sábado, 30 de marzo de 2013

Undécima Estación

Jesús es clavado en la cruz



Sacerdote: Te adoramos Cristo y te bendecimos.


Fieles: Porque por tu Santa cruz redimiste al mundo.

Sacerdote: Los que pasaban, lo insultaban y, moviendo la cabeza, decían: "Tú, que destruyes el Templo y en tres días lo vuelves a edificar, ¡sálvate a ti mismo, si eres Hijo de Dios, y baja de la cruz!". De la misma manera, los sumos sacerdotes, junto con los escribas y los ancianos se burlaban, diciendo: "ha salvado a otros y no puede salvarse a sí mismo! Es rey de Israel: que baje ahora de la cruz y creeremos en él. Ha confiado en Dios; que Él lo libre ahora si lo ama, ya que él dijo: "Yo soy Hijo de Dios" (Mateo 27, 39-43)

Jesús (Sacerdote): Discípula mía, ten un gran amor para aquellos que te hacen sufrir; haz el bien a quienes te odian (1628).


Santa Faustina (Fieles): Oh Jesús mío, tú sabes qué esfuerzos son necesarios para tratar sinceramente y con senci­llez, con aquellos de los cuales nuestra naturaleza huye, o con los que nos hicieron sufrir consciente o inconscientemente, esto es imposible humana­mente. En tales momentos mas que en otras oca­siones, trato de descubrirte a ti, Jesús, en aque­llas personas y por ti hago el bien para ellas (comparar 766).

Oh Amor purísimo, reina totalmente en mi corazón y ayúdame a cumplir Tu santa voluntad del modo más fiel posible. (328).

Sacerdote: Tú, que sufriste heridas por nosotros.

Fieles: Cristo Jesús, ten misericordia de nosotros.

Canto: Junto a la Cruz

Junto a la Cruz de su Hijo,
la Madre llorando se ve.
El dolor la ha crucificado
el amor la tiene de pie.

Quédate de pie, de pie junto a Jesús,
que tu Hijo sigue en la Cruz.



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