viernes, 18 de mayo de 2012

Novena al Espíritu Santo. (Día uno)


      
La devoción al Espíritu Santo proviene del Bautismo. La gracia que recibimos nos hace “hijos” en el Hijo y “templos” en el Espíritu. El Espíritu mantiene la sabiduría de las “cosas altas” en nosotros y el “amor de Dios” en la comunidad de los creyentes.

Día primero

¡El mundo brilla de alegría!
¡Se renueva la faz de la tierra!
¡Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo!

Lectura bíblica: Gál. 5, 16.22-25

      Caminen según es Espíritu y no realicen los deseos de la carne. El fruto del Espíritu es: amor, alegría, paz, comprensión, servicialidad, bondad, lealtad, amabilidad, dominio de sí. Si vivimos por el Espíritu, caminemos tras el Espíritu. Palabra de Dios

Invocaciones

Bendigamos a Dios Padre, que con tanta generosidad ha derramado los dones del Espíritu sobre todos los pueblos, y pidámosle que no cese nunca de derramar su gracia sobre el mundo. Digamos:

Que la gracia del Espíritu Santo abunde, Señor, en el mundo.

Tú, que ungiste a Cristo con la fuerza del Espíritu Santo para que realizara la salvación de los hombres.

Que la gracia del Espíritu Santo abunde, Señor, en el mundo.

Tú, que ungiste a Cristo con la fuerza del Espíritu Santo para que realizara la salvación de los hombres.

Que la gracia del Espíritu Santo abunde, Señor, en el mundo.

Envía tu Espíritu, luz de los corazones, para que confirme en la fe a los que viven en medio de incertidumbres y dudas.

Que la gracia del Espíritu Santo abunde, Señor, en el mundo.

Padre nuestro
que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre.
Venga a nosotros Tu Reino.
Hágase Tu voluntad
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día.
Perdona nuestras ofensas,
como también nosotros
perdonamos a los que nos ofenden.
No nos dejes caer en la tentación
y líbranos del mal.
Amén.

Oración final

¡Oh Dios, que por la glorificación de Jesucristo y la venida del Espíritu Santo nos has abierto las puertas de tu Reino! Haz que la recepción de dones tan grandes nos mueva a dedicarnos con mayor empeño a tu servicio y a vivir con mayor plenitud las riquezas de nuestra fe.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

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