Imitación de Cristo y
menosprecio de todas las vanidades del mundo.
1. El
que me siga no andará en tinieblas (Jn. 8, 12) dice el Señor. Son palabras de Cristo que
nos exhortan a imitar su vida y mente iluminados y liberados de toda ceguera
interior. Por eso, nuestra máxima preocupación debe ser meditar la vida de
Jesucristo.
2. La enseñanza de Cristo es
superior a la de todos los santos, y quien posea su espíritu encontrará en ella
un maná escondido. Pero acontece que muchos, aunque escuchen con frecuencia el
Evangelio, sienten poco deseo de practicarlo, porque no tienen el espíritu de
Cristo. Por lo tanto, el que quiera comprender y saborear plenamente las
palabras del Maestro debe asimilar toda su vida a la de Cristo.
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