sábado, 30 de marzo de 2013

Octava Estación

Jesús encuentra a las mujeres de Jerusalén


Sacerdote: Te adoramos Cristo y te bendecimos.

Fieles: Porque por tu Santa Cruz redimiste al mundo.

Sacerdote: Lo seguían muchos del pueblo y un buen número de mujeres, que se golpeaban el pecho y se lamentaban por Él. Pero Jesús, volviéndose hacia ellas, les dijo: "¡Hijas de Jerusalén!, no lloren por mí; lloren más bien por ustedes y por sus hijos". (Lucas 23, 27-28).

Jesús (Sacerdote): Oh, cuánto me agrada la fe viva (1420). Deseo que haya en ustedes más fe en el momento actual (352).


Santa Faustina (Fieles)Te ruego ardientemente, Señor, que dejes reforzar mi fe para que en mi gris vida cotidiana no me guíe según la consideraciones hu­manas, sino según el espíritu. Oh, como todo atrae al hombre hacia la tierra, pero una fe viva mantiene el alma en una esfera más alta y al amor propio le asigna el lugar que le corresponde, es decir, el último (210). 

Señor misericordioso, gracias por el santo Bautismo y la gracia de la fe. Vuelvo a llamar continuamente: ¡Señor, creo, aumenta mi fe!

Sacerdote: Tú, que sufriste heridas por nosotros.

Fieles: Cristo Jesús, ten misericordia de nosotros.


Canto: Jesús, la imagen de Dios Padre

El que era Todopoderoso,
cargó con nuestra esclavitud;
y obedeció hasta la muerte,
hasta la muerte,
hasta la muerte de la Cruz.

Proclame al mundo nuestra voz
que sólo Cristo es el Señor.



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