3. Cuánto más un alma se haya vuelto firme y simple,
tanto más prontamente comprenderá muchos problemas, también difíciles, porque
desde arriba recibe la luz para su inteligencia. Un espíritu puro, sólido y
simple no se disipa aunque se dedique a muchas ocupaciones, porque todo lo
cumple por el honor de Dios, esforzándose en evitar toda búsqueda de sí mismo.
Lo que más te impide y molesta son los deseos no
mortificados del corazón. El hombre recto y piadoso, antes dispone en su
interior aquellas obras que debe cumplir exteriormente. Así que no serán éstas
las que lo llevarán a deseos malos sino que será él que las doblegará al
imperio de la recta razón.
Nadie se
embarca en una lucha más dura de aquel que busca venirse a sí mismo. Y esta
debería ser nuestra tarea: vencernos, volvernos cada día mejores y progresar
siempre más en el bien.
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