sábado, 26 de mayo de 2012

Novena al Espíritu Santo (Día nueve)


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¡El mundo brilla de alegría!
¡Se renueva la faz de la tierra!
¡Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo!

Lectura bíblica: Rom 8, 11

      Si el Espíritu del que resucitó a Jesús de entre los muertos habita en ustedes, el que resucitó de entre los muertos a Cristo Jesús vivificará también sus cuerpos mortales por el mismo Espíritu, que habita en ustedes. Palabra de Dios.

Invocaciones

Celebremos la gloria de Dios, quien, al llegar a su término los cincuenta días de Pascua, en Pentecostés, llenó a los  Apóstoles del Espíritu Santo y, con ánimo gozoso y confiado, supliquémosle diciendo:

Envía tu EspírituSeñor, y renueva el mundo.

Ilumina a todos los hombres con la luz de tu Espíritu y disipa las tinieblas de nuestro mundo, para que el odio se convierta en amor, el sufrimiento en gozo y la guerra en paz.

Envía tu EspírituSeñor, y renueva el mundo.

Fecunda el mundo con tu Espíritu, agua viva que mana de Cristo, para que la tierra entera se vea libre de todo mal.

Envía tu EspírituSeñor, y renueva el mundo.

Concédenos que en nuestras tribulaciones compartamos tus sufrimientos, para que podamos compartir también tu gloria.

Envía tu EspírituSeñor, y renueva el mundo.

Padre nuestro
que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre.
Venga a nosotros Tu Reino.
Hágase Tu voluntad
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día.
Perdona nuestras ofensas,
como también nosotros
perdonamos a los que nos ofenden.
No nos dejes caer en la tentación
y líbranos del mal.
Amén.

Oración final

Dios todopoderoso y eterno, que has querido que la celebración de la pascua durase simbólicamente cincuenta días y acabase con el día de Pentecostés, te pedimos que los pueblos divididos por el odio y el pecado se congreguen por medio de tu Espíritu y que las diversas lenguas encuentren Hijo, Señor, después de subir al cielo, envió sobre los Apóstoles el Espíritu Santo, para que penetraran en los misterios del Reino; te pedimos que repartas también entre nosotros los dones de este mismo Espíritu. Por Jesucristo, nuestro Señor.

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