El don más grande es el amor
La obra de Lucas comprende dos libros. En el primero, el evangelio narra la venida de Jesús y el nacimiento de una pequeña comunidad de discípulos, varones y mujeres, que Jesús reúne alrededor suyo. En el segundo, narra la venida del Espíritu Santo y el aumento paulatino de los miembros de esa comunidad inicial, cuyo destino es ahora llegar a transformar la comunidad humana en toda la tierra (Hech 1, 8). Para Lucas el don del Espíritu Santo es el acontecimiento “fundante” de esta comunidad: alrededor de los apóstoles y asentada sobre su testimonio referente a la resurrección de Jesucristo, una multiforme comunidad de hombres y mujeres recibe el don del Espíritu de Jesús. Éste sería, tal vez, el sentido del número de 120 personas (Hech 1,15), 10 por cada apóstol. nos da Lucas dos signos proféticos acerca de la importancia de este acontecimiento. El primero es el milagro del don de lenguas, que no es la glosolalia de 1cor 14, sino que es un signo profético: la Iglesia será capaz, de ahora en adelante, de anunciar la salvación de Jesús a cada ser humano y de llegar a su corazón. Pedro, en efecto, habla en su lengua, pero sus palabras son recibidas por los presentes en la lengua propia de cada uno. El segundo es la milagrosa unidad íntima que reinaba entre los discípulos con y por la presencia de María (Hech 1, 14; 2, 44-48). Puede ser que el segundo tenga una relación con el primero: la eficacia de esta capacidad universal de diálogo está asegurada por el don de la unidad de los creyentes (Jn 17, 21-23). El pasaje del evangelio complementa bien la narrativa de los Hechos. El don del Espíritu confiere a la comunidad de los que estuvieron con Jesús desde el principio, la misión de ser, Jesús ahora y para todo el mundo, lo que él había sido en la cruz: una fuente inagotable de perdón del pecado.
P. Aldo Ranieri
PRIMERA
LECTURA
Hech 2, 1-11
Lectura
de los Hechos de los apóstoles.
Al
llegar el día de Pentecostés, estaban todos reunidos en el mismo lugar. De
pronto, vino del cielo un ruido, semejante a una fuerte ráfaga de viento, que
resonó en toda la casa donde se encontraban. Entonces vieron aparecer unas
lenguas como de fuego, que descendieron por separado sobre cada uno de ellos.
Todos quedaron llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en distintas
lenguas, según el Espíritu les permitía expresarse. Había en Jerusalén judíos
piadosos, venidos de todas las naciones del mundo. Al oírse este ruido, se
congregó la multitud y se llenó de asombro, porque cada uno los oía hablar en
su propia lengua. Con gran admiración y estupor decían: "¿Acaso estos
hombres que hablan no son todos galileos? ¿Cómo es que cada uno de nosotros los
oye en su propia lengua? Partos, medos y elamitas, los que habitamos en la
Mesopotamia o en la misma Judea, en Capadocia, en el Ponto y en Asia Menor, en
Frigia y Panfilia, en Egipto, en la Libia Cirenaica, los peregrinos de Roma,
judíos y prosélitos, cretenses y árabes, todos los oímos proclamar en nuestras
lenguas las maravillas de Dios".
Palabra
de Dios.
SALMO
Sal 103, 1. 24. 29-31.
34
Señor,
envía tu Espíritu y renueva la faz de la tierra.
Bendice al Señor, alma mía:
¡Señor, Dios mío, qué grande eres!
¡Qué variadas son tus obras, Señor!
¡La tierra está llena de tus criaturas!
¡Señor, Dios mío, qué grande eres!
¡Qué variadas son tus obras, Señor!
¡La tierra está llena de tus criaturas!
Si les quitas el aliento,
expiran y vuelven al polvo.
Si envías tu aliento, son creados,
y renuevas la superficie de la tierra.
expiran y vuelven al polvo.
Si envías tu aliento, son creados,
y renuevas la superficie de la tierra.
¡Gloria al Señor para
siempre,
alégrese el Señor por sus obras!
Que mi canto le sea agradable,
y yo me alegraré en el Señor.
alégrese el Señor por sus obras!
Que mi canto le sea agradable,
y yo me alegraré en el Señor.
LECTURA
1Cor 12, 3-7. 12-13
Lectura
de la primera carta del apóstol san Pablo a los cristianos de Corinto.
Hermanos:
Nadie puede decir: "Jesús es el Señor", si no está impulsado por el
Espíritu Santo. Ciertamente, hay diversidad de dones, pero todos proceden del
mismo Espíritu. Hay diversidad de ministerios, pero un solo Señor. Hay
diversidad de actividades, pero es el mismo Dios el que realiza todo en todos.
En cada uno, el Espíritu se manifiesta para el bien común. Así como el cuerpo
tiene muchos miembros, y sin embargo, es uno, y estos miembros, a pesar de ser
muchos, no forman sino un solo cuerpo, así también sucede con Cristo. Porque
todos hemos sido bautizados en un solo Espíritu para formar un solo Cuerpo
?judíos y griegos, esclavos y hombres libres? y todos hemos bebido de un mismo
Espíritu.
Palabra
de Dios.
EVANGELIO
Jn 20, 19-23
Evangelio
de nuestro Señor Jesucristo según san Juan.
Al
atardecer del primer día de la semana, los discípulos se encontraban con las
puertas cerradas por temor a los judíos. Entonces llegó Jesús y poniéndose en
medio de ellos, les dijo: "¡La paz esté con ustedes!". Mientras decía
esto, les mostró sus manos y su costado. Los discípulos se llenaron de alegría
cuando vieron al Señor. Jesús les dijo de nuevo: "¡La paz esté con
ustedes! Como el Padre me envió a mí, yo también los envío a ustedes". Al
decirles esto, sopló sobre ellos y añadió: "Reciban el Espíritu Santo. Los
pecados serán perdonados a los que ustedes se los perdonen, y serán retenidos a
los que ustedes se los retengan".
Palabra
del Señor.
En español, la homilía de Benedicto XVI, Misa de Pentecostés en San
Pedro del Vaticano (27-5-2012)
Fuente:
Estos artículos fueron tomados de
las páginas antes citadas con el permiso de las mismas.
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