jueves, 9 de junio de 2011

¿Quién es el Espíritu Santo?

     El Espíritu Santo es Dios, como lo son el Padre y el Hijo. El Espíritu está presente desde el origen mismo de la creación (Génesis 1,2 y 2,7) Santo y reaparece continuamente en la historia del Pueblo de Dios, manifestándose de diferentes maneras a diversos hombres y mujeres. Éstos tuvieron la sensibilidad de percibirlo y se dejaron seducir por él, desde reyes y profetas a pescadores pobres y sin escuela.

    En el Nuevo Testamento se habla con frecuencia del Espíritu Santo. También se lo llama "Espíritu de Dios", "del Padre de ustedes", "de Jesús", "de verdad", "de vida", el "Consolador", entre otros nombres. Algunos de ellos expresan claramente que este procede del Padre y del Hijo. Además, es presentado en su acción con los símbolos de la paloma, el viento, el fuego, el agua, el sello que marca...

     El uso de esta simbología no debe hacernos olvidar que el Espíritu es Persona y en la Biblia se le atribuye facultades y actividades propias de los seres humanos: tiene inteligencia (Romanos 8, 27), voluntad (1 Corintios 12,11), sentimientos (Efesios 4,30 y Rom 8,27), se revela (2 Pedro 1,21) enseña (Juan 14,26), da testimonio (Gálatas 4,6) intercede (Rom 8,26), habla (Apocalipsis 2,7), ordena (hechos 16,6-7), se lo puede entristecer (Efesios 4,30), engañar (Hechos 5,3) y hasta hablar en su contra (Mt 12,31-32).

     El Espíritu Santo es el soplo de Dios, el aliento vital que transforma nuestra realidad creando un corazón nuevo en el Pueblo de Dios, fortaleciéndolo, animándolo desde adentro, convirtiéndolo en testigo de su fe. Este Espíritu se manifiesta, ante todo, en Jesús, que luego nos lo envía para que conozcamos la voluntad de Dios y demos fruto.

     Con Pentecostés (Hechos 2,1-11), la creación y el mundo entero reciben un nuevo impulso. Al mismo tiempo las comunidades cristianas se vuelven misioneras y se lanzan sin temor a anunciar la Buena Noticia a todos los pueblos. La Iglesia naciente experimenta la acción del Espíritu porque es purificada por Él; el Espíritu la inspira, le da unidad y fortaleza, preside las decisiones de la Comunidad y la construye.

Fuente: 
Celebremos la Pascua y Pentecostés de Miguel Varela CMF

Oremos: 


Ven Espíritu Creador

Ven, Espíritu Creador,
visita las almas de tus fieles
y llena de la divina gracia los corazones,
que Tú mismo creaste.
Tú eres nuestro Consolador,
don de Dios Altísimo,
fuente viva, fuego, caridad
y espiritual unción.
Tú derramas sobre nosotros los siete dones;
Tu, el dedo de la mano de Dios;
Tú, el prometido del Padre;
Tú, que pones en nuestros labios los tesoros de tu palabra.
Enciende con tu luz nuestros sentidos;
infunde tu amor en nuestros corazones;
y, con tu perpetuo auxilio,
fortalece nuestra débil carne.
Aleja de nosotros al enemigo,
danos pronto la paz,
sé Tú mismo nuestro guía,
y puestos bajo tu dirección, evitaremos todo lo nocivo.
Por Ti conozcamos al Padre,
y también al Hijo;
y que en Ti, Espíritu de entrambos,
creamos en todo tiempo.
Gloria a Dios Padre,
y al Hijo que resucitó,
y al Espíritu Consolador,
por los siglos infinitos. Amén.

V. Envía tu Espíritu y serán creados.
R. Y renovarás la faz de la tierra.

Oremos.

Oh Dios, que has iluminado los corazones de tus hijos con la luz del Espíritu Santo; haznos dóciles a tu Espíritu para gustar siempre el bien y gozar de su consuelo.Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.


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