domingo, 10 de junio de 2012

Para las visitas al Santísimo Sacramento y la Hora Santa.

Oración de San Alfonso María de Ligorio

      Señor mío Jesucristo, que por amor a los hombres estás de noche y de día en este sacramento, lleno de piedad y de amor, esperando, llamando y recibiendo a cuantos vienen a visitarte: creo que estás presente en el sacramento del altar. Te adoro desde el abismo de mi nada y te doy gracias por todas las mercedes que me has hecho, especialmente por haberte dado tú mismo en este sacramento, por haberme concedido por mi abogada a tu amantísima Madre y por haberme llamado a visitarte en este templo.

      Adoro tu Santísimo Corazón y deseo adorarlo por tres fines: el primero, en acción de gracias por este insigne beneficio; en segundo lugar, para reparar las injurias que recibes de tu enemigos en este sacramento; y, finalmente, porque deseo adorarte con esta visita en todos los lugares de la tierra donde estás sacramentado con menos culto y más abandono.

      Me pesa de haber ofendido tantas veces tu divina bondad en mi vida pasada. Propongo, con tu gracia, no ofenderte más en adelante, y ahora, miserable como soy, me consagro enteramente a ti, renuncio a mi voluntad y te la entrego por completo, con mis afectos, deseos y todas mis cosas.

      De hoy en adelante, Señor, haz de mí lo que te agrade. Lo que yo sólo quiero y te pido es tu santo amor, el cumplimiento de tu voluntad y la perseverancia final. Te recomiendo las almas del purgatorio, especialmente las más devotas del Santísimo Sacramento y de María Santísima. Te ruego también por todos los pecadores. Finalmente, amadísimo Salvador mío, uno todos mis afectos y deseos a los de tu Corazón amorosísimo, y y así unidos los ofrezco a tu eterno Padre y le suplico, en nombre tuyo, que por tu amor, los acepte y escuche. Amén.

Comunión espiritual.

      Jesús mío, creo que estás presente en el Santísimo Sacramento. Te amo sobre todas las cosas y deseo recibirte en mi alma. Pero no pudiendo hacerlo sacramentalmente ahora, ven al menos espiritualmente a mi corazón (breve pausa). Como si ya te hubiese recibido, te abrazo y me uno a ti: no permitas que jamás me separe de ti.


Oración de desagravio a Jesús Sacramentado.

      Señor Jesús, nos arrodillamos ante reconociendo tu presencia real en el Santísimo Sacramento. Te agradecemos inmensamente tu permanencia con nosotros, y la fe que nos has dado.

      Sentimos que tantos hombres, redimidos por ti, te olviden y ofendan; que en tantos sagrarios estés solitario y en tantos hogares no seas invitado.

      Nosotros, arrepentidos de nuestros pecados, queremos en la medida de nuestras fuerzas hacerte compañía por cuantos te abandonan, y comprometer contigo nuestra vida, como ofrenda y desagravio a tu Corazón.

      Santa María, Madre nuestra, confiamos en tu Inmaculado Corazón que nos alcances gracias para perseverar en la fe, animarnos por la esperanza y vivir la caridad, como satisfacción de nuestros pecados y para la salvación del mundo. Amén.

Guía: Por todas las blasfemias, sacrilegios, profanación de fiestas, que se cometen contra el nombre de Dios y sus templos,
Todos: Perdón, Señor, perdón.

Guía: Por todos los ataques a la Iglesia, persecuciones y propaganda de ateísmo,
Todos: Perdón, Señor, perdón.

Guía: Por los apóstatas, los que desprecian el magisterio de los Papas, y por todos los falsos profetas,
Todos: Perdón, Señor, perdón.

Guía: Por todas las opresiones de gobierno, de esclavitud, de delincuencia, y por todas las injusticias laborales, familiares y sociales,
Todos: Perdón, Señor, perdón.

Guía: Por todos los actos inhumanos de violencia, asesinatos, torturas, malos tratos, robos, estafas y extorsiones.
Todos: Perdón, Señor, perdón.

Guía: Por la inmoralidad y corrupción: en el trabajo profesional, en las relaciones, espectáculos, diversiones, modas, lecturas, bebidas, drogas,
Todos: Perdón, Señor, perdón.

Guía: Por todos los pecados de escándalo y de respeto humano,
Todos: Perdón, Señor, perdón.

Guía: Por todos los pecados contra la santidad de la familia y el amor fraterno, 
Todos: Perdón, Señor, perdón.

Guía: Por los sacerdotes indignos, por los políticos ambiciosos, pr los abusos de autoridad,
Todos: Perdón, Señor, perdón.

Ofrecimiento de San Ignacio de Loyola

      Toma, Señor, y recibe mi libertad, mi memoria, mi entendimiento, y toda mi voluntad; todo mi haber y mi poseer. Tú me lo diste; a ti, Señor, lo devuelvo. Dame tu amor y tu gracia, que me basta. Amén.

Adoración Eucarística.

   Te adoro con fervor (Adoro te devote)

      Te adoro con devoción, Dios escondido, oculto verdaderamente bajo estas apariencias. 
      A Ti se somete mi corazón por completo, y se rinde totalmente al contemplarte.
      Al juzgar de Ti se equivocan la vista, el tacto, el gusto; pero basta con el oído para creer con firmeza; creo todo lo que ha dicho el Hijo de Dios: nada es más verdadero que esta palabra de verdad.
      En la Cruz se escondía sólo la Divinidad, pero aquí también se esconde la Humanidad; creo y confieso ambas cosas, y pido lo que pidió aquel ladrón arrepentido.
      No veo las llagas como las vio Tomás, pero confieso que eres mi Dios: haz que yo crea más y más en Ti, que en Ti espere, que te ame.
      ¡Oh memorial de la muerte del Señor! 
      Pan vivo que das la vida al hombre: concede a mi alma que de Ti viva, y que siempre saboree tu dulzura.
      Señor Jesús, bondadoso Pelícano, límpiame, a mí, inmundo, con tu sangre, de la que una sola gota puede liberar de todos los crímenes al mundo entero.
      Jesús, a quien ahora veo oculto, te ruego que se cumpla lo que tanto ansío: que al mirar tu rostro cara a cara, sea yo feliz viendo tu gloria. Amén.



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