El corazón de Jesús rebosa de amor por
la humanidad, es esencialmente misericordioso. Además de haberse ofrecido en la
cruz para salvarnos de una muerte eterna, desea continuar derramando su
misericordia hasta el fin de los tiempos de manera que las almas alcancen la
salvación por nuevos medios. A su vez Jesús desea que nosotros también
aprendamos a ser misericordiosos con nuestro hermanos, a perdonar.
Con este
propósito, Santa Faustina Kowalska, una religiosa polaca, fue llamada por Jesús
para hacer conocer la devoción a su Divina Misericordia. Esta misión de
sor Faustina está detallada en su "Diario. La Divina Misericordia en mi
alma".
Jesús desea seguir
comunicando su amor a la humanidad. En esta devoción, el mensaje de la
misericordia y del perdón asume una nueva modalidad, llevándonos a una nueva y
más profunda comprensión del alcance del amor de Dios por nosotros: El amor de
Dios no tiene límites, está disponible para todos, especialmente para los
pecadores más grandes. A este respecto dijo Jesús a santa Faustina: "
Cuánto más grande es el pecador, tanto más grande es el derecho que tiene a Mi
misericordia (Diario, 723).
Entre los nuevos
elementos de esta devoción se encuentran:
- La Imagen de Jesús, quien encargó a santa Faustina que pintara un cuadro según la visión que ella tenía de su imagen.
- La
Fiesta de la Divina Misericordia. Jesús
pide a santa Faustina que fuese celebrada el domingo siguiente a Pascua de
Resurrección.
- La
coronilla
- La
novena, que prepara a la fiesta, la cual pidió Jesús
que se rezara a partir del Viernes Santo.
- La Oración a las 3 de la tarde (la Hora de la Gran Misericordia).
Sobre todo, lo que
caracteriza a esta devoción es la confianza en la ilimitada misericordia divina. Sin ella ,
esta devoción no existe, y sobre todo la misericordia, reflejada
en obras y actitudes de misericordia hacia el prójimo.
En sucesivos post
continuaré dando más detalles sobre la devoción. Ahora quiero poner a
disposición de ustedes la Novena preparatoria a la Fiesta. No pierdan la
oportunidad de rezarla.
Novena antes de la fiesta de la
Misericordia.
(Comenzar el Viernes Santo)
Deseo - dijo el
Señor Jesús a Sor Faustina - que durante esos nueve días lleves a las almas a
la fuente de mi misericordia para que saquen fuerzas, alivio y toda la gracia
que necesiten para afrontar las dificultades de la vida y especialmente en la
hora de la muerte. Cada día traerás a mi Corazón a un grupo diferente de almas
y las sumergirás en este mar de mi misericordia. Y a todas estas almas yo las
introduciré en la casa de mi Padre (...) cada día pedirás a mi Padre las
gracias para estas almas por mi amarga pasión.
Rezar primero el Acto
de Consagración
Acto de Consagración
Oh Jesús
Misericordioso, tu bondad es infinita y los tesoros de tu gracia son
inagotables. Me abandono a tu misericordia que supera a todas tus obras, me
consagro enteramente a Ti para vivir bajo los rayos de tu Gracia y de tu Amor
que brotaron de tu corazón traspasado en la Cruz. Quiero dar a conocer tu
Misericordia por medio de las obras de misericordia corporales y espirituales
especialmente con los pecadores, consolando y asistiendo a los pobres,
afligidos y enfermos. Mas Tú me protegerás como cosa tuya, pues todo lo temo de
mi debilidad y todo lo espero de tu Misericordia. Que toda la humanidad
comprenda el abismo insondable de tu Misericordia, a fin de que poniendo toda
su esperanza en Ella, pueda ensalzarla por toda la eternidad. Amén.
Primer día.
Hoy, tráeme a toda la humanidad y especialmente a
todos los pecadores, y sumérgelos en el mar de mi misericordia. De esta forma,
me consolarás de la amarga tristeza en que me sume la pérdida de las almas.
Jesús
misericordiosísimo, cuya naturaleza es la de tener compasión de nosotros y de
perdonarnos, no mires nuestros pecados, sino la confianza que depositamos en tu
bondad infinita. Acógenos en la morada de tu compasivísimo Corazón y nunca nos
dejes escapar de él. Te lo suplicamos por tu amor que te une al Padre y al
Espíritu Santo.
Padre eterno,
mira con misericordia a toda la humanidad y especialmente a los pobres
pecadores que están encerrados en el compasivísimo Corazón de Jesús y por su
dolorosa pasión, muéstranos tu misericordia para que alabemos la omnipotencia
de tu misericordia por los siglos de los siglos. Amén.
Rezar la Coronilla a la Divina
Misericordia
Usamos un rosario
común.
- Al comenzar se reza un Padre Nuestro, un Avemaría, y el Credo.
- Al iniciar cada decena, en las cuentas grandes del Padre Nuestro
decimos:
"Padre Eterno, te ofrezco el
Cuerpo y la Sangre, el Alma y la Divinidad de Tu Amadísimo Hijo, Nuestro
Señor Jesucristo, como propiciación de nuestros pecados y los del
mundo entero."
- En las cuentas pequeñas del Ave María (diez veces)
"Por Su dolorosa Pasión, ten
misericordia de nosotros y del mundo entero."
- Al terminar las cinco decenas de la coronilla repetimos tres veces:
"Santo Dios, Santo
Fuerte, Santo Inmortal, ten piedad de
nosotros y del mundo entero."
Oración final (opcional)
Oh Dios Eterno, en quien la
misericordia es infinita y el tesoro de compasión inagotable, vuelve a nosotros
Tu mirada bondadosa y aumenta Tu misericordia en nosotros, para que en momentos
difíciles nos nos desesperemos ni nos desalentemos, sino que, con gran
confianza, nos sometamos a Tu santa voluntad, que es el Amor y la Misericordia
Mismos.
(Diario, 950)
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