Encuentro con los periodistas durante el vuelo hacia Río de
Janeiro
(22 de julio de 2013)
(22 de julio de 2013)
VIAJE APOSTÓLICO A RÍO DE JANEIRO
CON OCASIÓN DE LA XXVIII JORNADA MUNDIAL
DE LA JUVENTUD
CON OCASIÓN DE LA XXVIII JORNADA MUNDIAL
DE LA JUVENTUD
ENCUENTRO DEL SANTO PADRE
FRANCISCO
CON LOS PERIODISTAS DURANTE EL VUELO HACIA BRASIL
CON LOS PERIODISTAS DURANTE EL VUELO HACIA BRASIL
Lunes 22 de julio de 2013
Padre Lombardi
Santo
Padre Francisco, bienvenido a esta comunidad volante de periodistas, de agentes
de la comunicación. Estamos encantados de acompañarle en su primer viaje
intercontinental, internacional, después de haber ido con usted ya a Lampedusa
llenos de emoción. Además es el primer viaje a su continente, al fin del mundo.
Es un viaje con los jóvenes. Por tanto, tiene un gran interés. Como ve, hemos
ocupado todos los puestos disponibles para los periodistas en este vuelo. Somos
más de 70 personas, y este grupo está compuesto con criterios muy variados, es
decir, hay representantes de las televisiones —tanto redactores como cameramen—, hay representantes
de la prensa escrita, de las agencias de noticias, de la radio, de los portales
de internet… Así pues, todos los medios están representados cualificadamente. Y
también están representadas las diversas culturas y lenguas. Tenemos, en este
vuelo, a un buen grupo de italianos, después están naturalmente los brasileños,
venidos incluso de Brasil para volar con usted: hay diez brasileños que han
venido precisamente para esto. Hay diez de los Estados Unidos de América, nueve
de Francia, seis de España; además hay ingleses, mexicanos, alemanes; también
Japón, Argentina —naturalmente—, Polonia, Portugal y Rusia están representadas.
Por tanto, una comunidad muy variada. Muchos de los presentes siguen a menudo
los viajes del Papa al extranjero, para ellos no es su primera experiencia;
incluso algunos viajan mucho, conocen estos viajes mucho mejor que usted.
Otros, en cambio, vienen por primera vez, porque, por ejemplo, los brasileños,
siguen específicamente este viaje. Pues bien, hemos pensado darle la bienvenida
a este grupo, también con la voz de uno de nosotros, o mejor de una de
nosotros, que ha sido elegida —creo que sin especiales problemas de oposición—
porque es ciertamente la persona que ha hecho más viajes al extranjero con el
Santo Padre: estará en liza con el doctor Gasbarri en cuanto al número de
viajes hechos. Además, es una persona que viene de su continente, que puede
hablarle en español, en su lengua; y es una persona —además— que es una mujer,
por tanto es justo que le concedamos hablar. Y le doy enseguida la palabra a
Valentina Alazraki, que es la corresponsal deTelevisa desde hace muchos años, y sin embargo
se mantiene juvenil, como ve, y que además estamos contentos de tenerla con
nosotros porque hace algunas semanas se rompió un pie y teníamos miedo que no
pudiese venir. Sin embargo, se le ha curado a tiempo, hace dos o tres días que
le han quitado la escayola, y ahora está ya en el avión. Por tanto, es ella la
que interpreta los sentimientos de la comunidad volante para con usted.
Valentina Alazarki
Papa
Francisco, buenos días. El único mérito que tengo para tener el privilegio de
darle el bienvenido es mi altísimo número de horas de vuelo. Participé en el
primer vuelo de Juan Pablo II a México, mi país. Entonces era la benjamina, ahora soy la decana: 34 años y medio más tarde. Y por
eso tengo el privilegio de darle la bienvenida. Sabemos por sus amigos y colaboradores
en Argentina que los periodistas no son precisamente “santos de su devoción”. A
lo mejor ha pensado que el Padre Lombardi lo ha traído a la jaula de los
leones… Pero la verdad, no somos tan feroces y tenemos mucho gusto de poder ser
sus compañeros de viaje. Nos gustaría que nos viera así, como unos compañeros
de viaje, para éste y para muchos más. Obviamente somos periodistas y, si no
hoy, mañana o cualquier día, nos quiere contestar preguntas, no vamos a decir
que no, porque somos periodistas. Puesto que hemos visto que ha encomendado su
viaje a María, y ha ido a Santa María la Mayor, irá a Aparecida, he pensado
hacerle un pequeño regalo, una pequeñísima Virgen peregrina para que lo
acompañe en esta peregrinación y en muchas más. Casualmente es la Virgen de
Guadalupe, pero no por Reina de México, sino por Patrona de América, así que
ninguna Virgen se va a poder resentir, ni la de Argentina, ni Aparecida, ni
ninguna otra. Yo se la regalo, pues, con muchísimo cariño de parte de todos
nosotros y con la esperanza de que lo proteja en este viaje y en muchos viajes
más.
Padre Lombardi
Y
ahora damos la palabra al Santo Padre, naturalmente, para que nos diga al menos
algunas palabras de introducción a este viaje.
Papa Francisco
Buenos
días. Buenos días a todos. Han dicho —he oído— cosas un poco raras: “No sois
santos de mi devoción”, “estoy aquí entre leones”, pero no tan feroces, ¿eh?
Gracias. Verdaderamente no concedo entrevistas, pero porque no sé, no puedo, es
así. No me resulta fácil hacerlo, pero agradezco esta compañía. Este primer
viaje es precisamente para encontrar a los jóvenes, pero para encontrarlos no
aislados de su vida; quisiera encontrarlos precisamente en el tejido social, en
sociedad. Porque cuando aislamos a los jóvenes, cometemos una injusticia; les
quitamos su pertenencia. Los jóvenes tienen una pertenencia, una pertenencia a
una familia, a una patria, a una cultura, a una fe… Tienen una pertenencia y
nosotros no debemos aislarlos. Pero sobre todo, no aislarlos de toda la
sociedad. Ellos, verdaderamente, son el futuro de un pueblo: esto es así. Pero
no sólo ellos: ellos son el futuro porque tienen la fuerza, son jóvenes, irán
adelante. Pero también el otro extremo de la vida, los ancianos, son el futuro
de un pueblo. Un pueblo tiene futuro si va adelante con los dos puntos: con los
jóvenes, con la fuerza, porque lo llevan adelante; y con los ancianos porque
ellos son los que aportan la sabiduría de la vida. Y tantas veces pienso que
cometemos una injusticia con los ancianos cuando los dejamos de lado como si
ellos no tuviesen nada que aportar; tienen la sabiduría, la sabiduría de la
vida, la sabiduría de la historia, la sabiduría de la patria, la sabiduría de
la familia. Y tenemos necesidad de estas cosas. Por eso digo que voy a
encontrar a los jóvenes, pero en su tejido social, principalmente con los
ancianos. Es verdad que la crisis mundial ha perjudicado a los jóvenes. La
semana pasada leí el porcentaje de jóvenes sin trabajo. Piensen que corremos el
riesgo de tener una generación que no ha tenido trabajo, y del trabajo viene la
dignidad de la persona para ganarse el pan. Los jóvenes, en este momento, están
en crisis. Un poco nosotros estamos habituados a esta cultura del descarte: con
los ancianos se practica demasiado a menudo. Pero ahora también con este gran
número de jóvenes sin trabajo, también ellos sufren la cultura del descarte.
Hemos de acabar con esta costumbre de descartar. No. Cultura de la inclusión,
cultura del encuentro, hacer un esfuerzo para incluir a todos en la sociedad. Éste
es un poco el sentido que quiero dar a esta visita a los jóvenes, a los jóvenes
en la sociedad.
Les
doy las gracias, queridos “santos no de devoción” y “leones no tan feroces”.
Pero muchas gracias, muchas gracias. Y quisiera saludarles a cada uno. Gracias.
Padre Lombardi
Mil
gracias, Santidad, por esta introducción tan expresiva. Y ahora pasarán todos a
saludarle: pasarán por aquí, así pueden acercarse y cada uno de ellos le puede
conocer, presentarse; cada uno diga de qué medio, de qué televisión, periódico
viene. Así el Papa le saluda y lo conoce…
Papa Francisco
Tenemos
diez horas…
Los periodistas pasan uno a uno a saludar al Santo Padre
Padre Lombardi
¿Han
terminado ya todos? ¿Sí? Muy bien. Damos las gracias de corazón al Papa
Francisco porque ha sido, creo, para todos nosotros un momento inolvidable y
creo que sea una gran introducción a este viaje. Creo que usted se ha ganado un
poco el corazón de estos “leones”, de modo que durante el viaje sean sus
colaboradores, es decir, entiendan su mensaje y lo difundan con gran eficacia.
Gracias, Santidad.
Papa Francisco
Se
lo agradezco sinceramente, y les pido que me ayuden y colaboren en este viaje,
para el bien, para el bien; el bien de la sociedad: el bien de los jóvenes y el
bien de los ancianos; los dos juntos, no lo olviden. Y yo un poco me quedo como
el profeta Daniel: un poco triste, porque he visto que los leones no eran tan
feroces. Muchas gracias, muchas gracias. Un saludo a todos. Gracias.
Fuente: La Santa Sede
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