miércoles, 25 de abril de 2012

¡Resucitó de veras mi amor y mi esperanza! ¡Aleluya!



Cordero sin pecado
que a las ovejas salva,
a Dios y a los culpables
unió con Nueva Alianza.

Lucharon vida y muerte
en singular batalla y,
muerto el que es la Vida,
triunfante se levanta.

¿Qué has visto de camino,
María, en la mañana?

A mi Señor glorioso,
la tumba abandonada,
los ángeles testigos,
sudarios y mortaja.

¡Resucitó de veras
mi amor y mi esperanza!

Rey vencedor, apiádate
de la miseria humana
y da a tus fieles
parte en tu victoria santa.

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