3. Cuanto mayor y más profundo sea tu saber, tanto más
severamente serás juzgado, a menos que no hayas vivido santamente.
No quieras, pues, enaltecerte por alguna de las artes o
ciencias, teme por el contrario, por el conocimiento que de ellas se te ha
dado. Aunque te parezca que sabes muchas cosas o tienes buena inteligencia, has
de saber que también son muchas más las que ignoras.
No tengas
pensamientos de orgullo (Rom.
11, 20), más bien confiesa tu ignorancia. ¿Por qué quieres ponerte por encima
de los demás habiendo tantos otros más doctos y más peritos en la ley que tú?
Si deseas saber y conocer algo espiritualmente útil, aprende a ser ignorado y
considerado una nulidad.
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