En dos días más comienza, para el cristiano, un "tiempo fuerte" especial, en el cual una vuelve sobre sí misma, sobre los propios pasos para retomar el camino de encuentro con Dios. Ese tiempo especial es la Cuaresma, en el cual hay una palabra que nos da la clave del sentido de este tiempo: el de nuestra propia CONVERSIÓN.
Este caminar, volviendo la mirada hacia nuestro interior, tiene como meta realizar nuestro encuentro con Cristo, renovados y reconciliados, en la celebración de su Pasión, Muerte y Resurreción. En concreto, en la celebración de la Pascua. Esta fiesta es para nosotros el acontecimiento central de nuestra vida, tiempo de misericordia de parte de Cristo que nos atrae hacia su persona para darnos su perdón (siempre la iniciativa de buscarnos y atrarnos hacia sí es suya) y tiempo de escuchar nosotros ese llamado a la conversión, al cambio, en miras de arrepentirnos de nuestras faltas y de lograr nuestra propia reconciliación con Cristo y con nuestros hermanos.
Conversión
Volved a mí, yo soy tu Dios
y no tengáis ningún temor.
Yo te hablaré de amor y paz
y te atraeré con suavidad.
Mucho he esperado tu regreso
y hoy yo te prometo
darte mi perdón.
Convierte a mí tu corazón
y así hallarás tu salvación,
yo guardaré tu iniquidad
y a mí tu voz ha de alabar.
Todas tus llagas curaré y rocío
yo seré que apague tu maldad.
Confía en mí, pues Santo soy,
me gozo en ser tu Salvador.
Arráigate muy fuerte a mí
y brotarás cual dulce vid.
Y por los cielos andarás
mil sendas de verdad,
justicia, amor y paz.
Escuchar "Conversión"
No hay comentarios :
Publicar un comentario