Para
comprender el sentido de esta devoción, podemos recordar el simbolismo
teológico del concepto "corazón": "Corazón significa el centro
más íntimo de la persona humana, centro desde el cual el hombre se relaciona
original y totalmente con las demás personas. El corazón es la unidad original
y configuradora de los comportamientos de una persona. Sólo las personas tienen
centro de la "existencia" y sus comportamientos son
"cordiales", o sea, nacen de un punto central común e íntimo que los
reúne a todos y les acuña su último sentido" (Karl Rahner, Escritos de
Teología, T. III).
Lectura de la profecía de Oseas.
Os 11, 1. 3-4. 8-9
Así habla el Señor: Cuando Israel era niño, Yo lo amé, y de Egipto llamé a mi hijo. ¡Y yo había enseñado a caminar a Efraím, lo tomaba por los brazos! Pero ellos no reconocieron que yo los cuidaba. Yo los atraía con lazos humanos, con ataduras de amor; era para ellos como los que alzan a una criatura contra sus mejillas, me inclinaba hacia él y le daba de comer. Mi corazón se subleva contra mí y se enciende toda mi ternura: no daré libre curso al ardor de mi ira, no destruiré otra vez a Efraím. Porque yo soy Dios, no un hombre: soy el Santo en medio de ti, y no vendré con furor.
Palabra de Dios.
Comentario
¿Cómo ama Dios? Con un corazón totalmente apasionado. Por eso toma las fuertes experiencias del amor humano ?la de un padre o una madre por su criatura, la de los amantes que no se pueden dejar uno a otro? para decirnos cómo y cuánto nos ama. Dejémonos atrapar por este amor.
SALMO
Sal Is 12, 2-6
Sacarán agua con alegría de las fuentes de la salvación.
Éste es el Dios de mi salvación:
yo tengo confianza y no temo,
porque el Señor es mi fuerza
y mi protección;
Él fue mi salvación.
Ustedes sacarán agua con alegría
de las fuentes de la salvación.
Den gracias al Señor,
invoquen su Nombre,
anuncien entre los pueblos sus proezas,
proclamen qué sublime es su Nombre.
Canten al Señor
porque ha hecho algo grandioso:
¡que sea conocido en toda la tierra!
¡Aclama y grita de alegría,
habitante de Sión,
porque es grande en medio de ti
el Santo de Israel!
LECTURA
Éf 3, 8-12. 14-19
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los cristianos de Éfeso.
Hermanos: Yo, el menor de todos los santos, he recibido la gracia de anunciar a los paganos la insondable riqueza de Cristo, y manifestar a todos la dispensación del misterio que estaba oculto desde siempre en Dios, el creador de todas las cosas, para que los Principados y las Potestades celestiales conozcan la infinita variedad de la sabiduría de Dios por medio de la Iglesia. Éste es el designio que Dios concibió desde toda la eternidad en Cristo Jesús, nuestro Señor, por quien nos atrevemos a acercarnos a Dios con toda confianza, mediante la fe en él. Por eso doblo mis rodillas delante del Padre, de quien procede toda paternidad en el cielo y en la tierra. Que él se digne fortificarlos por medio de su Espíritu, conforme a la riqueza de su gloria, para que crezca en ustedes el hombre interior. Que Cristo habite en sus corazones por la fe, y sean arraigados y edificados en el amor. Así podrán comprender, con todos los santos, cuál es la anchura y la longitud, la altura y la profundidad, en una palabra, ustedes podrán conocer el amor de Cristo, que supera todo conocimiento, para ser colmados por la plenitud de Dios.
Palabra de Dios.
Comentario
¿Habrá forma de medir el amor de Dios? Es incontenible en el universo e incomprensible en nuestra mente. Siendo nosotros tan pequeños y pecadores, mezquinos tantas veces en nuestros sentimientos y acciones, somos amados por un amor tan grande. Ante este amor no nos queda más que la gratitud y la alabanza.
EVANGELIO
Jn 19, 31-37
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan.
Era el día de la Preparación de la Pascua. Los judíos pidieron a Pilato que hiciera quebrar las piernas de los crucificados y mandara retirar sus cuerpos, para que no quedaran en la cruz durante el sábado, porque ese sábado era muy solemne. Los soldados fueron y quebraron las piernas a los dos que habían sido crucificados con Jesús. Cuando llegaron a él, al ver que ya estaba muerto, no le quebraron las piernas, sino que uno de los soldados le atravesó el costado con la lanza, y en seguida brotó sangre y agua. El que vio esto lo atestigua: su testimonio es verdadero y él sabe que dice la verdad, para que también ustedes crean. Esto sucedió para que se cumpliera la Escritura que dice: "No le quebrarán ninguno de sus huesos". Y otro pasaje de la Escritura, dice: "Verán al que ellos mismos traspasaron".
Palabra del Señor.
Comentario
Fuente: San Pablo
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