viernes, 25 de marzo de 2011

La Anunciación del Señor (Solemnidad). 25-03-11. Lecturas del día



"Hágase en mi según tu palabra"

Hoy celebramos la Solemnidad de la Anunciación del Señor. Celebramos el sí de María, quien fue la mujer elegida por Dios para llevar a cabo su Plan de Salvación de la humanidad, la cual se hallaba condenada a la muerte eterna por la desobediencia de nuestros primeros padres, en virtud de lo cuál Dios intervino en la historia del hombre para rescatarlo. Fue así que Cristo vino al mundo por medio de un milagro: nació de una mujer virgen quien, aunque sin comprender en un primer momento lo que se pedía de ella, no opuso reparo alguno, sino que dijo al Arcángel Gabriel al anunciarle su misión: "Hágase en mi según tu palabra". Aceptó en su vida la voluntad de Dios con humildad. En ese instante el Espíritu Santo obró el milagro de la Encarnación en el vientre de María. Pero, aunque encarnado, Cristo no nacería por una unión carnal sino espiritual, Él es Hijo de Dios y de María virgen. El esposo de María, san José hizo las veces de padre adoptivo de Jesús.
Con su sí la Virgen María se convertía en nuestra co-redentora y se cumplía lo anunciado por los profetas.

Lecturas

Libro de Isaías 7,10-14.

Una vez más, el Señor habló a Ajaz en estos términos:
"Pide para ti un signo de parte del Señor, en lo profundo del Abismo, o arriba, en las alturas".
Pero Ajaz respondió: "No lo pediré ni tentaré al Señor".
Isaías dijo: "Escuchen, entonces, casa de David: ¿Acaso no les basta cansar a los hombres, que cansan también a mi Dios?.
Por eso el Señor mismo les dará un signo. Miren, la joven está embarazada y dará a luz un hijo, y lo llamará con el nombre de Emmanuel, que significa "Dios-con-nosotros"."


Salmo 40(39),7-8.9.10.11.

Tú no quisiste víctima ni oblación; pero me diste un oído atento; no pediste holocaustos ni sacrificios, entonces dije: "Aquí estoy. En el libro de la Ley está escrito lo que tengo que hacer: yo amo, Dios mío, tu voluntad, y tu ley está en mi corazón".
Proclamé gozosamente tu justicia en la gran asamblea; no, no mantuve cerrados mis labios, tú lo sabes, Señor.
No escondí tu justicia dentro de mí, proclamé tu fidelidad y tu salvación, y no oculté a la gran asamblea tu amor y tu fidelidad.

Carta a los Hebreos 10,4-10.

Porque es imposible que la sangre de toros y chivos quite los pecados.
Por eso, Cristo, al entrar en el mundo, dijo: Tú no has querido sacrificio ni oblación; en cambio, me has dado un cuerpo.
No has mirado con agrado los holocaustos ni los sacrificios expiatorios.
Entonces dije: Aquí estoy, yo vengo -como está escrito de mí en el libro de la Ley- para hacer, Dios, tu voluntad.
El comienza diciendo: Tú no has querido ni has mirado con agrado los sacrificios, los holocaustos, ni los sacrificios expiatorios, a pesar de que están prescritos por la Ley.
Y luego añade: Aquí estoy, yo vengo para hacer tu voluntad. Así declara abolido el primer régimen para establecer el segundo.
Y en virtud de esta voluntad quedamos santificados pro la oblación del cuerpo de Jesucristo, hecha de una vez para siempre.

Evangelio según San Lucas 1,26-38.

En el sexto mes, el Angel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen que estaba comprometida con un hombre perteneciente a la familia de David, llamado José. El nombre de la virgen era María.
El Angel entró en su casa y la saludó, diciendo: "¡Alégrate!, llena de gracia, el Señor está contigo".
Al oír estas palabras, ella quedó desconcertada y se preguntaba qué podía significar ese saludo. Pero el Angel le dijo: "No temas, María, porque Dios te ha favorecido.
Concebirás y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús; él será grande y será llamado Hijo del Altísimo. El Señor Dios le dará el trono de David, su padre,
reinará sobre la casa de Jacob para siempre y su reino no tendrá fin".
María dijo al Angel: "¿Cómo puede ser eso, si yo no tengo relaciones con ningún hombre?".
El Angel le respondió: "El Espíritu Santo descenderá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra. Por eso el niño será Santo y será llamado Hijo de Dios.
También tu parienta Isabel concibió un hijo a pesar de su vejez, y la que era considerada estéril, ya se encuentra en su sexto mes,
porque no hay nada imposible para Dios".
María dijo entonces: "Yo soy la servidora del Señor, que se cumpla en mí lo que has dicho". Y el Angel se alejó.


Reflexión de la lectura del Evangelio por Tertuliano (teólogo) desde la pág. web El Evangelio del día

« Que se haga en mí según tu palabra »

¿Por qué el Hijo de Dios ha nacido de una Virgen?... Era necesario un modo totalmente nuevo de nacimiento al que iba a consagrar un nueva manera de nacer. Isaías había profetizado que el Señor anunciaría esta maravilla por un signo. ¿Qué signo? « He aquí que una Virgen va a concebir y dar a luz un niño» Sí, la Virgen ha concebido y dado a luz al Emmanuel, Dios con nosotros (Is 7,14; Mt 1,23). Helo aquí, este nuevo orden de nacimiento: el hombre nace de Dios porque Dios nace del hombre; Dios se hace carne para regenerar la carne por la semilla nueva del Espíritu y lavar todas sus manchas pasadas.

Todo este orden nuevo ha sido prefigurado en el Antiguo Testamento, porque en el designio divino el primer hombre ha nacido por Dios a través de una virgen. En efecto, la tierra estaba aún virgen, el trabajo del hombre no la había tocado, la semilla no había sido echada, cuando Dios la toma para formar el hombre y hacerle « un ser viviente » (Gn 2,5.7). Si pues el primer Adán ha sido formado de la tierra, es justo que el segundo, el que el apóstol Pablo llama «el nuevo Adán» sea él también formado por Dios con una tierra virgen, es decir de una carne cuya virginidad permanecía inviolada, para llegar a ser «Espíritu que da la vida» (1 Co 15,45)...

Cuando ha querido cubrir «su imagen y semejanza» (Gn 1,26) caída en poder del demonio, Dios ha hecho de la misma manera que en el momento en el que lo había creado. Eva era aún virgen cuando acogió la palabra que iba a producir la muerte; fue también en una virgen cómo debía descender  la Palabra de Dios que iba a criar el edificio de la Vida... Eva había dado su fe a la serpiente; María tuvo fe en Gabriel. El pecado que Eva había cometido al creer, es creyendo como María lo ha borrado... La Palabra del diablo ha sido para Eva la semilla de su humillación y de sus dolores en el alumbramiento (Gn 3,16), y ella parió el asesino de su hermano (4,8). Al contrario, María alumbró un hijo que debía salvar a Israel, su hermano.

Como María

Pidamos a nuestra Mamá que nos de fortaleza para siempre decir sí a la voluntad de Dios sobre nuestra vida. Que nuestro corazón sea humilde para aceptar aquellas cosas que surgen en nuestro camino y que no siempre comprendemos la razón: una enfermedad, algún problema familiar o laboral, la muerte de algún ser querido u otras situaciones a las que en un primer momento no le hallamos solución. Decir sí, ofrecer en nuestra oración diaria, por manos de María, todo aquello que nos representa alguna dificultad, o que nos resulte duro o amargo. Siempre decir que sí.

Celebremos a nuestra Madre con un canto. Les dejo Ave María Blues en la voz de Martín Valverde

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