemente y ahora les repito llorando: hay muchos que se portan como enemigos de la cruz de Cristo. Su fin es la perdición, su dios es el vientre, su gloria está en aquello que los cubre de vergüenza, y no aprecian sino las cosas de la tierra. En cambio, nosotros somos ciudadanos del cielo, y esperamos ardientemente que venga de allí como Salvador el Señor Jesucristo. Él transformará nuestro pobre cuerpo mortal, haciéndolo semejante a su cuerpo glorioso, con el poder que tiene para poner todas las cosas bajo su dominio. Por eso, hermanos míos muy queridos, a quienes tanto deseo ver, ustedes que son mi alegría y mi corona, amados míos, perseveren firmemente en el Señor.

Palabra de Dios.

EVANGELIO
Lc 9, 28b-36

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.

          Jesús tomó a Pedro, Juan y Santiago, y subió a la montaña para orar. Mientras oraba, su rostro cambió de aspecto y sus vestiduras se volvieron de una blancura deslumbrante. Y dos hombres conversaban con él: eran Moisés y Elías, que aparecían revestidos de gloria y hablaban de la partida de Jesús, que iba a cumplirse en Jerusalén. Pedro y sus compañeros tenían mucho sueño, pero permanecieron despiertos, y vieron la gloria de Jesús y a los dos hombres que estaban con él. Mientras éstos se alejaban, Pedro dijo a Jesús: "Maestro, ¡qué bien estamos aquí! Hagamos tres carpas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías". Él no sabía lo que decía. Mientras hablaba, una nube los cubrió con su sombra y al entrar en ella, los discípulos se llenaron de temor. Desde la nube se oyó entonces una voz que decía: "Éste es mi Hijo, el Elegido, escúchenlo". Y cuando se oyó la voz, Jesús estaba solo. Los discípulos callaron y durante todo ese tiempo no dijeron a nadie lo que habían visto.

Palabra del Señor.

El texto íntegro del último Angelus de Benedicto XVI (24-2-2013)

          A las 12 horas del domingo 24 de marzo, Benedicto XVI ha rezado su último Angelus dominical como Papa. Este es el texto, relativo al  evangelio de la Transfiguración del Señor, de la alocución previa a la oración mariana:
          En el segundo domingo de Cuaresma la Liturgia nos presenta siempre el Evangelio de la Transfiguración del Señor. El evangelista Lucas resalta de modo particular el hecho de que Jesús se transfiguró mientras oraba: la suya es una experiencia profunda de relación con el Padre durante una especie de retiro espiritual que Jesús vive en un monte alto en compañía de Pedro, Santiago y Juan, los tres discípulos siempre presentes en los momentos de la manifestación divina del Maestro (Lc 5, 10; 8, 51; 9, 28).
          El Señor, que poco antes había preanunciado su muerte y resurrección (9, 22), ofrece a los discípulos un anticipo de su gloria. Y también en la Transfiguración, como en el bautismo, resuena la voz del Padre celestial: “Éste es mi Hijo, mi Elegido; escúchenlo” (9, 35).

viernes, 22 de febrero de 2013

Interioridad

      
  Los hombres tenemos la tendencia 
de poner el acento en las prácticas externas, 
en lo superficial.
       Dios nos pide todo lo contrario.
Que mis gestos, que mis sacrificios, procedan
del corazón y expresen verdadero amor.

Pensemos:

       En nuestro ayuno, en nuestra limosna, en nuestra oración: ¿actuamos "para llamar la atención" de los demás?

Nos decía el Santo Padre en el 2009 en su Mensaje de Cuaresma:

       «Lo que he dicho muestra con gran claridad que el ayuno representa una práctica ascética importante, un arma espiritual para luchar contra cualquier posible apego desordenado a nosotros mismos. Privarnos por voluntad propia del placer del alimento y de otros bienes materiales, ayuda al discípulo de Cristo a controlar los apetitos de la naturaleza debilitada por el pecado original, cuyos efectos negativos afectan a toda la personalidad humana. Oportunamente, un antiguo himno litúrgico cuaresmal exhorta: “Utamur ergo parcius, / verbis, cibis et potibus, / somno, iocis etarctius / perstemus in custodia – Usemos de manera más sobria las palabras, los alimentos y bebidas, el sueño y los juegos, y permanezcamos vigilantes, con mayor atención”.»


Danos, Señor,
un corazón nuevo
para poder compartir
con mis hermanos
todo lo que nos has regalado.

Alianza. (Canción) P. Eduardo Meana


Te amé con todo mi amor, 
te rescaté del horror 
y te curé en el desierto,
calmé tu hambre y tu sed, 
con juramento sellé 
un pacto de amor eterno.

Oh, por qué entonces te rebelaste
fueron sordos a mi voz tus oídos,
y ahora estás, tan sin luz,
estás perdido.

PORQUE NO VUELVES HIJO MIO
SI ESTA EN MIS BRAZOS TU LUGAR
SI TU CONOCES EL CAMINO
PORQUE, PORQUE ESPERAR, 
PORQUE NO VUELVES PUEBLO MIO, 
TE ABRO LA FUENTE DEL PERDON 
QUE RESPLANDEZCA NUESTRA ALIANZA 
SERA UN LAZO DE AMOR.

Mi rayo resplandeció, tu corazón aprendió,
que son mi amor y justicia,
probaste mi intimidad, 
mi ley que es miel de bondad 
para curar tu malicia.

Oh porque entonces te separaste,
te apoyaste en lo que es nada y vacío,
y ahora estás desolado,
estás herido.



Pueden bajar de aquí la letra y el archivo de audio de esta canción.


En el desierto cuaresmal.

     
       Convertirse significa volverse hacia Dios. Dirigirse hacia Alguien que nos llama, lo cual implica un desprenderse del egoísmo y optar por una nueva concepción de vida. Para acoger el mensaje, ante todo hay que elevar los ojos hacia el mensajero. Y para lograrlo, la Iglesia nos propone una ascesis muy concreta: ayunar, orar, amar.

     Frases que solemos escuchar en las lecturas del Miércoles de Ceniza: 

     "Rasguen los corazones, no las vestiduras."

       " Déjense reconciliar con Dios; ahora es el tiempo de la gracia."

       "Tu Padre que ve en lo secreto, te recompensará."

       Son frases que nos hacen tomar conciencia que el proceso de cambio ha de ser interior. Los sacrificios serán agradables a Dios realizados desde la humildad, que hace que las obras sean hechas para nuestra purificación y a la vez para dar gloria a Dios en lo oculto, de lo contrario, todo aquello aclamado por los hombres tendrá ya su recompensa, pero no será como la semilla, que desde lo pequeño va creciendo hasta alcanzar la madurez y plenitud de la planta, cuyo verdadero poder de germinación le vino desde la raíz, es decir en lo que se halla oculto.
      
       La imagen del desierto para cada uno será distinta. Nuestra historia y nuestra relación con Jesús y con nuestro Padre Dios, solo podemos vivirla nosotros, así como alcanzar la salvación: esto nadie puede hacerlo por nosotros ya que la apertura del corazón a Dios siempre es personal e íntima.
       La invitación siempre proviene de Dios, que nos mueve, nos llama a través de su Espíritu, pero ha de ser nuestra la voluntad de desprendernos de todo aquello que nos impide elevarnos hacia Él. Para eso deberemos entrar en el "desierto".
       ¿Qué nos hace el desierto? Nos vacía, nos purifica, incluso casi en contra de nuestra voluntad, a través de los esfuerzos de Dios.

jueves, 21 de febrero de 2013

Sermones de san Juan María Vianney (cura de Ars). Primera parte.

       En el post anterior dedicado a san Juan María Vianney, el cura de Ars, puse un link para acceder a los sermones del santo en formato mp3. Varios de estos sermones también han sido subidos por distintos usuarios en distintos canales de YouTube. 
       Aquí les dejo entonces los videos y los links de los mismos. Recomiendo escuchar cada día uno de los sermones, ya que el audio es extenso pero vale la pena escucharlos y meditar sobre sus palabras y nuestra propia vida. De ese modo será más fácil poder recordar lo importante de cada sermón.










Perlas del santo cura de Ars

Saber decir no
"En el camino de la renuncia,
sólo cuesta el primer paso.
Lo demás llega por sí mismo."

"A veces cortamos el tallo, pero 
¿sabemos ir hasta la raíz del mal?"

"Dios no nos pide el martirio del cuerpo, 
sino sólo el del corazón y de la voluntad."

"Nosotros no amamos a Dios,
mientras no lleguemos al punto
de sentir gusto en todo lo que es costoso."

"En el ejercicio de la renuncia,
no hay más que un modo de darse a Dios:
es darse todo entero.
Lo poco que se reserva sólo sirve 

para estorbar y hacer sufrir.

¿Quién es el santo Cura de Ars?



       El cura de Ars -así conocemos a Juan María- nació en Dardilly (Francia), en el año 1786. De niño sufrió las consecuencias del anticlericalismo de la Revolución francesa. Hizo tarde y con dificultad los estudios eclesiásticos. Fue "el seminarista menos sabio, pero más piadoso" de su promoción. A los treinta y dos años, lo nombraron cura párroco de Ars, un pueblito insignificante e indiferente. El amor suplió la falta de ciencia y el desconocido caserío se transformó en el foco espiritual de toda Francia, gracias a las virtudes heroicas de su pastor. De todas partes, acudían a su confesionario; las conversiones se multiplicaban por obra de la oración, de la penitencia y del consejo del santo sacerdote. Murió en 1859. Pío XI lo canonizó y lo proclamó patrono de los párrocos y pastores de almas.

Reflexionemos

¿Quiénes son los sabios? Responde Pablo: "Dios eligió lo que el mundo tiene por necio, para confundir a los sabios; lo que el mundo tiene por débil, para confundir a los fuertes" (1 Cor. 1, 27). Un simple curita de un pueblo perdido suple con amor lo que le falta de intelecto y se convierte, aun en vida, en referente espiritual para miles de personas. Porque Dios obra en él.

Oremos


Padre nuestro, siguiendo el ejemplo del 
santo cura de Ars, deseamos conocerte 
cada día más, no tanto por el estudio y
la investigación, sino, más bien, por la 
oración y el amor a nuestros hermanos.

Por Jesucristo, nuestro Señor.



Sermones del santo cura de Ars.

En este link pueden encontrar los sermones del santo cura de Ars. Los invito a escucharlos. Aquí están los títulos de los sermones:


"SOBRE EL JUICIO FINAL"
"SOBRE EL MATRIMONIO"
"SOBRE EL ORGULLO"
 "EL APLAZAMIENTO DE LA CONVERSIÓN"
"LA PASIÓN DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO"
"SOBRE AMAR Y ADORAR A DIOS"
"SOBRE LA CONFESIÓN PASCUAL"
"SOBRE LA PERSEVERANCIA"
"SOBRE EL JUICIO TEMERARIO"
"SOBRE LA CONTRICIÓN"
"SOBRE LA VIRTUD VERDADERA Y FALSA"
"SOBRE LA PALABRA"









domingo, 17 de febrero de 2013

Domingo 1° de Cuaresma Ciclo C 17-2-13


La palabra es la fuerza
       A cada persona le llegan las tentaciones según su medida. Santo o pecador, hombre o mujer, cura o laico, rico o pobre, sabio o ignorante, viejo o joven, las tentaciones siempre llegan más a tiempo que el calendario y más a medida que la camisa. Jesús, al encarnarse, aceptó nuestra condición humana. Por eso, no fue la excepción y tuvo las tentaciones conforme su medida de Mesías, Salvador e Hijo de Dios. El diablo quiso hacerlo confiar en los milagros fáciles (convertir las piedras en pan), que es confiar mucho en Dios con el solo fin de ahorrarse el trabajo de buscar el propio sustento con esfuerzo. Jesús venció con la fuerza de la Palabra. Entonces el tentador cambió de piel pero no de maña. Se presentó con un triunfo divino: tirarse del pináculo del templo y ser salvado por Dios que no puede dejar morir a su Hijo: un espectáculo de falsa religiosidad Jesús volvió a vencer con la fuerza de la Palabra. Y finalmente probó con la tentación de las tentaciones: el poder. Le mostró el mundo rendido a los pies de Jesús: la ambición personal enmascarada de religión. Jesús volvió a vencer con la fuerza de la Palabra. No somos Jesús, pero de sus tentaciones no está exento ningún cristiano, ni nosotros, ni nuestras comunidades parroquiales, colegios o familias. Y cuanta más autoridad tengamos, más fuertes serán las tentaciones –claro que siempre a nuestra medida y debilidades–, pero lo suficientemente fuertes como para hacernos tambalear. Siempre hay momentos en que por nuestra mente pasan ideas mágicas, milagreras, triunfalistas o de alianzas con cuanto poder se nos acerque. La tentación es siempre la ocasión para poner las cosas fuera de lugar: nosotros en lugar de Dios, la magia en lugar de la fe, el placer en lugar del sacrifico, mi provecho en lugar del derecho del prójimo… Parece que la tentación siempre trae aparejado el desorden… El contacto cotidiano, o al menos frecuente, con la Palabra de Dios, pone todas las cosas en su lugar. Pone en orden la vida personal y comunitaria, ni más arriba ni más abajo, sino donde deben estar.
P. Aderico Dolzani, ssp.
 PRIMERA LECTURA
Deut 26, 1-2. 4-10

Lectura del libro del Deuteronomio.

       Moisés habló al pueblo diciendo: Cuando entres en la tierra que el Señor, tu Dios, te da en herencia, cuando tomes posesión de ella y te establezcas allí, recogerás las primicias de todos los frutos que extraigas de la tierra que te da el Señor, tu Dios, las pondrás en una canasta, y las llevarás al lugar elegido por el Señor, tu Dios, para constituirlo morada de su Nombre. El sacerdote tomará la canasta que tú le entregues, la depositará ante el altar, y tú pronunciarás estas palabras en presencia del Señor, tu Dios: "Mi padre era un arameo errante que bajó a Egipto y se refugió allí con unos pocos hombres, pero luego se convirtió en una nación grande, fuerte y numerosa. Los egipcios nos maltrataron, nos oprimieron y nos impusieron una dura servidumbre. Entonces pedimos auxilio al Señor, el Dios de nuestros padres, y él escuchó nuestra voz. Él vio nuestra miseria, nuestro cansancio y nuestra opresión, y nos hizo salir de Egipto con el poder de su mano y la fuerza de su brazo, en medio de un gran terror, de signos y prodigios. Él nos trajo a este lugar y nos dio esta tierra que mana leche y miel. Por eso ofrezco ahora las primicias de los frutos del suelo que tú, Señor, me diste". Tú depositarás las primicias ante el Señor, tu Dios, y te postrarás delante de él.

Palabra de Dios.

SALMO
Sal 90, 1-2. 10-15

En el peligro, Señor, estás conmigo.

Tú que vives al amparo del Altísimo
y resides a la sombra del Todopoderoso, di al Señor:
"Mi refugio y mi baluarte, mi Dios, en quien confío". 

No te alcanzará ningún mal,
ninguna plaga se acercará a tu carpa,
porque él te encomendó a sus ángeles
para que te cuiden en todos tus caminos. 

Ellos te llevarán en sus manos
para que no tropieces contra ninguna piedra;
caminarás sobre leones y víboras,
pisotearás cachorros de león y serpientes. 

"Él se entregó a mí, por eso, yo lo libraré;
lo protegeré, porque conoce mi Nombre;
me invocará, y yo le responderé.
Estaré con él en el peligro,
lo defenderé y lo glorificaré".

SEGUNDA LECTURA
Rom 10, 5-13

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los cristianos de Roma.

       Hermanos: Moisés escribe acerca de la justicia que proviene de la Ley: "El hombre que la practique, vivirá por ella". En cambio, la justicia que proviene de la fe habla así: "No digas en tu corazón: ¿quién subirá al cielo?", esto es, para hacer descender a Cristo. O bien: "¿quién descenderá al Abismo?", esto es, para hacer subir a Cristo de entre los muertos. Pero ¿qué es lo que dice acerca de la justicia de la fe? "La palabra está cerca de ti, en tu boca y en tu corazón", es decir, la palabra de la fe que nosotros predicamos. Porque si confiesas con tu boca que Jesús es el Señor y crees en tu corazón que Dios lo resucitó de entre los muertos, serás salvado. Con el corazón se cree para alcanzar la justicia, y con la boca se confiesa para obtener la salvación. Así lo afirma la Escritura: "El que cree en él, no quedará confundido". Porque no hay distinción entre judíos y los que no lo son: todos tienen el mismo Señor, que colma de bienes a quienes lo invocan. Ya que "todo el que invoque el nombre del Señor se salvará".

Palabra de Dios.

EVANGELIO
Lc 4, 1-13

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.

       Jesús, lleno del Espíritu Santo, regresó de las orillas del Jordán y fue conducido por el Espíritu al desierto, donde fue tentado por el demonio durante cuarenta días. No comió nada durante esos días, y al cabo de ellos tuvo hambre. El demonio le dijo entonces: "Si tú eres Hijo de Dios, manda a esta piedra que se convierta en pan". Pero Jesús le respondió: "Dice la Escritura: El hombre no vive solamente de pan". Luego el demonio lo llevó a un lugar más alto, le mostró en un instante todos los reinos de la tierra y le dijo: "Te daré todo este poder y el esplendor de estos reinos, porque me han sido entregados, y yo los doy a quien quiero. Si tú te postras delante de mí, todo eso te pertenecerá". Pero Jesús le respondió: "Está escrito: Adorarás al Señor, tu Dios, y a él solo rendirás culto". Después el demonio lo condujo a Jerusalén, lo puso en la parte más alta del Templo y le dijo: "Si tú eres Hijo de Dios, tírate de aquí abajo, porque está escrito: Él dará órdenes a sus ángeles para que ellos te cuiden. Y también: Ellos te llevarán en sus manos para que tu pie no tropiece con ninguna piedra". Pero Jesús le respondió: "Está escrito: No tentarás al Señor, tu Dios". Una vez agotadas todas las formas de tentación, el demonio se alejó de él, hasta el momento oportuno.

Palabra del Señor.


Angelus de S. S. Benedicto XVI para el I Domingo de Cuaresma (17-2-2013)
Queridos hermanos y hermanas: el miércoles pasado, con el tradicional Rito de las Cenizas, hemos entrado en la Cuaresma, tiempo de conversión y de penitencia en preparación a la Pascua. La Iglesia, que es madre y maestra, llama a todos sus miembros a renovarse en el espíritu, a re-orientarse decididamente hacia Dios, renegando el orgullo y el egoísmo para vivir en el amor.
En este Año de la fe, la Cuaresma es un tiempo favorable para redescubrir la fe en Dios como criterio-base de nuestra vida y de la vida de la Iglesia. Esto implica siempre una lucha, un combate espiritual, porque el espíritu del mal, naturalmente, se opone a nuestra santificación, y trata de hacernos desviar del camino de Dios.
Por esta razón, en el primer domingo de Cuaresma se proclama cada año el Evangelio de las tentaciones de Jesús en el desierto.

Consejos para vivir una Cuaresma fecunda

 Semillas para la vida por Mauricio I. Pérez

       Oportunamente Mauricio Pérez nos recuerda la importancia de vivir la Cuaresma recordando que el centro de la vivencia de nuestra fe y de nuestra devoción es Cristo.

miércoles, 13 de febrero de 2013

Piedad Señor, pecamos contra Ti. Salmo 51 (50)



PIEDAD SEÑOR,  PECAMOS CONTRA TI

Piedad de mí, Señor por tu bondad, 
por tu gran compasión borra mi culpa.
Purifícame a fondo del pecado,
de mi maldad límpiame Señor.

Yo reconozco mi culpa Señor, 
tengo siempre presente mi pecado. 
Contra Ti, contra Ti sólo pequé 
haciendo lo que es malo a tus ojos.

Por eso eres justo en tu sentencia. 
Tu juicio es irreprochable.
Tú sabes que yo nací culpable, 
pecador mi madre me engendró.

Señor crea en mí un corazón puro 
y renueva la fuerza de mi alma.
No me alejes Señor de tu presencia 
ni retires de mi tu Santo Espíritu.

Concédeme la alegría del perdón, 
que tu aliento generoso me sostenga. 
Mostraré a los pecadores tus caminos 
y hacia Ti volverán los extraviados.

Los sacrificios no te satisfacen
y si ofrezco un holocausto no lo aceptas. 
Mi sacrificio es un espíritu contrito, 
Tú no rechazas al corazón arrepentido.


Pueden escuchar este canto aquí: