sábado, 31 de diciembre de 2011

Domingo 4° Tiempo de Adviento Ciclo B 18-12-11


PRIMERA LECTURA
2Sam 7, 1-5. 8-12. 14. 16

Lectura del segundo libro de Samuel.

Cuando David se estableció en su casa y el Señor le dio paz, librándolo de todos sus enemigos de alrededor, el rey dijo al profeta Natán: "Mira, yo habito en una casa de cedro, mientras el Arca de Dios está en una tienda de campaña". Natán respondió al rey: "Ve a hacer todo lo que tienes pensado, porque el Señor está contigo. Pero aquella misma noche, la palabra del Señor llegó a Natán en estos términos: "Ve a decirle a mi servidor David: Así habla el Señor: ¿Eres tú el que me va a edificar una casa para que yo la habite? Yo te saqué del campo de pastoreo, de detrás del rebaño, para que fueras el jefe de mi pueblo Israel. Estuve contigo dondequiera que fuiste y exterminé a todos tus enemigos delante de ti. Yo haré que tu nombre sea tan grande como el de los grandes de la tierra. Fijaré un lugar para mi pueblo Israel y lo plantaré para que tenga allí su morada. Ya no será perturbado, ni los malhechores seguirán oprimiéndolo como lo hacían antes, desde el día en que establecí Jueces sobre mi pueblo Israel. Yo te he dado paz, librándote de todos tus enemigos. Y el Señor te ha anunciado que él mismo te hará una casa. Sí, cuando hayas llegado al término de tus días y vayas a descansar con tus padres, Yo elevaré después de ti a uno de tus descendientes, a uno que saldrá de tus entrañas, y afianzaré su realeza. Seré un padre para él, y él será para mí un hijo. Tu casa y tu reino durarán eternamente delante de mí, y tu trono será estable para siempre.

Palabra de Dios.

SALMO
Sal 88, 2-5. 27. 29

Cantaré eternamente el amor del Señor.

Cantaré eternamente el amor del Señor,
proclamaré tu fidelidad por todas las generaciones.
Porque tú has dicho:
"Mi amor se mantendrá eternamente,
mi fidelidad está afianzada en el cielo. 

Yo sellé una alianza con mi elegido,
hice este juramento a David, mi servidor:
"Estableceré tu descendencia para siempre,
mantendré tu trono por todas las generaciones". 
Él me dirá: "Tú eres mi padre,
mi Dios, mi Roca salvadora".
Le aseguraré mi amor eternamente,
y mi alianza será estable para él. 

SEGUNDA LECTURA
Rom 16, 25-27

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los cristianos de Roma.

Hermanos: ¡Gloria a Dios, que tiene el poder de afianzarlos, según la Buena Noticia que yo anuncio, proclamando a Jesucristo, y revelando un misterio que fue guardado en secreto desde la eternidad y que ahora se ha manifestado! Éste es el misterio que, por medio de los escritos proféticos y según el designio del Dios eterno, fue dado a conocer a todas las naciones para llevarlas a la obediencia de la fe. ¡A Dios, el único sabio, por Jesucristo, sea la gloria eternamente! Amén.

Palabra de Dios.

EVANGELIO
Lc 1, 26-38

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.

El ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen que estaba comprometida con un hombre perteneciente a la familia de David, llamado José. El nombre de la virgen era María. El ángel entró en su casa y la saludó, diciendo: " ¡Alégrate!, llena de gracia, el Señor está contigo. Al oír estas palabras, ella quedó desconcertada y se preguntaba qué podía significar ese saludo. Pero el ángel le dijo: "No temas, María, porque Dios te ha favorecido. Concebirás y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús; él será grande y será llamado Hijo del Altísimo. El Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre y su reino no tendrá fin. María dijo al ángel: "¿Cómo puede ser eso, si yo no tengo relación con ningún hombre?. El ángel le respondió: "El Espíritu Santo descenderá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra. Por eso el niño será Santo y será llamado Hijo de Dios. También tu parienta Isabel concibió un hijo a pesar de su vejez, y la que era considerada estéril, ya se encuentra en su sexto mes, porque no hay nada imposible para Dios. María dijo entonces: "Yo soy la servidora del Señor, que se haga en mí según tu Palabra". Y el ángel se alejó.

Palabra del Señor.


Reflexión de Monseñor Rubén Oscar Frassia. Obispo de la diócesis de Avellaneda-Lanús.


      Estamos ante el relato de la Anunciación que, como vemos, es una maravilla. Aquí podríamos acentuar algunas cosas que nos sirven para nuestra reflexión.

      En primer lugar, el texto acentúa la pertenencia a la familia de David, la descendencia del Pueblo de Israel.
      En segundo lugar, elige a esta mujer, María, a quien el Ángel saluda diciéndole ¡alégrate!; con esa alegría especial que brota del espíritu, que brota de Dios; una alegría que no tiene ningún vestigio de sombra, de oscuridad, de tibieza; una alegría plena.
      Y cuando Dios se acerca, llega la plenitud. El Ángel le dice “llena de gracia”; el Señor la bendice porque está con Ella y Ella es la Mujer Plena porque todo lo que significa la presencia de Cristo, la presencia del Verbo, la presencia de Dios ¡es alegría, plenitud y se colma del Espíritu Santo! La Virgen se conmueve, se admira por tanta belleza, esplendor y gracia. El
Ángel le dice algo muy  importante: “¡no temas!, porque Dios te ha favorecido, te ha bendecido”. Y le dice todo lo que va a pasar: “concebirás y darás a luz un hijo, le pondrás por nombre Jesús”, pero no temas, no temas y vivirás esto.
      Nosotros, en este mundo que vivimos, tenemos que escuchar muy fuertemente esta palabra: ¡no temas!, ¡no temas, Dios está!, ¡no temas, Dios está dentro!, ¡no temas, Dios está al lado!, ¡no temas, Dios camina a tu lado!
      El creyente, para poder vivir su vida como tal, tiene que darse cuenta y percibir que Dios está siempre al lado, pero no para que uno no haga lo que tiene que hacer, sino que está al lado de todos porque uno es capaz de hacer su voluntad.
      Luego la respuesta a “¿cómo va a suceder esto si yo no tengo relación con ningún hombre?” ¡El Espíritu Santo! ¡Nace el primogénito!, que no significa que luego nacerán otros sino que el Señor eligió a María para hacerla predilecta, privilegiada, preferida; así como Israel fue preferido, predilecto, así es María y Dios le da esa gracia. Y finalmente recuerda que “lo que es imposible para los hombres, es posible con la gracia de Dios”
      Que nos preparemos a conciencia en este tiempo de Adviento, que tomemos conciencia de nuestros pecados y hagamos una buena confesión para recibir a Jesús, como Él lo merece en esta Navidad.
      Que el Señor los bendiga, en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.


Fuente: 
  • San Pablo (Liturgia)
  • Compartiendo el Evangelio. (Reflexiones radiales de Monseñor Rubén Oscar Frassia)

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