De la ciudad de Dios a la de
los hombres
Un hombre bajaba de la ciudad de Dios
–Jerusalén, que estaba en lo alto– a la ciudad de los hombres –Jericó, una de
las ciudades más bajas del planeta– 253 metros bajo el nivel del mar. Pero no
sólo por eso, Jerusalén era el centro del judaísmo puro reconstituido después
del exilio; y Jericó el de la mezcla del judaísmo con otros pueblos después de
las invasiones y exilio a Asiria. Unos pretendían hijos de Abraham; y los otros
también, pero querían adorar a Dios sobre el monte Garizim. El desprecio era
mutuo y arraigado en siglos de historia de recíproco rencor. Se supone que
quien bajaba era judío... La razón principal para ir a Jerusalén era religiosa.
Y atravesaba la región enemiga de los samaritanos. La parábola no nos da
detalles, pero muestra diferentes actitudes frente a un peregrino asaltado y
abandonado, herido en el camino: Para los asaltantes, el viajero era alguien a
quien se podía robar sin correr muchos riesgos. Para el fariseo, experto en la
ley, el hombre herido era un tema para discutir y ver a quién correspondía
hacer algo. Para el sacerdote y el levita, ese hombre era un problema que había
que evitar para no meterse en conflictos religiosos y legales. Para el
hotelero, el herido era un cliente a quien cobrar por la consumición y alguien
tenía que pagar por los servicios prestados. Para el samaritano, el herido era
un ser humano al que había que cuidar y amar. Cada uno de estos personajes se
decía pertenecer a la ciudad de Dios o a la de los hombres. El Señor no hace
esas distinciones. Nos mide por nuestro amor. En eso radica la diferencia y no
en las creencias y pertenencias a una religión u otra.
P.
Aderico Dolzani, ssp.
PRIMERA LECTURA
Deut 30, 9-14
Moisés habló al pueblo, diciendo: El Señor, tu Dios, te
dará abundante prosperidad en todas tus empresas, en el fruto de tus entrañas,
en las crías de tu ganado y en los productos de tu suelo. Porque el Señor
volverá a complacerse en tu prosperidad, como antes se había complacido en la
prosperidad de tus padres. Todo esto te sucederá porque habrás escuchado la voz
del Señor, tu Dios, y observado sus mandamientos y sus leyes, que están
escritas en este libro de la Ley, después de haberte convertido al Señor, tu
Dios, con todo tu corazón y con toda tu alma. Este mandamiento que hoy te
prescribo no es superior a tus fuerzas ni está fuera de tu alcance. No está en
el cielo, para que digas: "¿Quién subirá por nosotros al cielo y lo traerá
hasta aquí, de manera que podamos escucharlo y ponerlo en práctica?". Ni
tampoco está más allá del mar, para que digas: "¿Quién cruzará por
nosotros a la otra orilla y lo traerá hasta aquí, de manera que podamos
escucharlo y ponerlo en práctica?". No, la palabra está muy cerca de ti,
en tu boca y en tu corazón, para que la practiques.
Palabra de Dios.
SALMO
Sal 68, 14. 17. 30-31. 36-37
Busquen al Señor, y vivirán.
Mi oración sube hasta ti,
Señor, en el momento favorable:
respóndeme, Dios mío, por tu gran
amor,
sálvame, por tu
fidelidad.
Respóndeme, Señor, por tu
bondad y tu amor,
por tu gran
compasión vuélvete a mí;
yo soy un pobre desdichado,
Dios mío, que tu ayuda me
proteja:
así alabaré con cantos el
nombre de Dios,
y proclamaré su grandeza
dando gracias.
Porque el Señor salvará a
Sión
y volverá a edificar las
ciudades de Judá:
el linaje de sus servidores
la tendrá como herencia,
y los que aman su Nombre
morarán en ella.
Los preceptos del Señor son
rectos, alegran el corazón.
La ley del Señor es
perfecta, reconforta el alma;
el testimonio del Señor es
verdadero, da sabiduría al simple.
Los preceptos del Señor son
rectos, alegran el corazón;
los mandamientos del Señor
son claros, iluminan los ojos.
La palabra del Señor es
pura, permanece para siempre;
los juicios del Señor son la
verdad, enteramente justos.
Son más atrayentes que el
oro, que el oro más fino;
más dulces que la miel, más que el jugo del panal.
SEGUNDA LECTURA
Col 1, 15-20
Lectura de la carta del
Apóstol san Pablo a los cristianos de Colosas.
Cristo Jesús es la Imagen del Dios invisible, el Primogénito de toda la
creación, porque en él fueron creadas todas las cosas, tanto en el cielo como
en la tierra, los seres visibles y los invisibles, Tronos, Dominaciones,
Principados y Potestades: todo fue creado por medio de él y para él. Él existe
antes que todas las cosas y todo subsiste en él. Él es también la Cabeza del
Cuerpo, es decir, de la Iglesia. Él es el Principio, el Primero que resucitó de
entre los muertos, a fin de que él tuviera la primacía en todo, porque Dios
quiso que en él residiera toda la Plenitud. Por él quiso reconciliar consigo
todo lo que existe en la tierra y en el cielo, restableciendo la paz por la
sangre de su cruz.
Palabra de Dios.
EVANGELIO
Lc 10, 25-37
Evangelio de nuestro Señor
Jesucristo según san Lucas.
Un doctor de la Ley se levantó y le preguntó a Jesús para ponerlo
a prueba: "Maestro, ¿qué tengo que hacer para heredar la Vida
eterna?". Jesús le preguntó a su vez: "¿Qué está escrito en la Ley?
¿Qué lees en ella?". Él le respondió: "Amarás al Señor, tu Dios, con
todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas y con todo tu
espíritu, y a tu prójimo como a ti mismo". "Has respondido
exactamente, ?le dijo Jesús?; obra así y alcanzarás la vida". Pero el
doctor de la Ley, para justificar su intervención, le hizo esta pregunta:
"¿Y quién es mi prójimo?". Jesús volvió a tomar la palabra y le
respondió: "Un hombre bajaba de Jerusalén a Jericó y cayó en manos de unos
ladrones, que lo despojaron de todo, lo hirieron y se fueron, dejándolo medio
muerto. Casualmente bajaba por el mismo camino un sacerdote: lo vio y siguió de
largo. También pasó por allí un levita: lo vio y siguió su camino. Pero un
samaritano que viajaba por allí, al pasar junto a él, lo vio y se conmovió.
Entonces se acercó y vendó sus heridas, cubriéndolas con aceite y vino; después
lo puso sobre su propia montura, lo condujo a un albergue y se encargó de
cuidarlo. Al día siguiente, sacó dos denarios y se los dio al dueño del
albergue, diciéndole: "Cuídalo, y lo que gastes de más, te lo pagaré al
volver". ¿Cuál de los tres te parece que se portó como prójimo del hombre
asaltado por los ladrones?". "El que tuvo compasión de él", le
respondió el doctor. Y Jesús le dijo: "Ve, y procede tú de la misma
manera".
Palabra del Señor.
Ángelus del Papa Francisco en
Castelgandolfo (14-7-2013): El Buen Samaritano
Hoy, nuestra cita dominical del
Ángelus lo vivimos aquí en Castel Gandolfo. Saludo a los habitantes de esta
bella ciudad! Quiero agradecerles sobre todo por sus oraciones y lo mismo lo
hago con todos ustedes peregrinos que vinieron aquí numerosos.
El Evangelio de hoy –estamos en
el capítulo 10 de Lucas- es la famosa parábola del buen samaritano. ¿Quién era
este hombre? Era uno cualquiera, que descendía de Jerusalén hacia Jericó por el
camino que cruzaba el desierto de Judea. Hacía poco, por ese camino, un hombre
había sido asaltado por los delincuentes, robado, pegado y abandonado casi
muerto. Antes del samaritano pasan un sacerdote y un levita, es decir, dos
personas responsables del culto en el Templo del Señor. Ven aquel pobrecito,
pero pasan más allá sin detenerse. En cambio, el samaritano, cuando vio aquel
hombre, «tuvo compasión» (Lc 10,33). Se acercó, le vendó las heridas,
cubriéndolas con aceite y vino; luego lo puso sobre su propia montura, lo
condujo a un albergue y pagó por él. Es definitiva, se hizo cargo de él: es el
ejemplo del amor por el prójimo. Pero ¿Porqué Jesús elije un samaritano como
protagonista de esta parábola? Porque los samaritanos eran despreciados por los
Judíos, a causa de diversas tradiciones religiosas; y sin embargo Jesús hace
ver que el corazón de aquel samaritano es bueno y generoso y que – a diferencia
del sacerdote y del levita- él pone en práctica la voluntad de Dios , que
quiere misericordia y no sacrificios (cfr Mc 12,33).
Un hombre que ha vivido
plenamente este evangelio del buen samaritano es el Santo que hoy recordamos:
san Camilo de Lelis, fundador de los Hermanos de los Ministros de los Enfermos,
patrón de los enfermos y de los agente sanitarios. San Camilio muere el 14 de
julio de 1614: justamente hoy se abre su cuarto centenario, que terminará
dentro de un año. Saludo con gran afecto a todos los hijos e hijas espirituales
de san Camilo, que viven con su carisma de caridad en contacto cotidiano con
los enfermos. Sean como él buenos samaritanos!. Y también a los médicos, a los
enfermeros y a aquellos que trabajan en los hospitales y en las casas de cura,
les deseo de estar movidos por el mismo espíritu. Confiamos esta intención a la
intercesión de María Santísima.
Y quisiera confiar otra intención a la Virgen. A esta altura, ya está cerca la Jornada Mundial de la Juventud de Río de Janeiro. Yo partiré dentro de ocho días, pero muchos jóvenes partirán para Brasil incluso antes. Oremos entonces por esta gran peregrinación que comienza, para que Nuestra Señora de Aparecida, patrona de Brasil, guíe los pasos de los participantes, y abra sus corazones para acoger la misión que Cristo les dará (Traducción del italiano CA-jesuita Guillermo Ortiz)
Y quisiera confiar otra intención a la Virgen. A esta altura, ya está cerca la Jornada Mundial de la Juventud de Río de Janeiro. Yo partiré dentro de ocho días, pero muchos jóvenes partirán para Brasil incluso antes. Oremos entonces por esta gran peregrinación que comienza, para que Nuestra Señora de Aparecida, patrona de Brasil, guíe los pasos de los participantes, y abra sus corazones para acoger la misión que Cristo les dará (Traducción del italiano CA-jesuita Guillermo Ortiz)
Fuente:
Publicado con el permiso de San Pablo y Ecclesia Digital
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